La dormancia o receso invernal en frutales de hoja caduca, como el cerezo (Prunus avium), se refiere al periodo en el cual el frutal acumula horas de frío y se prepara internamente para un nuevo ciclo productivo. Para que un huerto frutal de inicio a este periodo necesita perder sus hojas y de esta forma asegurar una buena aclimatación a bajas temperaturas y heladas. Lo anterior ocurre cuando la planta comienza a percibir estímulos ambientales como el acortamiento del fotoperiodo desde fines de diciembre en adelante y cambia el flujo de fotosintatos, con el objetivo de acumular reservas en estructuras lignificadas.
Debemos considerar que el proceso de entrada en dormancia se hace efectivo una vez que la planta alcanza un 50% de hojas caídas o amarillas. Idealmente, se debe lograr este objetivo al 1º de mayo, para así lograr una buena aclimatación y acumulación de horas frío. Si nos atrasamos en tener el 50% de la hoja caídas o amarillas, también nos atrasaremos en el inicio de la acumulación efectiva de frío invernal.
No siempre las condiciones ambientales son favorables para iniciar este proceso, por lo que, es aquí donde debemos realizar manejos agronómicos para estimular la caída de hojas.

Nutrición postcosecha
Se sugiere no fertilizar más allá del 10 de marzo con productos vía fertirriego, bioestimulantes y correctores nutricionales foliares. Esta media ayuda a evitar que la planta mantenga un estado vegetativo hasta muy tarde en la temporada. Las aplicaciones de este tipo de productos hay que realizarlas preferentemente en los meses de enero/febrero y así asegurar una buena acumulación de reservas.
Riego
Desde marzo en adelante, las temperaturas máximas y mínimas diarias van disminuyendo. Esto trae por consecuencia que la evapotranspiración (demanda hídrica de las plantas) también vaya en descenso. Ello, contribuye a tomar decisiones respecto a los cambios en la frecuencia de riego para poder finalizar el 10 de abril, a más tardar, con los riegos de la temporada.
La decisión de cortar el riego entre el 1 y el 10 de abril, también depende de la textura del suelo, por ejemplo, en suelos arcillosos se corta el ciclo más temprano que en suelos pedregosos y arenosos. Es importante tener en cuenta que se debe disminuir la frecuencia de riego y no el tiempo. Esta disminución de la frecuencia resulta en una señal externa para que las plantas inicien la lignificación de centros frutales y madera, lo que les permitirán afrontar un invierno en mejor condición.
El distanciamiento de la frecuencia de riego debe ser monitoreado en el huerto mediante calicatas, tensiómetros, sensores de humedad o herramientas que permitan evaluar físicamente el manejo mencionado.
Manejo químico
Si bien, las señales principales para la caída de hoja son el acortamiento del fotoperiodo, cese de la fertilización y disminución de la frecuencia de riego; en muchas ocasiones no logramos llegar a la fecha señalada con hojas caídas. Es en este punto donde la aplicación de una estrategia química comienza a tomar importancia para agilizar este proceso, sobre todo cuando marzo y abril se presentan cálidos, con buenas condiciones para que la planta se mantenga vegetativa, portainjertos de alto vigor como es “COLT” y huertos nuevos donde las plantas se mantienen activas hasta casi el final de la temporada.
El molibdeno es un micronutriente que juega un rol clave en la formación de ácido abscísico (ABA) y la movilización de reservas desde las hojas, generando un estímulo más para inducir la caída de hojas. Es por esto que, en huertos con crecimiento vegetativo activo y poco lignificado, 2 a 3 aplicaciones de un producto en base a molibdeno (con intervalos de 7 a 10 días), desde el 20 de marzo en adelante, puede ser una herramienta útil para lograr el objetivo. A este respecto, cabe destacar que, Agrospec lanzó recientemente al mercado dos productos en base a molibdeno:
Una vez realizadas las aplicaciones de productos en base a molibdeno y los manejos anteriormente señalados, es importante realizar evaluaciones en terreno para determinar si los manejos efectuados han cumplido las expectativas esperadas. La evaluación consiste en determinar el % de avance de hoja caída o amarilla (considerar que al 1 mayo se debe tener un 50% de hoja caída o amarilla). Esta evaluación se debe realizar a partir del 15 al 20 de abril. Si, a la fecha señalada, no hay señales de que el proceso de caída de hoja se ha desencadenado, se puede recurrir al uso de dos aplicaciones de sulfato de zinc (2 kg/100 L de agua) + urea (2 kg/100 L de agua), con un intervalo de 7 días a 10 días.