El desarrollo de la industria salmonera y la llegada de más habitantes a la Región de Los Lagos durante la pandemia son dos de los factores que explicarían parte del dinamismo que han tomado los emprendimientos, startups y nuevos desarrollos en esa zona del país en los últimos años, que la están convirtiendo en un atractivo polo de innovación con impacto en el agro.
De hecho, recientemente se eligió a Frutillar como sede para el congreso World Summit Awards (WSA) del próximo año, uno de los eventos más importantes para las startups a nivel global, y en los próximos días se inaugurará el primer Centro de Innovación Regional de Los Lagos, que buscará seguir potenciando los proyectos de innovación en la zona.
“Este centro viene a responder lo que ha estado pasando en la región y busca conocer los principales retos de las industrias locales, salir a buscar soluciones y facilitar la creación de nuevas soluciones”, plantea Julio Brintrup, quien asumirá como director ejecutivo del centro, que es financiado por el Gobierno Regional.
Detalla que para eso ya están trabajando con gremios de la construcción, la industria salmonera y la agricultura, además de los municipios de la región, para recopilar las principales necesidades que nacen desde el agro, en un trabajo similar al que se realizó durante 2021 junto a Fedeleche, para el rubro lácteo.
Hasta ahora ya son varias las empresas y proyectos de ese sector que han despegado desde Los Lagos de las cuales algunas ya se han internacionalizado o avanzan en esa línea– enfocados en manejo eficiente del agua y la predicción climática, la producción de bioestimulantes a partir de algas, la gestión de las compras e, incluso, la aquaponía y agricultura vertical como formas de avanzar en sustentabilidad.
Algas para fertilizar los campos
Tras ver que las algas se usaban en forma natural para fertilizar los cultivos en las costas del sur y la isla de Chiloé, a inicios de los años 90 el investigador Marcelo Brintrup comenzó a estudiar sus componentes, para procesarlas de manera más sofisticada y aprovechar su potencial.
Recuerda que el resultado fue sorprendente: descubrió que con el alto contenido de minerales y fitohormonas que tenían podían ayudar a hacer crecer las plantas, y de esa manera comenzó a desarrollar los procesos y tecnologías para llegar a producir Fertum, una línea de bioestimulantes elaborados a partir de huiro y cochayuyo, principalmente, que se puede aplicar en todo tipo de cultivos, frutales y praderas, y que generan un efecto antiestrés en los cultivos, mejorando los rendimientos y calidad.
Debido al atractivo de los productos y al potencial para escalar, en 2013 se asoció con Rebeca Gálvez, Claudio Fernández y David Hockley, con quienes formó Patagonia Biotecnología (PatBio) y patentaron la fórmula de Fertum para Chile, Estados Unidos y Canadá.
Actualmente, aunque Chile sigue siendo el mercado principal, donde tienen más de 300 clientes entre Copiapó y Los Lagos, exportan buena parte de la producción a Perú y Estados Unidos, donde ven un gran potencial de crecimiento, y están en el proceso de validación y registros sanitarios para ingresar a México y China.
“El problema que se generó con la pandemia y el conflicto entre Rusia y Ucrania, con una menor disponibilidad de fertilizantes y luego un alza de costos, fue una oportunidad para que en Chile los agricultores hicieran un análisis más fino y buscaran formas más eficientes para fertilizar”, resalta Alberto Abascal, gerente para Chile y Estados Unidos de PatBio.
El foco principal a mediano plazo es seguir impulsando la investigación y desarrollo en los procesos.
“Estamos constantemente desarrollando nuevos proyectos. Hoy estamos cultivando algas, llegando a tener producciones de 30 toneladas por hectárea, para poder cosechar en los períodos que las concentraciones de fitohormonas son más altas”, afirma Marcelo Brintrup, ya que hasta ahora buena parte de las algas las recolectan pescadores de la zona.
Y acaban de dar un nuevo salto. Luego de analizar los componentes de diferentes algas del mundo, la compañía italiana Sicit Group –una de las principales a nivel global en la producción de bioestimulantes de origen animal– decidió comprar el 51% de Patagonia Biotecnología para incorporar una oferta de productos de origen vegetal, operación que se concretó hace pocos días.
“Nuestro desarrollo industrial va a seguir estando en Río Chico, vamos a seguir funcionando con la misma estructura, pero con esta asociación tendremos la oportunidad de profundizar aún más nuestra I+D… Ya hemos invertido en aumentar la capacidad de la planta y hoy podemos producir cuatro veces más el volumen que vendemos, así es que estamos preparados para crecer y transformarnos en una empresa líder mundial para la producción de extractos de algas marinas”, asegura Rebeca Gálvez.
Certificada como empresa B, los socios de PatBio resaltan la importancia de continuar generando un impacto positivo a nivel local y en la sustentabilidad del agro con sus productos, y reconocen el desarrollo innovador que se ha intensificado en Los Lagos.
“Puerto Varas y Frutillar se están convirtiendo en un foco de atracción de talento internacional”, dice Rebeca Gálvez, quien también es una de las emprendedoras de Endeavor Patagonia.