Dosis por concentración o dosis mínima por hectárea

Utilización de productos de aplicación foliar.

¿Dosis por concentración o dosis mínima por hectárea?

(Autor: Raúl Osorio, Director Peulla Asesorías y Servicios)

El cultivo de cerezas en chile alcanza las 50.000 ha plantadas (Catastro frutícola septiembre 2021), siendo el cultivo más cultivado seguido de Nogales y Vides de Mesa.  El cultivo se distribuye desde la región de Coquimbo hasta la región de Aysén, concentrando la mayor superficie plantada entre la RM y la región del Maule (80% Fuente: Superficie plantada de cerezos en Chile). 

Uno de los objetivos y desafíos de los diversos proyectos de plantación de cerezos, es lograr una cosecha eficiente tanto para el productor como para la mano de obra disponible. Se estima que cerca del 75 % de los huertos está sobre un sistema de huertos tradicionales de eje central con densidades entre 800 a 1000 plantas por hectárea (Fuente: Carlos Tapia, La importancia de establecer huertos modernos según requerimientos de mano de obra).  El mismo autor indica la necesidad de buscar sistemas de formación y conducción de huertos de menor estatura obteniendo un alto potencial productivo y que mejore la eficiencia de la mano de obra al momento de la cosecha (un huerto de cerezas debe tener como potencial productivo un mínimo cercano a 12 toneladas por hectárea, (Análisis de los procesos de formación y control de vigor en huertos de cerezos modernos).

Para lograr los objetivos planteados siempre se requiere mantener la sanidad y el equilibrio fisiológico del cultivo para alcanzar su potencial productivo y mantenerlo en el tiempo.
En un programa “estándar” de manejo de un huerto de cerezas, se realizan en total de la temporada entre 20 a 25 aplicaciones dependiendo de la variedad, zona agroclimática y la presencia y presión de enfermedades y plagas.

Estos programas deben siempre considerar las recomendaciones de los fabricantes, considerando que las etiquetas de los productos contienen toda la información necesaria para utilizarlos de manera segura y responsable (Claves para un manejo anti-resistencia en fungicidas), y marcan las recomendaciones técnicas y legales para lograr el resultado biológico que esperamos. Es muy importante respetar las concentraciones o dosis indicadas, volumen de aplicación (mojamiento) para lograr un buen cubrimiento y número máximo de aplicaciones por temporada.  También es importante como sector técnico y exportador proteger nuestra producción y asegurar la calidad y condición de nuestro producto a la llegada a destino.

En publicaciones anteriores, hemos entregado pautas de cálculos para desarrollar aplicaciones más efectivas en cuanto a los volúmenes de agua que deben utilizarse para ellas (Consideraciones para las aplicaciones de precosecha de cerezos).

Considerando que en general nos encontramos con un cultivo que tiene una estatura máxima de 3,2 metros de altura, como ancho promedio 3,0 metros, se puede indicar que los volúmenes de agua CORRECTOS requeridos en las distintas etapas del cultivo van entre:

1.- Caída de hoja y receso invernal: entre 500 y 750 L / ha

2.- Floración a inicio de cuaja: 750 a 1.000 L / ha

3.- Cuaja a Precosecha: 1.000 a 1.200 L / ha

4.- Excepciones: problemas de plagas de madera (por ejemplo: Escama de san José) y control de arañitas, como mínimo 1.500 a 2.000 L / ha.

Junto con el volumen de agua necesaria para transportar las aplicaciones, necesitamos un caudal de aire que traslade las gotas hasta las distintas estructuras del cultivo.  Este volumen puede varias desde los 15.000 a los 25.000 m3 de aire.

Las velocidades de avance de las aplicaciones para lograr el volumen de agua y de aire necesario, fluctúan entre los 5,5 a 7,0 km / hora.  Este rango de velocidades de avance dependerá de la disponibilidad de equipos tractor – atomizador disponibles, distancias entre hileras y objetivo de la aplicación, principalmente.

Una vez que determinamos el volumen de aplicación que requiere nuestro cultivo según estado de desarrollo (agua y aire), teniendo nuestros equipos en buen estado de mantención y adecuadamente calibrados, nos enfrentamos a la dosificación de los productos a aplicar.

Las dosis de los productos indican una dosis por concentración o tantos cc / 100 L de agua y en ocasiones una dosis mínima por há.  También en cada una de las etiquetas disponibles esta siempre indicado el volumen de agua recomendado o sugerido para el uso del producto comercial.

Por ejemplo, tenemos el caso de 3 productos en base a Lambda-cihalotrina; las recomendaciones son:

Otro ejemplo, tenemos el caso de 3 productos en base a Fenhexamida; las recomendaciones son:

Para los ejemplos indicados, 2 de los 3 sugieren o recomiendan volúmenes de aplicación mayores (1500 a 2000 L/há).

Uno de los aspectos claves en el combate de las plagas y enfermedades es obtener siempre el mayor depósito de las materias activas contenidas en las formulaciones, siempre evitando pérdidas, deriva o escurrimiento de ellas el suelo o estructuras donde no tendrán efecto alguno.

Si desarrollamos las aplicaciones ajustando los volúmenes de agua necesaria para trasladar los productos a nuestro cultivo, en muchos casos usaremos un volumen de agua inferior al recomendado por etiqueta.

De este análisis nace la pregunta del presente artículo: ¿Dosis por concentración o dosis mínima por hectárea?

También estamos muy ciertos que la evolución de las tecnologías de aplicación: equipos de bajo volumen, equipos electrostáticos, boquillas antiderivada, drones, entre otras han introducido esta inquietud para el sector productivo y exportador, generando aplicaciones muy efectivas y eficientes al determinar menores volúmenes de aplicación para cada estado de desarrollo.

Sumado a lo anterior nos encontramos que cada año los productores frutícolas deben desarrollar y aprobar los protocolos de exportación como Global G.A.P., Tesco, Rainforest, entre otras.

Tenemos una grata invitación a las compañías de insumos para la fruticultura, a los asesores, a las Universidades e Institutos de Investigación: Agregar a sus recomendaciones las nuevas y mejores tecnologías de aplicación para hacer cada vez más efectivas las herramientas disponibles y contribuir a la eficiencia de uso de los recursos disponibles que cada vez son más escasos (agua).

Para poder desarrollar los planes de manejo de aplicaciones eficaces y eficientes debemos tener equipos previamente diagnosticados en todos sus componentes, reparados y reemplazados sus elementos críticos, realizar mantención anual y periódica, limpieza permanente y tener personal altamente capacitado para desarrollar las aplicaciones que se traducirán en el éxito de nuestro cultivo a la cosecha con el menor impacto al ambiente y las personas.

Raúl Osorio

Director

Peulla Asesorías y Servicios SPA

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