El riego es un factor clave y estratégico para la producción agrícola. El desafío que tenemos hoy como industria es lograr el suministro óptimo, según las características y condiciones de cada cultivo, y ser eficientes en términos del uso del recurso agua.
De acuerdo con un informe de IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change), publicado en 2021, América Latina y el Caribe es una de las regiones del mundo más afectadas por los desastres relacionados con el clima y la falta de agua, con sequías e inundaciones que se han duplicado desde la década del 80, donde los desastres reportados han aumentado casi al doble.

Entendiendo esta necesidad, existen, al menos, tres factores claves que se deben considerar para ejecutar el riego agronómicamente óptimo y eficaz en la utilización racional del agua:
- Determinación del volumen máximo de agua aprovechable por la planta. Esto significa lograr el equilibrio correcto entre humedad y aireación requeridos por las raíces. Para esto, se deben considerar: • Tamaño del bulbo de raíces o “zona de interés” (ancho y profundidad). • Texturas de suelo presentes en el perfil (potencial de retención de agua en cada estrata). • Elementos dentro del perfil que disminuyen el requerimiento de agua (piedras y raíces).
- Determinación de la cantidad de agua disponible en el suelo. Históricamente la medición de humedad en suelo se ha ejecutado principalmente de manera cualitativa, a través del tacto en calicatas, sin embargo, hoy se puede determinar de manera cuantitativa mediante la utilización de las lecturas de sondas de humedad que reportan el contenido volumétrico de agua en el suelo. Para que la cuantificación del volumen de agua en el suelo sea correcta (y por tanto también la determinación del volumen de reposición requerido), se requiere la ubicación precisa y representativa de las sondas dentro del perfil considerando, además de los parámetros del suelo, todos aquellos correspondientes a los del cultivo y el sistema de riego.
- Capacidad de suministro de agua del equipo de riego o “precipitación”. Está determinado por el diseño original del equipo de riego o a partir del caudal nominal de los emisores y el número total de estos en la hectárea. En este punto, es importante destacar la necesidad de asegurarnos que la precipitación nominal del equipo corresponda con la precipitación real, es decir, confirmar con medición de presiones y aforos.
Elaboración de una estrategia de riego
Una vez se dispone de la información señalada anteriormente (volumen máximo de agua aprovechable por la planta, volumen de agua disponible en el perfil y precipitación del equipo de riego), es posible definir la estrategia de riego óptima y eficiente. Para esto se deben considerar tres conceptos claves:
1. Criterio de reposición: consumo máximo permitido del agua aprovechable para un momento o etapa determinado del cultivo. El criterio de reposición está en función del estado fenológico de la planta (brotación, fructificación, llenado de fruto, etc.) y debe considerar, para cada uno de ellos, el régimen adecuado de hidratación/oxigenación que asegura el suministro requerido, definiendo con especial cuidado los momentos críticos dentro de la fenología que permitan asegurar la máxima productividad y desarrollo radicular.
2. Tiempo de riego: tiempo (horas) de riego requerido, en función de la precipitación del equipo, para reponer el volumen de agua consumido. Esta reposición se puede ejecutar de manera continua (riego “largo”) o particionada (pulsos o “riegos cortos”), según condiciones específicas, como por ejemplo, la necesidad de ampliar horizontalmente el bulbo, facilitar la infiltración o evitar el escurrimiento, entre otros.
3. Frecuencia de riego: momento en la cual es necesario volver a reponer el consumo de agua en el perfil que está determinado por la tasa de consumo, el criterio de reposición y/o capacidades o restricciones del equipo de riego.
Normalmente, la determinación de la frecuencia ha estado definida en base al consumo teórico, proyectado en función de variables climáticas resumidas en la ETc, y en el nivel teórico de desarrollo/actividad del cultivo (Kc), las cuales determinan la ET0.En el Módulo de Gestión y Planificación de Riego de AG Business, hemos incorporado, de manera excepcional, la determinación de la frecuencia de riego, a partir del consumo real de agua en el perfil. De esta manera, aseguramos que los volúmenes requeridos están correctamente determinados y de manera precisa para cada condición del cultivo, zona o sector del huerto, desde donde provienen los datos de medición de humedades.
