Botrytis y su pandilla, el regreso de enemigos conocidos

Botrytis y su pandilla, el regreso de enemigos conocidos

Revisa el artículo técnico.

Por: Héctor García O., Co-Fundador y Gerente Gral. Laboratorios Diagnofruit Ltda, Miembro SOCHIFIT [email protected]

Muy temprano en la temporada, después de lluvias catastróficas en la zona central del país y con una primavera muy inestable, podíamos predecir que este sería un año muy complejo en términos productivos y fitosanitarios. Todos los escenarios climáticos adversos que podíamos advertir se produjeron o están en desarrollo: lluvias en primavera, marco de comportamiento general inicial muy inestable, lluvias post cuaja, con cerezas tempranas en maduración, y el remate con olas de calor “abusivas” marcan una temporada muy compleja, con mucho desarrollo aún, para lo cual debemos estar preparados, ya que las condiciones para Botrytis, y otros personajes de su pandilla, están muy presentes y podrían generar pérdidas por pudriciones, no solo en cerezas, sino también en otras especies como arándanos, uvas y kiwis.

En varias charlas y capacitaciones dadas desde fines de invierno e inicio de temporada a equipos de postcosecha, comenté que este año no me gustaría estar sus zapatos, ya que sería una temporada llena de estrés y extremadamente desafiante; tampoco era muy difícil equivocarse en ese diagnóstico, pero la idea era implantar un piso de preocupación que nos mantuviera alertas (ver artículo anterior) que en muchos casos, debido a lo extraño de la temporada, siento que he quedado corto en las predicciones.

Para las cerezas, el peor escenario cuando hablamos de pudriciones, es que nos llueva en el periodo de desarrollo del fruto, cuando ya va a llegando madurez, pues las partiduras son la puerta de entrada para más de una especie de hongo fitopatógeno; para otras especies, como uvas, kiwis, arándanos, además del periodo de crecimiento y madurez, la etapa de floración se suma como un componente importante a la hora de generación de pudriciones a cosecha y postcosecha, ya que el inóculo queda instalado esperando condiciones que permitan su desarrollo. Esta primavera, permitió que ambas condiciones se dieran; infecciones de flores fueron más altas que los últimos años y la aparición de pudriciones en cerezas ha sido un dolor de cabeza que aún no superamos a pesar de estar en periodo cálido y seco.

En primavera temprana, al analizar los monitoreos de flores realizados sobre flores de cerezo, si bien no observamos mucha actividad de Botrytis y Alternaria, la cantidad de Pseudomonas nos ponía la primera alerta inmediata de control, pero al mismo tiempo, se nos asomaba otra alerta de mediano plazo, aparecía otro de la pandilla que se nos había perdido los últimos años, Geotrichum, causante de la pudrición ácida en cerezos y otros carozos (Fig. 1).

Figura 1. Cuantificación de hongos fitopatógenos presentes en flores de cerezo de la zona central de Chile, realizado a través de qPCR-Taqman multiplex, resultados promedio de las temporadas 2021-22, 2022-23 y 2023-24. N>100 huertos analizados para cada temporada estudiada.

Más allá del inóculo, otra característica que marca esta temporada y nos genera un problema para el control eficiente, es el grado de heterogeneidad fenológica (quizás no es el nombre más técnico, pero si el más ilustrativo), que nos presentó varios estados en un mismo árbol de cerezas. Al tener un mix fenológico, aplicaciones que están pensadas para flor no tienen el mismo efecto que para un fruto formado o viceversa, y eso puede resultar en pérdida de control. Al mismo tiempo, manejos que susceptibilizan la fruta a pudriciones como ciertos reguladores de crecimiento, aumentan su riesgo, debido a que parte de la fruta de un árbol no está en el momento más inocuo para evitar ciertos efectos negativos; lo anterior ha sido notorio y era una advertencia que realizamos a los técnicos de forma reiterada, pero de muy difícil control.

En otras especies como uva de mesa, si bien solo una parte de la floración fue en medio de lluvias significativas, el desarrollo del proceso fue muy lento, lo que dejó ventanas en algunos casos, disminuyendo la eficacia de los programas de control. Como dato exploratorio, los últimos 3 años en flores uvas era muy difícil detectar frecuencias de colonización por Botrytis de más del 5%, esta temporada es más difícil encontrar huertos por debajo de ese valor y no son pocos los que llegan a 20% y más. En uva vinífera, donde los programas de control son menos agresivos, hemos detectados casos de ataques de Botrytis foliar y sobre racimos en primeras etapas de desarrollo (Fig. 2).

Figura 2. Racimos de vid cv. Souvignon Blanc con ataques de pudrición gris y posterior aislamiento de Botrytis cinerea. Proyecto ANASAC-Diagnofruit.

Una última arista para considerar es aquella que apunta a la calidad de la fruta, en general primaveras titubeantes, no construyen buena calidad, para lo que un estándar de fruta producida en Chile requiere, con viajes largos y mercados exigentes. A inicios de primavera insistimos mucho en la posibilidad de movilizar Calcio a la futa, lo que muy frecuentemente no pasó, sobre todo en variedades tempranas. Más allá de ser un factor de susceptibilidad a pudriciones, el desequilibrio también redunda en fruta de menor firmeza, con más pitting, machucones y, al parecer, pardeamiento en cultivares susceptibles a este desorden; todas características que hemos observado en mayor o menor medida en 2023-24 y que debemos seguir monitoreando. 

¿Qué pudriciones observamos con mayor frecuencia esta temporada?

Como mencionábamos, ciertos patógenos habían desaparecido de nuestro radar, debido a que las condiciones secas de años recientes no permitían su desarrollo con propiedad, eran más bien casos aislados. Sin embargo, y considerando todo lo descrito, esta temporada ciertos enemigos han vuelto con mucha fuerza y debemos hacerle frente.

La pudrición gris, desde inicio de temporada ha sido la enfermedad más detectada desde muestras tomadas de packing (Fig. 3), donde el desarrollo del síntoma es muy inicial, y muchas veces confundible, por lo que es necesario siempre estar realizando cámaras húmedas para confirmar la presencia de los distintos patógenos. Al mismo tiempo, si bien, en general la cantidad es baja de acuerdo con análisis de qPCR, es más fácil detectar contaminaciones de Botrytis cinerea en pozos de líneas de embalaje de cerezas. En años anteriores, se producían detecciones a inicio de temporada y luego al final con fruta del sur; esta campaña, su detección se ha alargado en el tiempo incluso en semana 52, fenómeno que no había ocurrido los últimos 3 años.

Alternaria y Cladosporium, si bien son frecuentes, han dejado el paso al desarrollo de otros patógenos con mayor intensidad. Ambas infecciones tienen algo positivo para nosotros, y es que en postcosecha el contagio es muy reducido fruto a fruto.

Geotrichum y otros levaduriformes, este es un punto crítico para considerar que se suma a Botrytis y son agentes que fácilmente causan contagios en el viaje. Actualmente, Diagnofruit monitorea aguas de proceso de cerezas (hidrocooler o líneas) de al menos 40 plantas de embalaje de cerezas, considerando las más grandes exportadoras del país, por lo que probablemente más del 70% de la producción nacional está siendo controlada con el servicio de cuantificación a través de qPCR-Taqman multiplex; gran parte de esto se realiza gracias a un convenio con PACE Int-Sumitomo. Hemos escalado la técnica, que fue iniciada con ayuda de CORFO en 2016 y esta temporada tenemos reportes entre 24 -48 hrs post muestreo, lo que genera una opción de respuesta rápida en el packing cuando observamos problemas de contaminación, promoviendo aumentos de concentraciones de sanitizantes, reducción del número de horas de uso de aguas, etc.

Temporadas anteriores, Geotrichum en el 99% de los casos estaba bajo el umbral de detección de la técnica; sin embargo, este año la realidad es muy distinta, al menos el 20% de las muestras resultan en algún nivel de este levaduriforme en el agua, y en algunos casos llegando muy cerca de niveles críticos.

Como señalábamos, en los huertos, ya detectamos de forma temprana en flores y frutitos el hongo (Fig. 1), por lo que esperábamos desarrollo en la cosecha. En particular Geotrichum es muy difícil de controlar, triazoles es la única opción de fungicida de síntesis y que, si bien hemos intensificado su uso este año, la efectividad no es tan alta, porque el hongo exhibe resistencia fácilmente, debido a la presión de selección ejercida por la única molécula con uso amplio que es tebuconazol. 

Figura 3. Frutos cv. Lapins sintomáticos rescatados desde proceso de cerezas Región del Maule, semana 49, sometidas a 72 hrs de cámara húmeda. Se observa dominio de pudrición gris (Botrytis cinerea) y algunos frutos presentan pudrición mixta por Geotrichum, otras levaduras y Penicillium.

Otras levaduras son detectadas generando pudriciones o al menos están presentes en frutos con muestras de pudrición ácida, el problema es que desconocemos la epidemiología; particularmente, este año vimos ataques en fruta temprana con partiduras, lo que da luz a como se podría iniciar el proceso infeccioso. Estos microorganismos están presentes en la superficie de hojas y frutos, generalmente no son patogénicos, pero ciertas condiciones que desconocemos le permiten avanzar al perjudicial nivel de fitopatógenos. Las aguas son fácilmente contaminadas con estos hongos (Fig. 4), sin embargo, que estén no necesariamente resultarán en contagios de fruta sana, pero es una alarma para mantener nuestros sistemas lo más limpios posibles, con los sanitizantes en los mayores niveles de uso posible.

Figura 4 . Resultado de siembra en medio de cultivo para hongos de agua de vaciado e hidrocooler de Packing de cerezas con contaminaciones de hongos levaduriformes como Rodotorula, Aureobasidium y filamentosos como Penicillium.

En conclusión, aún nos queda camino que recorrer, la fruta más problemática ya fue embalada, pero aún quedan rezagos de inóculo con fruta susceptible, no descuidar las aplicaciones de campo ni postcosecha (asegurar residuos, ver artículo anterior), eventualmente reforzar programas con fungicidas en base a extractos botánicos y/o Bacillus como estrategia general, además de mantener o sumar Botryticidas cercanos a cosecha, que posean en su formulación fungicidas de los grupos fenilpirrol, hidroxianilida o carboxamida considerando además el uso de tebuconazol para protegernos de Geotrichum, siempre respetando carencias de acuerdo a la normativa nacional y estrategia de venta.

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