Diagnofruit resalta su proceso, implicancia e importancia para el cuidado de la fruta.
Lotes complicados sumado a malas prácticas de aseo en el packing se convierten en las razones más recurrentes a la hora de explicar contaminaciones de las plantas de embalaje.
De esta forma, es de suma importancia la detección de microorganismos patógenos en las plantas de empaquetamiento, ya que, si las zonas por las que circula la fruta están contaminadas, podría afectar con alguna infección el producto, lo que podría terminar en una fruta en el desecho por efecto de diversos tipos de pudriciones.
Para ello, existen diversas técnicas de detección de estos microorganismos, en Diagnofruit hemos perfeccionado aquellas que se basan en biología molecular, que son más precisas y rápidas en sus resultados.
El servicio de detección y cuantificación puede realizarse desde muestras de aguas o superficies secas, muestreos directos desde piscinas de desinfección o transporte o un torulado superficial de distintos sectores secos, considerando líneas de embalaje como de cámaras de refrigeración, túneles de enfriamiento, máquina de calibrado, etc.
Una vez arribada la muestra al laboratorio, comienza el proceso de extracción de ADN de cada muestra recibida y posteriormente una cuantificación de patógenos específicos mediante qPCR, con partidores específicos y sondas que se acoplan con alta sensibilidad y especificidad a patógenos como Botrytis, Alternaria, Penicillium o Monilinia.
Una temporada en que la fruta se mueve y vende rápido, puede ocultar problemas de contaminaciones, las pudriciones no alcanzan a desarrollarse. Sin embargo, cuando el mercado se estanca, la logística colapsa, este tipo de control de procesos se hace indispensable y puede marcar la diferencia entre una venta exitosa y la pérdida.
Este tipo de sistemas se debe sumar a controles de cloro, temperaturas, pH, inyección de fungicidas y residuos en la fruta; además, eventualmente, a monitoreo a través de técnica microbiológicas estándar, que podrían detectar contaminaciones más allá de lo que el qPCR lee de forma específica.
En conclusión, la detección y cuantificación de patógenos permite un control y manejo microbiológico eficiente de las áreas de la planta de embalaje que permitirá el transporte de una fruta más limpia y, por ende, con mayores posibilidades de llegar sana y con alta calidad a destino.