Los huertos de cerezos se encuentran en plena dormancia; idealmente desde fines de abril, inicio de mayo, dichas estructuras comenzaron su letargo invernal representado por la caída de, al menos, el 50 por ciento de sus hojas; siempre considerando que hoja amarilla es igual a hoja caída. Se indica “idealmente”, pues en ocasiones y debido a diferentes factores, se deben usar estrategias para botar hojas y dar inicio así, a la dormancia.
Dicho letargo invernal es fundamental, pues durante este período las plantas “descansan” y metabolizan sus reservas para comenzar una nueva temporada de desarrollo. En estos meses (mayo-junio-julio) se presta especial atención a la acumulación de horas frío (HF), que en cerezos se produce entre el 1 de mayo y el 31 de julio. Una buena acumulación de frío, según los requerimientos específicos de cada variedad, es el principal indicador de la dormancia, pues se puede concluir que la planta utiliza de mejor forma sus reservas si cumple con los requerimientos de HF.
Pero existen también otros componentes que muchas veces se pasan por alto, pero que tienen un relevante impacto el la dormancia. La lluvia influye directamente en el letargo invernal de las plantas, ya que mientras éstas estén más días mojadas, las estructuras tendrán una mejor acumulación de frío.
Por otra parte, un factor muy relevante en términos de dormancia es el largo del día o la oscuridad; cabe mencionar que el primer atisbo de la dormancia ocurre con el inicio del verano y acortamiento del fotoperíodo. Dicho acortamiento provoca que los materiales anuales de las plantas que crecen desde fines de diciembre y que se desarrollan cerca de 70 días, presenten secciones basales lignificadas, lo que incide en la inducción de flores, acumulación de reservas, cambio de flujo de savia y comienzan los preparativos para dar inicio al letargo.
En resumen, inviernos más lluviosos, probablemente son inviernos también más oscuros, de fotoperiodo más corto, y eso es un componente importante de la dormancia.
¿Pero es posible determinar que estos factores, o la acumulación de más horas frío puedan asegurar el éxito de la temporada en cuanto a condiciones óptimas de producción? La respuesta definitivamente es no.
Dicho tema requiere un análisis un poco más técnico. Cuando se está ante un invierno como éste, muchas veces se comenta que podría darse una mala dormancia, porque tal vez haya menos acumulación de HF; sin embargo, esto podría variar si se considera la lluvia y fotoperiodo como factores importantes en la calidad del período de dormancia.
Por otra parte, se debe considerar que la acumulación de frío es súper importante en la endodormancia, que es la parte central de la dormancia, siendo junio y hasta la primera semana de julio, el principal periodo de dicha etapa. Durante la endodormancia las plantas deben acumular al menos el 40% del total de requerimiento de HF, por lo tanto, son muchos más factores o muchos más indicadores los que se debe considerar o medir también para evaluar si es o no una buena dormancia, teniendo presente que la condición de este letargo invernal, su calidad, será uno de los indicadores o factores de la producción.
Claramente ni las horas frío, ni la lluvia, ni el fotoperiodo definen una temporada, pues hay otros factores que inciden en la producción de cerezas. Por ejemplo, en años de muy buena dormancia, pero de una mala acumulación de grados día en primavera, se ve afectado el desarrollo normal o el metabolismo de la planta en función de desarrollar estructuras florales o fructificación, lo que podría terminar con un mal año.
Por otro lado, si la dormancia no es tan buena, bastaría, quizás, para sopesar eso una muy buena primavera, día soleados, con buena humedad relativa, para que se produzcan todos los procesos de polinización y fecundación y tener una buena cuaja y un buen resultado de potencial productivo. Por lo tanto, se debe tener presente que son factores que no del todo aseguran una temporada exitosa o una o una mala temporada.
Cada temporada es diferente y tiene sus propias características; lo importante es contar con la mayor cantidad de información actual posible y también de años anteriores; esto permite comparar, evaluar y tomar decisiones de manera informada en pos de alcanzar el potencial productivo del huerto.