Ha comenzado la primavera y junto con ella la salida del receso invernal en frutales de hoja caduca e inicio de brotaciones en frutales de hoja persistente. Este periodo es particularmente sensible, ya que la planta reinicia su metabolismo o tras un estado de baja actividad fisiológica. Sin embargo, primaveras irregulares como las que suelen ocurrir en la zona centro-sur de nuestro país, caracterizadas por días extremadamente calurosos seguidos de jornadas frías, nubladas o con lluvias ocasionales generan un estrés importante que afecta el ritmo de crecimiento y desarrollo. En este contexto, el uso de bioestimulantes, especialmente aquellos en base a extractos de algas, se ha consolidado como una herramienta eficaz para mejorar la resiliencia vegetal y asegurar una mayor estabilidad productiva.
Efectos fisiológicos de las primaveras irregulares
Fluctuaciones térmicas
Altas temperaturas tempranas: inducen un metabolismo acelerado y aumento de la respiración, lo que puede agotar rápidamente las reservas acumuladas durante el invierno. Además, incrementan la transpiración y el riesgo de estrés hídrico.
Bajas temperaturas posteriores: ralentizan procesos enzimáticos y bloquean parcialmente la expansión celular, generando un “freno” abrupto al crecimiento.
La alternancia de calor y frío desincroniza los relojes internos de la planta, afectando brotación, elongación de brotes y diferenciación floral.
Radiación y nubosidad
La alternancia entre días soleados intensos y periodos prolongados de nubosidad reduce la eficiencia fotosintética. Esto altera la relación fuente-sumidero: se acumulan menos carbohidratos disponibles para sostener brotes, flores y frutos en formación.
Precipitaciones inesperadas
Lluvias en primavera pueden provocar estrés radicular por saturación de oxígeno en el suelo, y mayor incidencia de patógenos (hongos foliares y de suelo). También lavado de nutrientes móviles, principalmente nitrógeno, comprometiendo la nutrición inicial.
Repercusiones en el desarrollo
- Desuniformidad en la brotación.
- Abortos florales o caída temprana de frutos.
- Retraso en la expansión foliar, disminuyendo la capacidad fotosintética.
- Pérdida de precocidad y potencial de calibre.
En resumen, el metabolismo de la planta entra en un estado de “vaivén” metabólico que reduce eficiencia fisiológica y productiva.


Rol de los bioestimulantes en base a algas
Los extractos de algas marinas (principalmente Ascophyllum nodosum, Ecklonia maxima) contienen fitohormonas naturales, osmoprotectores y compuestos orgánicos que ofrecen ventajas clave frente a estas condiciones:
- Regulación hormonal
Auxinas y citoquininas: favorecen la división y elongación celular, impulsando la brotación y la uniformidad en el crecimiento.
Balance hormonal: suavizan los peaks metabólicos causados por cambios bruscos de temperatura.
- Efecto antiestrés
Glicina-betaína y manitol: actúan como osmoprotectores, estabilizando membranas celulares frente a deshidratación o exceso de agua.
Polisacáridos sulfatados: inducen mecanismos de defensa (respuesta sistémica adquirida), mejorando la resistencia frente a patógenos.
- Mejora de la eficiencia fotosintética
El aumento en la síntesis de clorofila y la protección antioxidante reducen la caída en la tasa fotosintética durante días nublados o de estrés térmico.
- Interacción con la nutrición
Los bioestimulantes en base a algas favorecen la absorción y asimilación de nutrientes esenciales como N, P, K, Ca y micronutrientes, lo que resulta crítico en escenarios de lixiviación o baja disponibilidad.
Impacto productivo
El uso estratégico de bioestimulantes en este periodo se traduce en:
- Mayor uniformidad de brotación y floración.
- Menor caída de flores y frutos en cuaja temprana.
- Mejor ritmo de crecimiento foliar y radicular, asegurando fuentes de carbohidratos estables.
- Frutos de mayor tamaño y calidad interna, con mejor firmeza y condición de poscosecha.
- Avance en precocidad, lo que otorga ventajas comerciales.
Momento de aplicación: idealmente en estados fenológicos críticos de brotación a plena floración, cuando la planta depende de reservas y recién inicia la actividad fotosintética.
Compatibilidad: verificar mezcla con fertilizantes y fitosanitarios para evitar inactivaciones.
Seguimiento: monitorear respuestas mediante indicadores de vigor, desarrollo foliar y amarre de fruta.
Las primaveras irregulares representan un desafío fisiológico mayor para los frutales en salida de dormancia, pues obligan a la planta a gastar reservas de forma desordenada y limitan su capacidad de sostener un crecimiento continuo. El uso de bioestimulantes a base de algas constituye una herramienta fisiológica y agronómica probada para suavizar los efectos del estrés, estabilizar procesos metabólicos y garantizar un mejor desempeño productivo, expresado en mayor calibre, precocidad y rendimiento.
Conoce las alternativas que tenemos en QR-Agro para las distintas condiciones climáticas:
Heladas: Kryoss
Bajas temperaturas: Codasting
Mantener Desarrollo Vegetativo: Dalgín Mg
Altas temperaturas y demanda evapotranspirativa: Osmoplant