En la producción de cerezas, la postcosecha refleja el nuevo inicio de la temporada venidera, periodo en el cual además de tener que mantener las plantas en buena condición durante verano, éstas necesitan acumular reservas en dardos y raíces, las cuales van a usar para los procesos reproductivos a inicios de primavera.

Una mala ejecución en este periodo provocará una acumulación deficitaria de estas reservas (azúcares y aminoácidos), lo que tendrá consecuencias en primavera que se vera reflejado en productividad y calidad de frutas.
Tenemos que considerar que el cerezo lleva sus procesos reproductivos iniciales prácticamente sin hojas, por lo cual no tiene ayuda alguna respecto a poder sintetizar azúcares para el desarrollo preliminar de las estructuras florales; por este motivo que proporcionar dichas reservas es tan prioritario si se quiere optar a tener buenos resultados productivos y económicos la temporada siguiente.
¿Qué necesita la planta para acumular azúcares y aminoácidos?
En base a mi criterio, siempre hay que considerar las bases metafísicas del comportamiento vegetal para poder generar estrategias, sumado al diagnóstico que se pueda generar en cada predio.
Una planta para producir azúcares y aminoácidos necesita estar fotosintetizando la mayor cantidad de tiempo posible dentro del día; en la fotosíntesis ésta transformara el Co2 en azúcares, las cuales sumadas a bases nitrogenadas generaran aminoácidos de reservas. La gran pregunta que debemos hacernos es ¿qué factores pueden alterar que la planta este fotosintetizando a plenitud?
El cierre estomático que impide la entrada de Co2 a la planta es promovido por diversos factores como las altas temperaturas, vientos, radiación solar, plagas y problemas de riego y radiculares, nutrición deficiente, etc. Estos factores se deben detectar por cada predio, ya que todos tienen particularidades naturales, incluso dentro de un campo existen diferencias dependiendo la geografía de éste.

Existe una gran cantidad de campos que después de las 15:00 horas del día hasta las 18:00-19:00 horas presentan vientos no menores, los cuales deshidratan las láminas foliares generando el cierre estomático; si consideramos para este factor que el periodo promedio de fotosíntesis fase luminosa es de 12 a 13 horas y tenemos esta condición durante 4 a 5 horas durante la tarde, se tendrá un 40% del día útil en el que la planta no estará funcionando bien. A su vez, la radiación solar genera quemado de la superficie de las láminas foliares, sobre todo las más expuestas al sol; esto puede representar un 30% adicional al problema.
Si acompañamos lo anterior a temperaturas sobre 30 grados Celsius durante 5 a 6 horas, veremos que por lo bajo podríamos perder un 60% del potencial fotosintético de la planta en el periodo de verano. Por estos motivos es que se genera la necesidad de tener especial cuidado en este periodo, porque se está definiendo la productividad de la próxima temporada.
¿Cómo proteger los huertos es la siguiente pregunta?
Hoy día la agricultura cuenta con un sinnúmero de tecnologías que ayudan a sortear las adversidades a las que nos enfrentamos día a día, así como prácticas culturales que debemos realizar para poder optimizar el proceso.
Mantener los huertos hidratados es de suma importancia, bien nutridos y bioestimulados serán claves básicas para enfrentar la ola de calor a la que estamos expuestos este verano.

En términos de nutrición, es muy importante poder contar con análisis foliares para así determinar el estado nutricional en el que están los huertos y, desde ese punto, poder definir una buena estrategia balanceada entre todos los elementos, de manera poder lograr tener un huerto nutrido a la perfección, sin aportar nutrientes en exceso, así como también de no caer en realizar una nutrición deficitaria.
Todos los elementos nutricionales son importantes, ninguno puede faltar para el perfecto funcionamiento metabólico de la planta, pero en muchos casos vamos a tener un exceso de nutrientes dentro de ésta, como por ejemplo Boro, Fierro, Manganeso, los cuales no deben ser aportados dentro de una estrategia nutricional. Para el caso de los cationes, es importante determinar los niveles de Calcio, debemos recordar que la planta no sólo usa este elemento para la construcción de fruta, sino también para la construcción y fortalecimiento de estructuras vegetativas. El Calcio tiene mucha relación con el cierre estomático que se trató en párrafos anteriores, ya que el cierre estomático es sinónimo de un efecto hormonal que genera una hiperpolarización de las membranas, donde el Calcio sale de las paredes de las vacuolas, desencadenando finalmente la migración de Potasios de ésta y generando que los estomas se cierren.
El Potasio es un actor bien importante en todo el periodo desde floración hasta llegar al receso invernal, si bien es un cofactor relevante para el movimiento de azúcares, para factores de funcionamiento será el elemento que mantendrá turgente las células vegetales, como se habló de los estomas. Para poder tener estomas abiertos funcionando en forma adecuada, obligadamente debemos tener una planta con buenos niveles de Potasio.
El fósforo es un gran elemento que en muchos casos se olvida su importancia central dentro de la nutrición de un vegetal; debemos recordar que el ciclo de Calvin (Ciclo de la formación de azúcares), todos los pasos son fosforados, si tenemos una deficiencia de Fósforo, no podemos pensar que podríamos tener una fabricación optimizada de azúcares de reserva.
De esta manera, todos los factores están entrelazados, todos los elementos nutricionales operan como eslabones de una gran cadena, la cual no podemos romper para poder ser eficientes en generación de reservas.
La bioestimulacion será un factor clave en el periodo de verano, sobre todo cuando estamos enfrentando altas temperaturas en forma transversal; el uso de bioestimulantes como algas, aminoácidos, Glicina-Betaina, vitaminas, ayudaran a mantener las plantas más preparadas para enfrentar los factores de estrés biótico y abiótico.
Otra condición importante del periodo de postcosecha en cerezos, es la construcción de nuevas raíces, de manera ir avanzando en subir los niveles de masa radicular en el tiempo. Hoy con la cantidad de alternativas que tenemos en el mercado, esta meta es relativamente fácil de lograr, pero es de suma importancia tener un diagnóstico de la realidad de suelo, nivel inicial radicular, portainjerto, etc. Si por ejemplo tenemos suelos compactados, no se puede esperar que las raíces se desarrollen en forma adecuada; el punto inicial debe estar dirigido al aumento de macroporosis en el suelo, de otra manera no se romperá el círculo vicioso en el que se puede encontrar un huerto. Si por otro lado, tengo un suelo con un buen nivel y balance entre macro y microporos, la tarea es más rápida.
Debemos tener muy claro que el último invierno que vivimos los suelos tendieron a la compactación y por esta condición, más los excesos de humedad, se tuvo una pérdida de masa radicular en forma generalizada, condición que se debe regularizar dentro de los próximos 2 a 3 meses.
La postcosecha justifica un porcentaje alto dentro de la producción de cerezos; ser metódico y analítico en esta fase del manejo de un huerto de cerezos es, bajo mi criterio, clave. También es importante recordar que lo que no se hace hoy, no se puede compensar en primavera.