La ingeniera agrónoma e investigadora también manifestó que desde el año 2000 a la fecha nuestro país ha incorporado mucho la tecnología a sus procesos, transformándose en un referente que permite que desde el extranjero vengan a conocer cómo desarrollamos y producimos la cereza.
Sin embargo, todavía existen desafíos importantes como, por ejemplo, generar una logística que permita fluir en forma armoniosa con las variedades sin generar picks de cosecha, que son nuestra gran falencia.
También se refirió a los beneficios que el uso de cubiertas plásticas ha generado en aspectos como fecha de cosecha y características de la fruta, indicando que el cambio de fecha genera un mayor retorno, saliendo en períodos donde la producción es menor y se tiene acceso a mejores precios en el extranjero, lo que hace de este tipo de innovaciones un gran atractivo para la industria.