La última temporada ha levantado las alarmas con respecto a patógenos que causan cáncer, decaimiento y muerte de plantas, no sólo en cerezos, sino también otros frutos de carozo se han visto seriamente afectados, como también otras especies como los kiwis. Un primavera más húmeda que los últimos años, presencia de heladas temprano en el otoño y otras en invierno, han configurado el escenario perfecto para el desarrollo de estos patógenos en la zona central de Chile; al mismo tiempo, veranos calurosos, con olas de calor incesantes y con períodos estivales que parecen nunca terminar, extendiéndose al otoño, suman condiciones para que, especialmente, hongos que provocan cáncer, como Cytospora, comiencen con procesos de muerte en nuestros huertos, disminuyendo considerablemente la rentabilidad y por proyección la sostenibilidad de la producción frutícola.
Hablemos brevemente del conocimiento actual del patógeno
Como ha pasado en otros géneros y especies, las herramientas de análisis molecular nos han abierto las puertas a un nuevo conocimiento que difícilmente hubiésemos podido obtener a través de taxonomía clásica, incluso considerando avezados expertos en la materia; de esta forma, el género Cytospora no ha estado exento de nuevos conocimientos.
En una revisión rápida en bases de datos científicas podemos encontrar casi de forma inmediata interesantes trabajos donde se dan a conocer nuevas especies de Cytospora, sacándonos de la clásica especie C. leucospora (Foto 1) como mirada única.

Foto 1. Cytospora leucostoma aislada de cerezo Región del Maule, temporada 2022-23. Placa 25 días de edad.
En China, por ejemplo, en un estudio publicado en 2020, se presentan 10 nuevas especies de Cytospora asociadas con cancro y muerte regresiva de rosáceas, C. cinnamomea, C. cotoneastricola, C. mali-spectabilis, C. ochracea, C. olivacea, C. pruni-mume, C. rosicola, C. sorbina, C. tibetensis y C. xinjiangensis y tres taxones conocidos, incluidos Cytospora erumpens , C. leucostoma y C. parasític fuereon descritos. Si bien el estudio analizó aislados más allá de huéspedes del género Prunus, es una prueba de una alta diversidad que previamente estaba oculta para el observador común y también para el más instruido y que no tenemos muchos antecedentes en Chile. Un año después, también en China, estudios en coníferas (pinos, piceas y juníperos) sintomáticas cuatro nuevas especies fueron descritas.
En el otro lado del mundo, en Canadá, a inicios de este año, una nueva especie fue descrita afectando a Prunus y se bautizó como C. paraplurivora y , anteriormente, en 2018, 10 nuevas especies fueron descritas en USA afectando almendros, cerezos ( Prunus avium, olivos, melocotones, pistachos, granadas, ciruelas para deshidratado, nogales y plantas ornamentales leñosas como álamos, camelia y secuoya.
En Chile, la especie más observada es C. leucostoma, pero sin duda, podríamos estar ante una diversidad de especies que no hemos logrado clasificar del todo, esencialmente por falta de recursos económicos; es así como en análisis genéticos básicos, muchas veces no hemos podido dar con especie conocida en aislados rescatados desde cerezos, por lo que debemos profundizar en esta área, considerando que cada especie puede poseer distintas características, como virulencia, adaptación al clima, sensibilidad a fungicidas, entre otras que pueden afectar el control en campo. Aparte de detecciones en frutos de carozos, hemos detectado ataques de este patógeno en kiwis amarillos, de forma más bien aislada, sin comprometer la vida de la planta.
Síntomas para observar en campo

Bajo nuestra realidad, cuando el patógeno ya está bien desarrollado dentro de la planta, podemos ver desde ramas muertas hasta un decaimiento general de la planta, hojas pequeñas y defoliación temprana (Foto 2). Cancros y cambios en la coloración interna de la madera acompañan los síntomas antes mencionados, y la exudación de goma, al igual que en cáncer bacterial, puede ser generada.
Foto 2. Árbol de cerezo cv. Royal Dawn atacado por Cytospora sp. Con defoliación temprana y decaimiento general (Las Cabras, 2023)
En madera muerta o viva el hongo puede generar cuerpos frutales (Foto 3), estructuras por donde liberará esporas para su reproducción y colonizar plantas sanas; probablemente esta es la mayor diferencia con el cáncer causado por bacterias.

Foto 3. Cuerpos frutales del hongo en madera muerta de cerezo.
¿Cómo infecta Cytospora a nuestros cerezos?
Como antecedente general, Cytospora se considera un patógeno secundario, ¿por qué? Debido a que necesita una herida para penetrar y colonizar el vegetal; el gran problema bajo nuestro modelo productivo es que existen varias formas para que se generen estos puntos de entrada:
- Manejos que provocan heridas (podas, sistemas de conducción agresivos, cosecha, etc.)
- Clima (exceso de radiación solar, heladas, granizos, etc.)
- Insectos (en USA ha sido bien descrito para especies no presentes en Chile; sólo hemos detectado presencia de escolitos en huertos con presencia del patógeno, aunque se debe estudiar su relación). También hemos observado en campos con ataques de conejos son susceptibles a esta infección en la base del tronco.
De esta forma, las posibilidades de que el hongo pueda penetrar en la planta son altas, debido a las diversas opciones que son exacerbadas por el cambio climático, recordemos las olas de calor en febrero de este año.
Si bien las nubes de esporas que lanza Cytospora para colonizar nuevas plantas se dan con mayor fuerza en otoño y primavera y/o luego eventos de lluvia, se ha podido cuantificar presencia del hongo en verano, lo que, finalmente, nos debe mantener alerta todo el año diferencia de bacterias que tienden a desaparecer hacia etapas secas y calurosas del año, periodo estival.
En estudios recientes en USA se pudo determinar que en ciruelos para deshidratado C. leucostoma inoculada en ramillas muestra desarrollo de lesión significativos a 30 y 35ºC, lo que bajo nuestra realidad actual podría permitir desarrollo de la enfermedad en verano sin mayor problema. En el otro extremo, bajo temperaturas más fría, < 10ºC, el hongo se desarrolla más lento pero sigue colonizando tejidos sin mucho problema.
Prevención, la medida cultural más relevante para el control de la enfermedad
Con los antecedentes mencionados en este artículo y otros que hemos ido realizando, podemos generar un ranking de actividades que se deben realizar para evitar el desarrollo del patógeno en nuestras plantaciones de cerezo:
- Partir de material sano. Suena de perogrullo, pero éste es un punto que no siempre es cubierto al iniciar una plantación. Cabe recordar que una planta certificada es aquella que no posee enfermedades cuarentenarias, pero no certifica la ausencia de patógenos como Cytospora u otros que están presentes en Chile. Entonces, siempre es conveniente enviar plantas a analizar en búsqueda de este tipo de patógenos previo a la conformación del cuartel. Es común encontrar ciertos hongos de madera, sobre todo en la unión cv/pi, sin embargo, si es detectado Cytospora o Calosphaeria es un punto de alerta máximo, debido a la virulencia de estos en cerezo.
- Podas Sanitarias. Eliminar plantas y ramas de plantas sintomáticas es una actividad que se debe realizar todas las temporadas y no se debe posponer. Un punto importante, el material infectado debe salir del huerto, es costumbre apilar los restos en las cabeceras de las hileras y tal como ya explicamos, incluso en madera muerta este hongo puede seguir su ciclo de vida y continuar liberando esporas que van a ir a colonizar tejidos sanos (Foto 4).

Foto 4. Material de poda sanitaria acopiado en la hilera. La poda sanitaria siempre debe programarse con retiro inmediato del material enfermo del huerto.
- Desinfección de herramientas. Como mencionamos en un artículo anterior, este manejo es fundamental para evitar el contagio de diversos patógenos que causan cáncer; partir con un corte limpio es fundamental para evitar el contagio entre plantas.
- ¿Aplicación de fungicidas y biocontroladores por aspersión, pintado de cortes? Definitivamente, aplicar fungicidas de síntesis, biocontroladores, pinturas, pinturas más fungicidas, dirigidos a cubrir heridas naturales como caída de hojas o heridas de poda, son alternativas ciertas para prevenir la infección, pero dentro del esquema general preventivo, los puntos 1, 2 y 3 deben ser realizados en el huerto, para que el 4 sume en la estrategia con mayor potencia; vendría a ser el cierre, pero de ninguna manera esta estrategia por si sola nos va a servir a eliminar el riesgo de enfermedad, debido a la biología del hongo, que ya explicamos, y que todas estas aplicaciones tienen una sistemia muy baja no es capaz de controlar a Cytospora si ya colonizó la madera de forma exitosa. Sabemos que el pintado de cortes gruesos de poda es generalmente ineficiente en términos de que la actividad es mal realizada, para esto es posible sumar una aplicación por aspersión dirigida a cubrir los espacios donde la pintura no llegó o en aquellos cortes que definitivamente la pintura no fue aplicada. Tiofanato de metilo es un fungicida que en USA ha sido efectivamente probado contra Cytospora, pero en Chile no posee registro para uso en cerezos. Captan, benomilo y triazoles son productos, que si bien los resultados son disimiles dependiendo de la forma de evaluación, también generarían control del hongo en campo. En ensayos in-vitro (Foto 5), que nos dan la primera pista si un fungicida logra controlar un patógeno, realizados sobre aislados chilenos de Cytospora, observamos que en general los valores de EC50 obtenidos son muy bajos (<1 ppm), por lo que podríamos extrapolar que bajas cantidades de productos basados en piraclostrobin, azoxistrobin&difenoconazole incluso dodine, podrían tener un efecto de control interesante sobre poblaciones epífitas del hongo. En la otra vereda, el Cobre, que es base para el control de Pseudomonas, si bien podría generar control in-vitro, la realidad en campo es muy distinta, y observamos desarrollo sin problemas de Cytospora en huertos aplicados con alta frecuencia de este fungicida mineral.

Foto 5. Ensayo de crecimiento miceliar hacia piraclostrobin en aislado de Cytospora sp. De cerezo.
Para finalizar, y como ya deben estar concluyendo luego de la lectura del presente artículo, el control de éste y otros patógenos de madera es muy complejo; es un trabajo de largo plazo, constante, que parte con la elección de plantas sanas y luego se debe realizar todo lo posible por mantenerlas así, y la forma es generar una unión de diversos manejos preventivos prioritarios, y otros que apuntan directamente con la capacidad de la planta de defenderse, para esto disminuir estrés, generar plantas equilibradas (evitar exceso de nitrógeno), uso de elicitores, entre otros manejos, son fundamentales para la creación de un huerto que cumpla una producción estable de cerezas por varios años, sustentable.