En el ámbito agrícola, la gestión del calcio durante la postcosecha desempeña un papel fundamental en la preparación de los cultivos para la temporada siguiente. Según lo expuesto por Tessenderlo Kerley, el calcio es un elemento esencial para garantizar un óptimo desarrollo de las plantas, especialmente en la etapa inicial de la brotación y el crecimiento de la fruta.
Durante la postcosecha, mientras los nutrientes y carbohidratos son translocados desde las hojas hacia los tejidos leñosos en preparación para la latencia invernal, el calcio no sigue esta ruta. En cambio, este mineral se acumula en el sistema radicular cuando no hay crecimiento vegetativo, formando reservas que serán fundamentales en la siguiente temporada.
Se estima que solo un 5,2 % del calcio de la fruta proviene del fertilizante aplicado durante el crecimiento. El resto proviene de las reservas acumuladas en las raíces y los brotes inferiores, las cuales comienzan a formarse una vez que la planta deja de destinar nutrientes al desarrollo de los frutos. Particularmente en los frutos de carozo, el tema del calcio de reserva es fundamental, toda vez que en el momento de mayor demanda no tienen corriente evapotranspiratoria, que permita obtener todo el requerimiento desde el suelo.
La concentración más alta de calcio en la planta ocurre en las primeras semanas de desarrollo de la fruta, subrayando la importancia de asegurar una adecuada acumulación de este nutriente en la postcosecha. Este manejo no solo contribuye al desarrollo saludable de los brotes, sino que también influye directamente en el potencial de floración y la capacidad de la planta para enfrentar las exigencias de la nueva temporada.
La gestión del calcio en postcosecha es, por lo tanto, una estrategia clave para maximizar el rendimiento y la calidad de los cultivos a lo largo del ciclo productivo.
Revisa a continuación la presentación de Tessenderlo Kerley: