Importancia de los análisis nutricionales foliares en poscosecha y su impacto en el ciclo productivo del cerezo: Parte 1

Importancia de los análisis nutricionales foliares en poscosecha y su impacto en el ciclo productivo del cerezo: Parte 1

Por David González Ortiz, Ingeniero Agrónomo; y Nicolás Martínez G., Ingeniero Informático del Depto. Riego, Clima y Tecnología de Avium.

En la actualidad, el análisis nutricional foliar continúa siendo una de las herramientas más utilizadas para evaluar el estado nutricional de las plantas. Este análisis proporciona información clave sobre el estado nutricional del huerto, permitiendo definir estrategias de corrección según las necesidades de cada caso particular.

La hoja constituye un pool activo de nutrientes y permite detectar si alguno de ellos se encuentra bajo niveles de suficiencia. Incluso en huertos que presentan una condición visual aparentemente adecuada, es frecuente detectar desbalances nutricionales que no se manifiestan de forma visual, pero que sí impactan procesos determinantes, tales como la diferenciación, acumulación de reservas, entre otros.

Momento clave: La poscosecha
A menudo la poscosecha se asocia erróneamente con el momento en que la planta pierde la fruta. Sin embargo, se refiere más bien al período en el que los nutrientes se estabilizan en la planta, lo cual es fundamental para la toma de decisiones nutricionales. 

Esta estabilización ocurre cuando la planta experimenta un cambio en su flujo de reservas, un fenómeno fisiológico importante que se produce con el cambio de estación, pasando de primavera a verano. Durante este tiempo, se inicia un proceso de reducción del fotoperíodo, señalando la pre-dormancia en plantas de hoja caduca.

Teóricamente, se puede afirmar que a partir del 21 de diciembre en Chile los nutrientes en la planta alcanzan un estado “estable”. Este es el momento óptimo para realizar un análisis foliar, ya que refleja con precisión el estado nutricional de la planta en ese periodo específico. Si se realiza un análisis antes de esta fecha, los resultados podrían no ser representativos del estado nutricional real de la planta.

En la práctica, el período óptimo de muestreo se concentra entre fines de diciembre y a más tardar de enero, independiente de la zona geográfica, variedad, portainjerto o fecha de cosecha. Este rango permite trabajar con concentraciones foliares más estables y realizar correcciones nutricionales de manera oportuna.

¿Cómo realizar el muestreo?
Uno de los principales factores que condiciona la utilidad del análisis foliar es la calidad del muestreo. Un procedimiento deficiente genera resultados poco representativos y, en consecuencia, decisiones de manejo mal orientadas.

La toma de muestras se debe realizar de manera aleatoria y representativa asegurando cubrir distintos puntos del huerto o cuartel. Un muestreo correcto debe incluir entre 100 y 150 hojas por muestra, y es importante que estas hojas contengan tanto la lámina como el pecíolo, ya que este último puede proporcionar información adicional sobre los nutrientes. Las hojas deben recolectarse desde la sección de madera de dos años, correspondiente al dardo en formación, ya que este tejido refleja de mejor manera el estado nutricional asociado a la futura estructura productiva del árbol.

Cada muestra debe corresponder a una combinación específica de variedad, portainjerto, considerando que las diferencias fisiológicas entre estos componentes tienen un efecto directo sobre la absorción, distribución y requerimientos nutricionales del árbol. 

¿Qué tipo de análisis foliar se debe solicitar?
Para obtener un panorama completo del estado nutricional de la planta, se recomienda solicitar un análisis nutricional foliar completo. Este análisis debe incluir todos los nutrientes clave, como nitrógeno (N), potasio (K), magnesio (Mg), zinc (Zn), y en algunos casos, boro (B). En Chile, varios laboratorios ofrecen este tipo de análisis, y es fundamental solicitar un análisis nutricional completo para obtener todos los rangos de nutricionales relevantes.

De la información a la decisión de manejo
El análisis foliar, por sí solo, no corrige ninguna condición. Su valor está en la capacidad de transformar la información analítica en decisiones agronómicas concretas, realizando correcciones de manera oportuna en la temporada.

El análisis foliar sigue siendo una herramienta plenamente vigente en la producción de cerezas, siempre que se utilice con criterio técnico y propósito claro. No se trata de medir por medir, sino de medir para decidir.

En nutrición, como en la mayoría de las decisiones agronómicas, el contexto y el momento son tan importantes como el resultado analítico.

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