Con alga chilota elaboran nutriente para cultivos frutícolas
‘Estos extractos de algas emergen como una alternativa frente a los químicos utilizados en la agricultura’, explica Rebeca Gálvez, cofundadora y gerenta general.
Un insumo obtenido de una planta marina que sirve para hacer crecer otras plantas en tierra. Eso es, muy en simple, lo que hace la empresa Patagonia Biotecnología (PatBio), que a partir del alga patagónica Macrocystis pyrifera,oriunda de las costas del Pacífico, elabora extractos que nutren a diferentes tipos de cultivos y son una alternativa a los productos químicos. En las próximas semanas la empresa hará sus primeros envíos a China, mercado que se suma a Perú, Ecuador, México, Estados Unidos, Guatemala, Costa Rica y Colombia.
‘Estos extractos de algas patagónicas emergen como una alternativa frente a los químicos utilizados en la agricultura y tienen la ventaja de ser sustentables. Hoy tenemos Fertum Booster, que permite una mayor cuaja y retención de fruto; Fertum Foliar, que estimula el crecimiento y la calidad del fruto; y Fertum Biofert Plus, de triple acción, que promueve un suelo vivo, mejora su estructura y aumenta el desarrollo de las raíces’, explica Rebeca Gálvez, cofundadora y gerenta general de Patagonia Biotecnología (PatBio).
Cultivada en Castro
Todo parte con el alga Macrocystis pyrifera, el principal insumo, que se encuentra de Valdivia al sur y que crece entre 10 y 20 centímetros diarios. ‘La cultivamos en Castro y en Faro Corona, en Ancud, en alianza con Huiro Regenerativo, empresa que además produce plántulas a partir de esporas de esta alga, lo que nos permiterealizar un seguimiento genético de sus distintas variedades’, cuenta la ejecutiva, quien también ejerce como emprendedora Endeavor y embajadora de Patagonia Biotech Hub, entre otros cargos.
‘El que nosotros cultivemos la Macrocystis pyrifera nos permite no depredar bancos naturales, sino, por el contrario, aportar a la mantención de la biodiversidad de los océanos. En años anteriores cosechamos bancos naturales con pescadores artesanales, a quienes capacitamos para que no dañen su parte reproductora’, cuenta.
Cómo nutren
La ejecutiva explica cómo operan los extractos en la planta: ‘Son productos nutricionales que aportan una variedad de micro y macronutrientes, aminoácidos, entre otros, para que crezcan de forma saludable, lo que permite a los cultivos resistir de mejor manera el estrés abiótico. De esta forma se promueven los procesos naturales de cada planta y se incrementa la capacidad de enraizamiento, porque estimula la generación de raíces, accediendo a nutrientes y agua a mayor profundidad en el suelo’.
En este, cuenta Gálvez, funcionan como pre y probióticos, en un proceso parecido al del humano. ‘Ayudan a alimentar la microbiota del suelo (conjunto de microorganismos como bacterias, hongos, algas, protozoos, entre otros), para que se multipliquen los organismos benéficos. Hoy se habla mucho sobre los problemas de los suelos muertos por la aplicación excesiva de fertilizantes químicos’, señala.
El objetivo es reducir el uso de dichos insumos químicos. ‘Aplicando dos litros de Fertum se pueden reemplazar 80 unidades de urea (uno de los fertilizantes nitrogenados más utilizados en agricultura), evitando la contaminación de las aguas. Se debe ocupar en forma complementaria con otros productos, como los aminoácidos, para multiplicar las colonias de bacterias y hongos benéficos que permiten una mayor absorción de nutrientes del suelo’, detalla.
La solución basada en algas actualmente se aplica en arándanos y otros berries; avellanos, nogales, uva de mesa y vinífera, y papas.
El creador del producto es el ingeniero Marcelo Brintrup, quien lo aplicaba a cultivos tradicionales como trigo, maíz y papas en el sur de Chile, de menor rentabilidad. ‘Al asociarnos con Brintrup empezamos a trabajar con frutales de alto valor, lo que nos permitió escalar y llegar a otros pases’, cuenta Gálvez. Hoy la empresa tiene una fórmula patentada en Chile, Estados Unidos y Canadá.
La diferencia entre el producto chileno y el importado es que el primero se elabora Macrocystis pyrifera cultivada. ‘Al conocer su estado de desarrollo, la cosechamos cuando tienen un mayor porcentaje de componentes bioactivos, con lo que nos aseguramos de que estamos abasteciéndonos con una materia prima sostenible, ya que conocemos genética’.
Además de la Macrocystis pyrifera,usan otras algas, entre ellas, una muy conocida por los chilenos: el cochayuyo.’Dependiendo del enfoque agronómico del producto, incorporamos otras en menor cantidad: Durvillaea antarctica, que es el cochayuyo; Ulva lactuca, llamada comúnmente lechuguilla; y un porcentaje muy pequeño de Pyropia columbina, de color rojo’.
