Una de las medidas más efectivas para disminuir los efectos negativos que se producen por los episodios climáticos extremos en frutas y hortalizas, es el uso de cobertores. Sin embargo, su aplicación debe realizarse con especial cuidado para evitar afectar las condiciones productivas del cultivo protegido.
Fenómenos climáticos extremos o a destiempo, pueden influir negativamente en los sistemas de cobertura, por lo cual, es fundamental modificar las condiciones al interior del cobertor con el objetivo de generar un ambiente con parámetros de temperatura, humedad relativa, evapotranspiración y viento óptimos para el cuidado de los cerezos.
En este sentido además, hay que considerar que en particular, si la humedad y la temperatura son excesivas, se crean una serie de riesgos. Primero, puede incidir en una menor calidad de fruta a cosechar y también en el desarrollo de patógenos que a su vez, ponen en riesgo la sanidad del huerto. Por otra parte, se posibilita la generación de “bolsas de calor” que causan estrés y ante el cual la planta reacciona cerrando sus estomas. Al mismo tiempo, estas bolsas de calor generan aumentos en la humedad relativa con niveles por sobre el 60% que, combinado con las altas temperatura y cierre estomático, produce una disminución del flujo de masas desde las raíces, tronco y zonas periféricas (Stone et al, 2022).
El calcio necesita de estos movimientos de savia, quedando totalmente bloqueado, inhibiendo el desarrollo de paredes celulares firmes. Como consecuencia de lo anterior los frutos no son capaces de fijar calcio en la cantidad adecuada, generando frutos blandos de baja calidad.
Entonces, ¿cómo elegir los cobertores adecuados?
Lo primero es tener claridad absoluta de las condiciones climáticas de la ubicación del huerto, y considerar que incluso, dentro de un mismo país por ejemplo, pueden haber microclimas y condiciones inesperadas.
Otro punto a considerar tiene que ver con los parámetros agronómicos, marco de plantación, distancia de las hileras, altura de los árboles o plantas, orientación de la plantación, sectores de riego, etc.
En cuánto a las cualidades que debemos priorizar a la hora de elegir, debemos saber que no todos los cobertores son iguales, por lo que hay que poner atención en la calidad de luz -difusa o directa, termicidad, laminado doble cara, composición de radiación, etc. Así, su elección dependerá de las necesidades y características del cultivo y el huerto, pero si su uso es necesario, y se realiza de manera óptima, puede contribuir a una mejor producción y a fruta de mayor calidad.
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