¿Cuál sería el sueño del pibe en términos productivos?, y no estamos pensando en ganar el mundial de futbol. Para cualquier productor de fruta de exportación, en especial para un productor de cerezas el sueño del pibe sería obtener fruta con calibres altos a muy altos; altos en materia seca, firmes y sin partiduras, machucones, o pitting; y con buenos grados brix; con el correcto color para el mercado y la variedad; pedicelos vivos, turgentes y verdes; y todo esto que se mantenga lo mas posible en el tiempo hasta su consumo. Esta larga lista de atributos tiene como objetivo el satisfacer los requerimientos de los mercados de destino y obtener la máxima rentabilidad del cultivo.
¿Y cómo lograrlo?, El secreto está en el denominado lado oculto de la planta, las raíces; y el momento es este, en postcosecha. Esto lo sabe muy bien la empresa de estimulantes vegetales Innovak Global que ha dedicado gran parte de su trabajo a difundir las bondades de la bioestimulación desde la Raíz, tal como lo señala su eslogan.
Preferentemente en los frutales de hoja caduca y que se desarrollan en climas templados con un periodo de receso invernal, los azúcares y aminoácidos provenientes de la reserva juegan un papel importante en el crecimiento y desarrollo de las primeras estructuras que soportan la floración y en la floración misma de la temporada que la precede. Existe un complejo proceso desde la inducción floral hasta la madurez de la fruta y que toma dos temporadas de crecimiento. Hasta hace muy poco, los azúcares eran vistos sólo como fuentes de energía durante la formación de las estructuras reproductivas; desde la inducción floral durante el verano del primer año, hasta la floración durante la primavera siguiente. Estos azúcares que son utilizados en el desarrollo de las estructuras reproductivas son suministrados por las almacenadas en tejidos especializados de las estructuras permanentes, tales como raíces, tronco y ramas, o por la fotosíntesis en hojas o inflorescencias, dependiendo de la etapa de desarrollo.
En la formación de las flores, especialmente en la meiosis, el suministro de reservas es muy importante porque determina la expresión de la diferenciación de los tejidos ocurrido durante receso invernal, y que corresponde en toda la planta a la transición entre la re-movilización de reservas desde órganos de acumulación hasta que las estructuras que soportan la producción logren pasar su punto de compensación fotosintética. Dicho de otra forma, hasta que el ingreso supere a la inversión y costos operacionales de la planta.
Deficiencias en la acumulación de reservas durante el año anterior provocan fallas en el desarrollo de flores e inflorescencias, mientras que la alteración de las fuentes fotosintéticas afecta la formación de flores y desarrollo de frutos durante el mismo año. En particular, la falta de disponibilidad de azúcares en flores en la meiosis femenina causada por factores ambientales o fisiológicos pueden llevar a un aborto floral drástico. Además de la energía, los azúcares también juegan roles como reguladores de la expresión génica y como moléculas de señal que pueden estar involucradas en respuestas al estrés. Lo mismo ocurre con el nitrógeno, el cual está asociado a los aminoácidos que también son movilizados desde las reservas hacia los puntos sumideros para constituir los primeros crecimientos de la temporada.
Si analizamos el comportamiento teórico del crecimiento de los ápices de las raíces durante la temporada de los frutales caducos, podemos observar que existen dos momentos en los cuales hay un aumento en la tasa de crecimiento radicular y por ende una mayor capacidad de absorción de nutrientes desde la solución del suelo. La primera ocurre al inicio de la temporada impulsado por la actividad auxínica de los brotes, y la segunda durante los meses donde se estará desarrollando la etapa de postcosecha.
Con el objetivo de lograr corregir los niveles nutricionales (reservas), asegurar una mejor calidad de las yemas, y por ende un mejor potencial productivo en rendimiento y calidad, es necesario tener la “seguridad” de tener un sistema radical activo después de la cosecha, es decir, que se estén generando nuevas raíces, lo que en la teoría debiera ser lo normal, pero esto podría no ocurrir debido al efecto de factores exógenos y/o endógenos.
Por lo tanto, es la postcosecha la oportunidad para poder incorporar nutrientes a la planta, asociado al flujo de crecimiento de raíces nuevas, y al hecho que sólo éstos son los que poseen la capacidad de absorber nutrientes, el resto sólo agua.
Para el trabajo de postcosecha debemos tener en cuenta los siguientes puntos:
- No todos los años son iguales y las plantas no responden linealmente a los factores de producción. Se presentan cambios en el balance hormonal producto de las alteraciones en las condiciones ambientales y en al uso de los recursos de la planta. de tal forma que la acumulación y el consumo varían según las necesidades fenológicas de cada estructura en la planta (actividad de las fuentes y los sumideros). Después de la cosecha y finalizando la temporada, las necesidades de abastecimiento de brotes y obviamente de los frutos ya no existe, por lo que los recursos que se produzcan de aquí en adelante sirven para su utilización inmediata (metabolismo basal y funcional) y lo que sobra para la síntesis de compuestos de reserva. De esta forma, se requiere mantener el abastecimiento de fotosintatos como un factor de inversión de recursos necesaria en el inicio de la temporada.
- Además, los niveles de N-orgánico acumulados como reserva en la temporada condiciona la respuesta de los crecimientos (reproductivos y vegetativos) en la primavera siguiente. De esta forma los niveles suficientes de N-orgánico acumulados como reserva responden mejor a los rompedores de receso (cianamida hidrogenada, u otros) e incluso sin ellos, las yemas con altos niveles de reserva requieren de menos frio para una buena brotación.
- Es importante mantener raíces activas y mejor aún nuevas lateralizaciones en la etapa de postcosecha, ya que las porciones más jóvenes de la raíz son las que tienen una alta actividad respiratoria y por ende la capacidad de absorber nutrientes. Esta actividad respiratoria en las raíces requiere de condiciones ambientales favorables como son una adecuada humedad y oxigenación del suelo. Es por ello no debemos olvidar que debemos que en invierno debemos mantener la humedad en el suelo, de ser necesario mediante la aplicación de riego. (ojo con inviernos que puede tener un inicio seco y cálido con abundantes lluvias hacia el final de la estación). Esto reafirma la necesidad de asegurar la ocurrencia de una buena actividad radicular de postcosecha mediante el uso del activador de la raíz, NutriSorb
- No siempre vamos a tener ocurrencia de estos flujos de crecimiento radicular en postcosecha, ya que están determinados por distintos factores influenciados por el estatus nutricional y el balance hormonal resultante, lo que explica la heterogeneidad de respuestas y actividades de las raíces año a año; y la ocurrencia en algunos huertos frutales de su decaimiento prematuro. Para lo anterior es necesario forzar la generación de raíces mediante el uso de enraizantes, tal como Radigrow, que además promueve un efecto enraizador amplificado a las estructuras donde el producto no ha tenido contacto.
Recomendación para la preparación radicular a la postcosecha
Aplicar vía suelo: 3 a 4 L/ha de NutriSorb + 10 a 15 L/ha de Promesol (dosis de mantención), 10 a 20 días terminada la cosecha (dependiendo del frutal). Repetir NutriSorb 10 a 20 días después.
No dude de consultar al equipo técnico de Innovak Global para que la experiencia del uso de nuestros productos se ajuste a vuestras necesidades específicas