Durante la etapa de crecimiento del fruto, el calcio se incorpora principalmente por flujo transpiracional a través del xilema. Sin embargo, al avanzar el desarrollo y disminuir la transpiración de la fruta, su movilidad se reduce drásticamente. Esto hace que las aplicaciones foliares o la regulación del balance hídrico sean esenciales para mantener una buena concentración de este mineral en los tejidos del fruto, reforzando las paredes celulares y la lámina media y contribuyendo a una estructura firme y resistente.
¿Qué se está haciendo en materia de investigación en cuanto al análisis del momento exacto de acumulación de calcio en centros frutales? De éste y otros temas, Smartcherry conversó con el ingeniero agrónomo y académico de la Universidad de Chile, José Ignacio Covarrubias, quien mencionó un estudio que justamente están realizando en dicha facultad en torno a nutrición cálcica de huertos frutales y en particular en cerezos.
También se refirió a la interacción del calcio con otros nutrientes, donde un adecuado suministro de éste complementando con otros elementos, durante el desarrollo del fruto, favorece un crecimiento celular más ordenado y estable.
– ¿Hacia dónde va hoy la investigación en torno a la fertilización de calcio?
Hoy día lo que estamos haciendo como grupo de investigación de la Universidad de Chile, se centra en estudiar cuáles son los momentos en los cuales eventualmente el calcio se acumula en centros frutales, llámese dardos, ramillas, principalmente dardos, y para esto tenemos dos experimentos que están en curso, donde se aplicó el calcio en postcosecha en tres meses distintos: en diciembre, en enero y en febrero, con el propósito de poder entender en qué momento hay una mayor acumulación de calcio en los centros frutales.
Hemos encontrado hasta ahora datos bastante interesantes. Nuestra hipótesis, que hasta el momento se está confirmando, pero eso lo vamos a corroborar un poquitito más adelante en la temporada, es que el calcio se acumula en los dardos mientras el dardo se está formando, o sea, mientras está verde y transpirante, no tarde en la temporada, en marzo, abril o en febrero, cuando el dardo ya cierra y lignifica.
En este momento ya el calcio fue aplicado en la postcosecha de la temporada anterior, marcamos dardos en las plantas, medimos el calcio, hemos encontrado diferencia entre tratamientos respecto a testigos no tratados y lo que falta por ver es cómo va a ser la calidad de la fruta que sale de esos dardos y si logra efectivamente diferenciarse respecto de fruta proveniente de árboles que no han sido tratados con calcio en postcosecha.
– Pensando en que este mineral aporta a una mejora en calibre, y ya considerando que se viene la postcosecha, qué deben hacer los productores en este ámbito?
Bueno, la primera función del calcio se atribuye principalmente a variables asociadas a texturas, firmeza. Hemos encontrado también algunas influencias de este mineral en el calibre. La estrategia nutricional que se debe adoptar ahora en post cosecha es hacer aplicaciones de calcio al suelo en momentos que todavía tenemos que definir y preocuparse también de aplicar potasio del 100% de la dosis, podría ser entre un 15 o un 20% de la dosis total en la post cosecha.
Esto con el propósito de que el potasio se guarde en madera estructural, que eso ya está demostrado, y ese potasio se utilice en la próxima temporada para los frutos pequeños, porque de los dos nutrientes yo diría que el potasio tiene un rol más trascendental en calibre en comparación con el calcio.
– ¿Cuál es el aporte de la interacción del calcio con otros elementos pensando en una mejora calidad y condición de la cereza?
Creo que el calcio es un elemento muy reactivo y compite mucho con otros cationes, como potasio y magnesio, por lo tanto es importante que en los momentos tempranos de la temporada, particularmente entre la cuaja y frutos de 7 u 8 milímetros de diámetro, el calcio se aplique sólo al suelo, sin o excluyendo de los programas de fertilización aportes de otros cationes como potasio y magnesio.
Y respecto de los otros dos, yo creo que la mejor estrategia es irlo aplicando luego de este momento, a partir de alrededor de tres semanas, hasta un mes probablemente, después de la plena flor o de la cuaja en realidad, hasta la cosecha en dosis crecientes conforme la fruta se va desarrollando, alternando potasio con magnesio. No aplicarlos juntos, porque éstos también compiten por los sitios de intercambio del suelo y uno va en desmedro del otro, entonces es muy importante el manejo temporal de los minerales, calcio primero, potasio y magnesio después y entre potasio y magnesio alternar.