El mes de abril avanza y los cambios en el clima nos han recordado que ya estamos en otoño. Como consecuencia, la mayoría de los cultivos caducifolios se está preparando para la entrada en receso invernal o dormancia. Pareciera que el trabajo está listo, porque sólo basta que la caída de hojas se empiece a manifestar, pero precisamente es ahora, cuando debemos prepararnos para hacer mediciones que nos permitan corregir de forma importante, limitantes en el desarrollo del cultivo durante la próxima temporada.
Cuando hablo de mediciones, me refiero a los análisis de suelos. Debemos entender que en la medida que tomemos de forma temprana estos análisis, tendremos tiempo suficiente para diagnosticar las limitantes de cada unidad productiva, coordinar los temas operativos (compra insumos, arriendo maquinarias, etc.) y finalmente ejecutar prácticas de corrección, las cuales deben considerar el factor climático que se nos aproxima. Realizar correcciones al suelo de forma temprana, tendrá como beneficio que las lluvias que se presenten durante invierno nos ayuden a incorporar los productos aplicados.
Durante la temporada 2024 – 2025, realizamos muchos análisis de suelos en distintas localidades del país y nos encontramos con algunos casos que vamos a compartir a modo de ejemplo, obviamente resguardando la identidad del productor.
1. Cantidad y proporción de cationes en el suelo
En el suelo debe presentarse una determinada proporción de cationes de intercambio, para tener un suelo debidamente estructurado. Las proporciones son las siguientes: calcio intercambiable 60 – 80%, magnesio intercambiable 10 – 20%, potasio intercambiable 2 – 6% y sodio intercambiable menor a 2% (todos los porcentajes en relación con la capacidad de intercambio catiónico (CIC)). Cabe señalar que hay expertos en nutrición que proponen proporciones aún más ajustadas, pero este no es el foco del tema expuesto.
Además de la proporción, es importante conocer en que cantidad se encuentran los distintos cationes intercambiables. Los parámetros de referencia aparecen en la imagen 1. En esta imagen aparece un extracto de un análisis de suelo en donde se cumple con las proporciones, pero no con las cantidades necesarias. Como consecuencia se recomienda hacer aporte de los elementos deficientes, para corregir las deficiencias minerales que tiene ese suelo.
El pH y la disponibilidad de elementos minerales es un tema que se ha estudiado ampliamente y en términos generales, se sabe que la mayor disponibilidad de nutrientes se encuentra en el rango de 6 – 7. En la medida que nos movemos hacia pHs más ácidos o básicos, se empieza a afectar la disponibilidad de ciertos elementos minerales, debido a que precipitan con otros elementos, no quedando disponibles para las plantas. También ocurre que hay ciertos elementos como el aluminio que se vuelven muy disponibles (en pHs ácidos), pudiendo causar problemas de fitotoxicidad en plantas.
En la imagen 2, se puede ver un caso real de un análisis de suelo tomado en 2024, en donde el pH se encuentra en un nivel muy bajo (ácido), lo que sugiere realizar aportes de cal (distintas opciones), por ejemplo, como una práctica para subir el pH.
3. Contenido de materia orgánica en el suelo
El contenido de materia orgánica en un suelo tiene relación con estructura de suelos, capacidad de retención de agua, capacidad de intercambio catiónico (CIC), disponibilidad de nutrientes, actividad microbiana, entre muchas otras propiedades descritas. En la imagen 3, se puede observar un suelo que tiene un contenido muy bajo de materia orgánica, lo que genera una serie de consecuencias negativas.
Para mejorar este problema tenemos muchas fuentes de materias orgánicas como compost, humos, guanos, etc. Las cuales es ideal aplicarlas, incorporarlas al suelo (no basta con dejarlas en la superficie) y dejar que las lluvias invernales contribuyan a su integración en el suelo. Podríamos seguir desarrollando este tema ampliamente, pero no es el objetivo de esta publicación.
4. Contenido de caliza activa en el suelo
Este tema está relacionado con el punto 2, debido a que problemas de caliza activa siempre están asociados a pH elevados. En la imagen 4 se puede observan un suelo con un contenido de caliza activa bastante elevado, lo que generará como consecuencia que el hierro quede retenido en el suelo y no esté disponible para la planta. Posteriormente las plantas manifiestan problemas de clorosis férrica.
Para solucionar este problema, es necesario hacer aplicación de productos al suelo que nos permitan bajar el pH. También es necesario considerar un programa de fertilización con fuentes acidificantes.
Es importante señalar que la fecha que se propone para realizar los análisis de suelos, tiene relación con las correcciones invernales que se puedan hacer, sin embargo, es muy necesario realizar un segundo análisis de suelo a salidas de invierno, el cual nos permitirá conocer el efecto de las prácticas implementadas, como también la disponibilidad de nutrientes en el suelo, para la ejecución de un programa de fertilización acertado.
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