Aníbal Caminiti manifestó que más allá de una eventualidad de heladas, que prácticamente no se reportaron durante el mes de agosto, están preparados para este tipo de fenómenos y que no necesariamente ello implica daños en la planta. Sin embargo, enfatizó que el objetivo en la zona de la Patagonia argentina es que el cerezo tenga etapas fenológicas más alargadas, porque esa prolongación para el proceso de maduración del fruto le da una calidad organoléptica sumamente diferencial.
El líder de CAPCI afirmó que lo mejor que le puede pasar al cerezo es desarrollarse en parámetros térmicos óptimos y esos parámetros existen en la Patagonia, puesto que el clima permite que no pase por umbrales superiores ni inferiores, que le puedan generar estrés, obteniendo una cereza de calidad que les permite hacer una diferencia respecto de las que se cultivan en otras zonas del vecino país.
Añadió, además, que no hay dos temporadas iguales y si bien se pueden hacer proyecciones, la cereza tiene que convivir con el clima y eso hace que deban estar atentos permanentemente a los pronósticos para así mitigar ciertas fenómenos, como control de heladas y otros.