La producción de cerezas es altamente sensible a los estrés abióticos, que pueden comprometer el desarrollo del cultivo y reducir la calidad final del fruto. Ante este desafío, Copeval propone una estrategia integral diseñada para mantener el equilibrio desde la raíz hasta la fruta, incluso en escenarios adversos.
El plan busca activar la interacción entre suelo, raíces y microorganismos, fortaleciendo la rizosfera y estimulando la parte aérea. Este enfoque incluye protección radicular, biofertilización y generación de promotores de crecimiento, complementados con aplicaciones foliares bioestimulantes y osmoprotectoras, que permiten sostener el metabolismo y garantizar el rendimiento productivo.
Las herramientas claves para un cultivo sin estrés
Centeón Max WP: Un bioestimulante biológico formulado con Trichoderma virens and Bacillus subtilis. Aplicado vía riego, promueve el desarrollo radicular, equilibra el crecimiento vegetativo y ayuda a restablecer la biota benéfica del suelo, adaptándose a distintas condiciones y disponibilidad hídrica.
Ascofol: Extracto de Ascophyllum nodosum con tecnología Aglukon, que conserva compuestos activos bioestimulantes y antiestrés. Enriquecido con micronutrientes esenciales, asegura máxima compatibilidad en el estanque y una absorción eficiente gracias a su formulación con humectantes, antievaporantes y penetrantes.
β Protect®: Bioestimulante vegetal que aporta glicina betaína y aminoácidos, esenciales para enfrentar estrés abiótico. Refuerza las membranas celulares, evita la pérdida de agua, reduce el riesgo de partiduras por lluvias y mejora parámetros de calidad en la fruta.
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