La gestión de emergencias en el ámbito agrícola es un componente esencial para garantizar la seguridad de los trabajadores, la protección del ambiente y la continuidad de la actividad productiva. Este artículo aborda la importancia de estar preparados, los principales peligros presentes en la operación y las pautas esenciales para una gestión eficaz de emergencias y de derrames de fitosanitarios.
Introducción a los riesgos cotidianos
Desde el momento en que iniciamos nuestras actividades diarias, nos vemos expuestos a diversos peligros. Un ejemplo común es el hecho de abordar un automóvil cargado con un estanque que contiene combustibles inflamables o explosivos. Sin embargo, los fabricantes de vehículos minimizan estos riesgos al construir los estanques bajo estrictas especificaciones, y la venta de combustibles se realiza en estaciones de servicio debidamente reglamentadas para reducir al mínimo los riesgos asociados.
Peligros en el campo y los fitosanitarios
En el ámbito agrícola, también enfrentamos peligros, y los productos fitosanitarios no son la excepción. La legislación exige contar con una bodega adecuada, equipo de protección personal, y que los aplicadores y personas que manejan estos productos realicen cursos de capacitación. Además, el sentido común nos lleva a tomar medidas adicionales para minimizar los riesgos asociados a su manejo.
Importancia de la preparación ante accidentes
A pesar de todas las precauciones, el ser humano puede cometer errores, lo que puede derivar en accidentes. Por ello, es fundamental estar preparados. La preparación implica tener un plan de emergencia y los elementos necesarios para llevarlo a cabo. Este plan debe ser comunicado, enseñado y practicado, ya que en el momento de la emergencia, la presión puede llevarnos a cometer errores si no estamos acostumbrados a enfrentar este tipo de situaciones.

Manejo de derrames de fitosanitarios
1. Comunicación de la emergencia
Uno de los eventos más comunes es el derrame de fitosanitarios. Ante un derrame, lo primero y esencial es avisar inmediatamente cuando ocurra la emergencia. Si no se comunica, y la emergencia supera nuestras capacidades, no podremos responder adecuadamente y podemos vernos sobrepasados. La notificación debe considerar tanto la comunicación interna en el predio como a las instituciones que pueden prestar apoyo, tales como bomberos y servicios de salud cercanos.
En caso de requerir ambulancia, el número nacional es 131 y para bomberos es el 132. Además, es importante tener a la mano el teléfono de la mutualidad a la cual se esté adscrito. Existe un convenio entre la AFIPA (Asociación Nacional de Fabricantes e Importadores de Productos Fitosanitarios Agrícolas A.G.) y el CITUC de la Universidad Católica (56-2 2635 3800).
2. Evaluación y protección inicial
En segundo lugar, se debe priorizar la protección propia y de quienes nos rodean. Es fundamental evaluar si es posible actuar ante la emergencia, si se cuenta con los elementos necesarios para intervenir y si se será capaz de contenerla. Además, se debe evacuar a todas las personas que pudieran verse afectadas por la situación.
Es importante considerar la magnitud del derrame: si se trata de una botella, una caja o un bidón pequeño, probablemente se pueda manejar. Sin embargo, si el derrame involucra varias cajas, ocurre dentro de un camión de transporte o en una bodega, es preferible dejar la situación en manos de las instituciones pertinentes.
3. Uso del Equipo de Protección Personal (EPP)
Una vez avisado y aislado el área, quienes intervengan deben protegerse utilizando el equipo de protección personal adecuado para manipular fitosanitarios: botas impermeables, traje impermeable, guantes impermeables, máscara con filtro y antiparras.
4. Contención y limpieza del derrame
El siguiente paso consiste en evitar que el producto continúe derramándose, mediante acciones simples como colocar de nuevo el envase en posición vertical, cerrar bien la tapa o la llave. Posteriormente, se debe utilizar material absorbente e inerte, como arena, para construir un muro que impida que el líquido se escurra, priorizando la pendiente y los lugares cercanos a cursos de agua. El muro debe rodear completamente el área afectada, y luego se debe esparcir el material absorbente sobre el derrame.
Después de aproximadamente cinco minutos de absorción, se debe recoger el material y trasladarlo a un área destinada para la disposición transitoria de materiales peligrosos.

5. Zona de emergencia en la bodega
Dentro de la bodega, es imprescindible contar con un rincón de emergencia específicamente equipado para atender situaciones imprevistas relacionadas con derrames o accidentes. Este espacio debe disponer de los siguientes elementos:
– Traje de protección exclusivo para emergencias: Este traje no debe ser el mismo que se utiliza en las tareas diarias, sino uno reservado únicamente para responder a incidentes, garantizando así su óptima condición y disponibilidad.
– Tarros con arena: La arena es fundamental para absorber líquidos derramados y contribuir a la contención inicial del área afectada.
– Pala y escobillón plástico: Herramienta indispensable para manipular y recoger el material absorbente, así como los residuos generados en la emergencia.
– Bolsas para recoger derrames: Sirven para almacenar de forma segura los residuos sólidos y materiales absorbentes utilizados durante la limpieza inicial.
– Recipiente adecuado para disposición transitoria: Se requiere un contenedor apropiado para depositar los residuos recolectados, facilitando su manejo y posterior traslado a un área destinada a materiales peligrosos.
Adicionalmente, en esta zona de emergencia es necesario tener disponibles las hojas de seguridad de todos los productos almacenados, así como los inventarios actualizados. Esta documentación permite una rápida identificación de los riesgos y las medidas específicas de actuación ante cualquier incidente, asegurando una gestión eficiente y segura de la emergencia.