Reportaje mostró las diferentes realidades de la reciente temporada de cerezas

Reportaje mostró las diferentes realidades de la reciente temporada de cerezas

Carlos Tapia, Jordi Casas y Walter Masman entregaron su balance.

La primera temporada de Reportajes en Smartcherry ha sido todo un éxito; con capítulos tales como «La tormenta perfecta», «La ruta de la cereza», «El puntapié inicial», entre otros, este formato se ha ganado un importante espacio en la industria de la cereza. Este jueves se estrenó «¿Qué cuentas sacamos?, pieza audiovisual que entregó un completo balance de la reciente temporada de cerezas.

¿Sus protagonistas? El asesor especialista en producción de cerezas y director técnico de Avium, Carlos Tapia; el asesor especialista en frutales de hoja caduca, Jordi Casas; y el asesor y consultor de carozos y cerezas, Walter Masman.

«En general Chile no alcanza, en términos de volumen, a llegar a la estimación que se tenía; hay un baja que prácticamente alcanza el 20 por ciento de lo que estaba estipulado, donde probablemente si analizamos caso a caso en término de productores, esa baja en términos del potencial se puede encuadrar entre un 20 y un 80 por ciento en algunos», señaló Masman.

El reciente informe de Frutas de Chile cifró en 413.979 toneladas de cerezas exportadas durante la reciente campaña 2023-2024, lo que representa una disminución de un 0,3 por ciento respecto de la temporada anterior.

«De una proyección del orden de 100 millones de cajas que teníamos como país terminamos finalmente con 82 millones y algo, no sé si falta ajustarlo un poco: tuvimos una baja de acuerdo a la pronosticado, peor esa baja se pensó inicialmente que podía ser más terrible, que no llegábamos a los 70 millones de cajas», recordó Jordi Casas.

Una temporada compleja

El reportaje mostró, además, la realidad de tres huertos; uno en Linderos, región Metropolitana, y dos en la región del Maule, en Pichingal, Molina, y en el sector de Sarmiento, en Curicó.

«Yo creo que para todos los productores fue una temporada bastante complicada, en el caso personal de nosotros, gracias a Dios pudimos tener un 40% más de producción respecto a la temporada anterior, creo que fuimos bien bendecidos en ese sentido con respecto a los demás productores, porque fue una temporada donde las inundaciones, una primavera complicada afectó a un gran grueso de los productores de la zona, tanto de acá en la zona donde estamos de Molina como de Sagrada Familia, zonas tempraneras, zonas tardías, creo que a todos nos afectó por igual, pero pudimos salir adelante en la temporada», explicó Alejandro Molinos, Gerente Agrícola del Fundo La Ermita, ubicado en Pichingal, comuna de Molina.

Ignacio Botto, asesor técnico de Avium, conversó con Alejandro y Félix Molinos, respecto del balance de la reciente temporada; aquí no sufrieron inundaciones ni partiduras por lluvias, incluso la producción fue radicalmente mejor que los últimos años, una situación que lamentablemente no se repitió en todas las zonas de producción de cerezas.

«Como equipo lo que tuvimos que afrontar fue una temporada que partió con mal frío, nos acompañaron también precipitaciones que no eran normales, estábamos acostumbrados a eventos pequeños, nos acompañaron lluvias muy grandes, algo que no había pasado, lluvias tarde, o sea, se juntaron bastantes factores que no estábamos acostumbrado a analizar en ninguna temporada», indicó el asesor técnico de Avium, Ignacio Botto.

Walter Masman, asesor y consultor, a su vez, visitó a Sergio Quezada, Administrador General del campo El Carmelo, ubicado en Linderos; analizaron la temporada y comentaron los efectos que tuvieron las variables agroclimáticas en los huertos.

«Fue una temporada bastante anómala, porque partimos con una salida del verano muy mala, el receso no partía nunca, estábamos al 1 de mayo con las hojas pegadas, entonces ya bien complicados en ese sentido, como que partimos mal. Una floración que puedo exagerar el algunas variedades nos duró un mes, treinta días, fue menos, pero fue larga; variedades como la bing donde teníamos dos piso muy marcados, donde el tercio superior no tenía anda de flores y abajo ya estaba iniciando cuaja, esas nos dieron 3 mil kilos por hectáreas, de una media nuestra de 9.000 kilos en bing para esta zona y en Santina también preocupados porque se veía algo parecido en esta zona, después en primavera: llueve», comentó Sergio Quezada.

En la zona de Sarmiento, comuna de Curicó, región del Maule, también sintieron los embates de las variables agroclimatológicas; así lo comentó el asesor Jordi Casas, junto a Críspolo Gutiérrez, administrador general de Agrícola Los Tilos.

«La generalidad en Santina tuvimos una baja alrededor de un 30 por ciento; vimos que durante la temporada, en invierno, no logramos llegar a las horas frío que necesitábamos, sí llegamos a las porciones (…) llegamos alrededor de las 42 porciones, pero al momento de tomar la decisión que hicimos de cianamida, igual no completamos las horas frío, ni tampoco en toda la temporada», detalló Críspolo Gutiérrez.

Nueva temporada de cerezas

Si bien durante el verano 2024 se presentaron olas de calor, están fueron más tarde que en épocas estivales anteriores, un factor que el equipo de Avium ya analizó, de cara a la próxima temporada: «Hay un factor importante que hemos estudiado que todo lo que significa estrés térmico hídrico, definido como índice de estrés que lo empezamos a medir, a estudiar y es un punto importante de analizar; el verano del 2023, definitivamente, fue el verano que obtuvimos acumulativamente el mayor índice de estrés de los últimos diez veranos, que es un factor importante que creemos que influyó mucho en los efectos cosecha 2023, sobre todo en las zonas más cálidas, sin¡ embargo este año hicimos el mismo seguimiento y el verano 2024, correspondiente a la temporada 2023-2024, fue el verano que obtuvimos el menor índice de estrés acumulado, con respecto a la época de postcosecha de los últimos 10 años, entonces ya de los 4-5 factores más importantes de la ecuación productiva desde el punto de vista climático, ya tenemos un favor que juega a nuestro favor, por ahora, que fue este moderado potencial de estrés térmico hídrico en verano», concluyó Carlos Tapia.

Para la temporada 2023-2024 se espera la presencia del fenómeno de «La Niña», que implica bajas precipitaciones; claro está que los fenómenos climáticos extremos llegaron para quedarse y que la industria cerecera deberá aprender a producir con ellos.

Puedes revivir el reportaje auspiciado por Corteva Agriscience, UPL y Chemie Agro, a continuación:

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