En un campo de cerezos de la variedad Santina, ubicado en una zona con condiciones de microclima, los resultados del uso de los protectores de Agralia han sido notables. Más allá de la protección, el objetivo principal ha sido el adelantamiento de cosecha, una estrategia clave en la competitiva industria de la cereza chilena.
Según comenta Fredy Guzmán, productor de cereza, , la implementación de estos sistemas ha permitido adelantar la cosecha hasta en ocho días, con potencial de llegar a diez o incluso doce días, combinando manejos agronómicos adecuados y una correcta acumulación de horas frío. “Mayoritariamente es para protección y para adelantamiento. En el caso de nosotros que tenemos Santina, y al tener un microclima, nos permite adelantar esa variedad”, afirma.
Uno de los aspectos más relevantes observados en el campo ha sido la diferencia térmica bajo las estructuras de Agralia. A diferencia de otros techos instalados en el mismo predio, estos sistemas generan una temperatura más fresca y estable, lo que se traduce en mayor turgencia del fruto y mejor condición de planta. “Hay una diferencia de hasta cuatro grados con respecto a otros techos que tengo. La planta está súper bien y tengo fruta más turgente que la que está en otros techos, de otra empresa”, destaca.
Estos resultados reflejan cómo la tecnología aplicada correctamente puede marcar diferencias significativas, no solo en términos de protección, sino también en el rendimiento comercial y la calidad final del fruto. Agralia se posiciona así como un aliado estratégico para quienes buscan adelantar cosechas sin sacrificar calidad, aprovechando al máximo las ventajas del entorno y la innovación en infraestructura agrícola.