Cobertores de lluvias generan efecto positivo sobre el crecimiento y distribución de calibres en cerezos, pero producen una mayor susceptibilidad de daños de condición en poscosecha.

Cobertores de lluvias generan efecto positivo sobre el crecimiento y distribución de calibres en cerezos, pero producen una mayor susceptibilidad de daños de condición en poscosecha.

La calidad y condición de la fruta son los principales atributos que tienen directa relación con la rentabilidad de un huerto de cerezos en función de las exigencias del mercado hoy en día. La utilización de cobertores en la industria ha sido una muy buena alternativa para proteger la fruta de las lluvias y así disminuir el riesgo de partiduras o “cracking”, las cuales son un elemento determinante en cuanto a posibles pérdidas económicas para los productores de cerezas en Chile.

Las partiduras o “cracking” en los frutos es causado por la penetración de agua impulsada osmóticamente a través de la superficie de la fruta aumentando el volumen de la fruta en un grado que la piel no puede tolerar (Glenn y Poovaiah, 1989). Balbontín et al. (2013) señalan que las grietas se producen por el rápido aumento de la absorción de agua, ya sea a través de la piel de la fruta o el sistema radical.

La susceptibilidad de los frutos a este tipo de daño por lluvias va en aumento desde la etapa de elongación celular, reconocida fenológicamente desde inicio de color pajizo hasta cosecha, considerando que en esta etapa las células de los frutos se están llenando de agua y aumentando el contenido interno de azúcar. El periodo más susceptible para las partiduras de la fruta es el quiebre de color o más conocido como el “color pajizo de frutos” hasta cosecha, por lo que los huertos son cubiertos desde este periodo, que por lo general son tres semanas antes de cosecha (Meland, 2006).

Sin embargo, la utilización de cobertores también incide en la condición y calidad de la fruta, ya que ésta no posee las mismas propiedades o características que aquellas de huertos que se encuentran totalmente descubiertos.

“Mucho se hablado en los últimos años, y en las últimas temporadas que la condición de fruta bajo techo es de menor calidad. Tengo que reconocer que en general es sí, pero que esas menores “calidades” muchas veces están dentro de las calidades aceptables o buenas, sin embargo, creo que el enmarcar que la fruta bajo techo es de mala calidad es súper injusto para el producto techo, considerando que el principal factor de la utilización de los techos es proteger la fruta de una lluvia pre cosecha para evitar pérdidas por partidura o “cracking”, por lo tanto, la pregunta que uno hace si es tan mala la fruta bajo techo, analicemos este factor después de la lluvia, sentémonos y miremos la fruta que estaba bajo techo después de la lluvia porque probablemente esa apreciación es muy subjetiva o es muy relativa con respecto a qué es o cómo es la calidad de la fruta”. señaló Carlos Tapia, director técnico Avium.

Según investigaciones realizadas por Avium, las cubiertas protectoras de lluvias proporcionan un efecto positivo sobre el crecimiento y distribución de calibres, así también producen una mayor susceptibilidad de daños en poscosecha, debido principalmente a que la dureza del fruto se ve disminuida bajo la cubierta, teniendo consecuencias directas a en la susceptibilidad a daños mecánicos.

“Las condicionantes de por qué la fruta bajo techo puede ser de mala calidad, yo creo que va por dos razones, una es la distancia o cuán cerca están las carpas de la canopia de la planta. Cuando están más cerca de la canopia de la planta sin duda hay un efecto de mayor temperatura y mayor humedad relativa a ésta especialmente en el último tercio, por lo que la fruta podría tenderse a ablandarse un poco más, sin embargo, tenemos que entender también que este aumento de la temperatura en esta zona de la planta trae por consiguiente probablemente una aceleración de la maduración de la fruta,  por lo que si nosotros no somos capaces de entender que tenemos una disparidad de maduración y hacemos un barrido de nuestra cosecha, va haber quizás un tercio de esa fruta que está sobre madura y esa sobre madurez que muchas veces se reconoce como ablandamiento, fruta con pedicelo algo más deshidratado o con fruta de colores más oscuro, caoba oscuro, quizás negro se da porque el punto de cosecha de esa fruta por efecto directo del techo en términos de temperatura era 4-5 o quizás 6 días antes del momento en que se barrió la cosecha.” agregó Tapia.

La investigación se realizó en un huerto comercial de cerezos en la localidad de Tutuquén, Región del Maule, Chile. El material vegetal utilizado correspondió a la especie Prunus avium, cv. Bing sobre portainjerto Colt. El huerto se estableció en el año 2007 a una distancia de plantación de 5,0 x 2,5 m., con un sistema de conducción en eje central tradicional. El sistema de cobertura utilizado corresponde a el sistema de tres alambres clásico, siendo el más utilizado en la producción de cerezas en Chile. A continuación, se detallan los tratamientos utilizados (Cuadro 1).

Cuadro 1. Tratamientos para evaluación del efecto de la cubierta protectora de lluvia sobre los parámetros de condición y calidad de los frutoa en P. avium cv. Bing.


1 sin cubierta permanente toda la temporada
                                            2 indica cubierta del cultivo 25 días antes de cosecha (inicio de color pajizo de frutos).

En el cultivo con cubierta (T1) el diámetro ecuatorial (mm) y el peso de frutos (g) fueron significativamente superiores (Cuadro 2) respecto al tratamiento sin cubierta (T0). Además, se reconoce que la distribución de calibres en XL, SJ y EJ se observaron diferencias estadísticas entre los tratamientos, con una clara superioridad en aquellos bajo el tratamiento con cubierta. Se reportó que el tratamiento sin cubierta presenta una mayor cantidad de frutos en las categorías J y EJ, en tanto que en el tratamiento T1, la mayor cantidad de frutos se observan en las categorías SJ y EJ, lo que corrobora que los efectos de una mejor curva de calibres del tratamiento con cubierta.

Cuadro 2. Diámetro (mm), peso (g) y distribución de calibre de frutos por cada tratamiento en porcentaje (%) en fruto de P. avium cv. Bing.

Letras iguales en una misma columna no presentan diferencias estadísticas según Tukey al 95% de confianza.

En el estudio una de las principales características que se vieron alteradas por la utilización de las cubiertas, fue la resistencia a la penetración de la pulpa (Durofel), disminuyendo ampliamente la dureza de los frutos bajo cubierta versus aquellos que se encontraban en el exterior, con una diferencia de 6 UD Durofel aproximadamente (Cuadro 3) .

Por otro lado, Sams (1999) y Sekse et al. (2009) señalan que los frutos bajo cubiertas tienen menor contenido de minerales, como calcio (Ca), potasio (K) y magnesio (Mn).

 “En condiciones de alto vigor en los arboles cubiertos, el calcio y potasio se mueven predominantemente más hacia los brotes y en menor medida hacia los frutos” Señalo Tapia. De acuerdo con lo señalado, esto podría explicar los resultados obtenidos en esta investigación en cuanto a la menor firmeza de los frutos bajo cubierta, ya que el calcio está directamente implicado en el fortalecimiento de las paredes celulares de las plantas” (Demarty et al. (1984).

Cuadro 3. Resistencia a la penetración de pulpa (Durofel) de frutos de P. avium cv. Bing.

Letras iguales en una misma columna no presentan diferencias estadísticas según Tukey al 95% de confianza.

Con respecto a la medición de materia seca el estudio también arrojó que aquellos frutos bajo cubierta tuvieron menor % de materia seca en su interior, con respecto a aquellos frutos que estuvieron al exterior.

Pero la mayor diferenciación entre la fruta con cobertores y aquella que no tuvieron, se dio en la medición de incidencia de daños mecánicos en porcentaje a 45 días después de cosecha y en la medición de pedicelos pardos.  El mayor porcentaje de fruta sana se encontró en el testigo sin cobertores, versus aquella fruta con cobertores, tuvo mayor porcentaje de machucones, adhesión y punteadura, así como mayor porcentaje de pedicelos pardos y verdes.

“Finalmente, la utilización de los techos sin mediar ningún análisis técnico considerando un manejo distinto de riego y nutrición puede ser que los árboles generen una exceso de vigor ayudado principalmente por la mayor temperatura que imprimen estas carpas al último tercio, pero además la humedad relativa. ¿En qué incide esto? En que los crecimientos de los brotes en último tercio del techo son más abruptos son más potentes, por lo tanto, generan un círculo vicioso de aumento de humedad relativa. Como está techado esta humedad relativa no tiene vía de escape y se genera un efecto “invernadero” que hace que la fruta se ablande un poco más por efecto de la temperatura, pero además que se genere un ambiente propicio muchas veces a hongos, especialmente en variedades sensibles a enfermedades fungosas como, por ejemplo, Sweetheart. Por otro lado, el exceso de vigor que se mide en la tasa de crecimiento de los materiales anuales genera un desvío de algunos nutrientes esenciales en la producción como es el calcio (Ca) y el Potasio (K). Estos dos nutrientes viajan por agua y que se mueven por un flujo transpiratorio por lo tanto la demanda de ellos está dada tanto por la fruta como por los brotes, pero si los brotes tienen una mayor fuerza de atracción, estos nutrientes van a ir con mayor prioridad a todo lo que es brote anual en desmedro de la acumulación de estos nutrientes por la fruta. Por lo tanto se podría explicar también que la potencial menor calidad de fruta se podría dar por esta opción, sin embargo, insisto que es injusto hablar que la fruta bajo techo es más mala o es de menor calidad, porque el sistema bajo techo se tiene que manejar de una forma distinta, una forma distinta de riego, distinta en términos de nutrición y distinta en términos de manejos culturales como poda o como regulación de carga e incluso utilizando algunas técnicas de control de vigor  vegetativo”. destacó el experto.

Referencias bibliográficas

  • Balbontín, C., Ayala, H., M. Bastías, R., Tapia, G., Ellena, M., Torres, C., Yuri, J., Quero-García, J., Ríos, J. & Silva, H. (2013). Cracking in sweet cherries: A comprehensive review from a physiological, molecular, and genomic perspective. Chilean journal of agricultural research, 73(1), pp.66-72.
  • Demarty, M., Morvan, C., Thellier, M., 1984. Calcium and the cell wall. Plant Cell Environ. 7, 441–448.
  • Glenn, G. y Poovaiah, V. (1989). Cuticular properties and postharvest calcium applications influence cracking of sweet cherries. Journal of the American Society for Horticultural Science 114, 781-788.
  • Meland, M. (2006). Diseño técnico para cubiertas protectoras de lluvia contra rajadura para huertos de cerezo dulce. Seminario Internacional de cerezas. Viña del Mar, Chile.
  • Carlos Tapia: Comunicación personal/Investigaciones Avium.
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