El estrés abiótico puede afectar a los árboles frutales en diversas etapas a lo largo de su ciclo de producción. Después de la cosecha, los árboles frutales realizan procesos fisiológicos clave, como la transpiración y la fotosíntesis, que son esenciales para el desarrollo de raíces, brotes y yemas.
Estos procesos mantienen la salud del árbol y construyen reservas que sirven como fuentes vitales de energía para apoyar la floración, el cuajado de frutos y el desarrollo temprano de brotes y frutos. Sin embargo, los factores de estrés abiótico, como el calor y la radiación durante esta fase crítica, pueden interrumpir estos procesos, reduciendo la productividad del huerto al dificultar la diferenciación floral, la acumulación de reservas y la salud general del huerto, lo que afecta el rendimiento y el potencial de crecimiento.
Es por ello que Cultiva invita a revisar el “Boletín Técnico sobre Productividad de los Árboles Frutales Postcosecha”: