Con mucha preocupación se vivió en el mundo de la agroindustria la caída abrupta del valor de esta fruta ad portas del año nuevo en China, principal destino que concentra más del 90% de las exportaciones, donde se vio un descenso respecto de la temporada anterior.
El exceso de oferta que superó la capacidad de demanda fue uno de los principales factores que originó esta situación y que alertó al rubro productor, exportador, gremios y -en general- al mundo público y privado, desde donde se comenzaron a analizar las razones del exceso de stock en el gigante asiático.
A juicio del economista agrario de INIA Quilamapu, Jorge González Urbina, el incremento nacional de hectáreas plantadas permitió que las exportaciones de cereza fresca generaran más de 3 mil millones de dólares en la temporada 2023/24, con envíos superiores a las 410 mil toneladas. Sin embargo, este rápido crecimiento ha tenido consecuencias negativas en los precios de la fruta, representando una caída del 50% respecto de la temporada anterior.
Respecto de esta caída, el Senior Far Analyst de Rabo Research, Gonzalo Salinas, afirmó que si bien aún queda temporada por desarrollarse, “con el nivel de volumen que estaba estimado desde inicios de la temporada 2024-2025, y proyecciones de 110 millones de cajas, se venía venir que los precios tuvieran un descenso. Cuando se da este nivel de crecimiento, históricamente ha pasado que el precio se resiente. Podemos hablar de varios factores, como la concentración de arribos, la calidad, la condición de esos arribos, el timming, por mencionar algunos”.
Por su parte, la Gerente General de iQonsulting, Camila Miranda, apunta, además del exceso de volumen, a una descoordinación en la llegada de la fruta a destino: “de alguna manera esperábamos un punto de inflexión en el mercado chino, aunque no sabíamos exactamente cuándo ocurriría ni hasta qué punto el incremento anual de la oferta podría ser absorbido sin impactar significativamente en los precios, como sucedió esta temporada. Sin embargo, no fue sólo una cuestión de volumen, sino también de la falta de coordinación en los arribos, que resultó ser un factor crítico. Hubo semanas con altos volúmenes que llegaron en fechas alejadas del año nuevo chino, lo que generó acumulación de stock y este almacenamiento, a su vez, tiene una relación negativa con los precios”.
Lograr un consenso a largo plazo en el sector
Frente a esta contingencia, los expertos entregan indicios de posibles soluciones que permitirían frenar el descenso en el precio de la cereza chilena comercializada en el extranjero, principalmente en China, concluyendo que todas las medidas que se tomen deben ser pensadas en un mediano o largo plazo, sobre todo pensando en las hectáreas que ya están plantadas y que harán que el volumen exportado siga creciendo.
“Hay diversos factores en la industria que presentan oportunidades de mejora. A nivel de calidad se ha ido mejorando en los últimos años. El tema del calibre es algo que sí se podría optimizar para que el precio promedio pueda aumentar en temporadas posteriores. También hay que continuar aumentando la demanda en China con la promoción, que es una muy buena instancia para aumentar la base de consumidores, pero los tres puntos más relevantes son: el calibre de la fruta, la diversificación de mercados y la promoción. En eso la industria chilena debe tener esa posición de líder a nivel internacional”, explica Gonzalo Salinas.
La diversificación de mercados es un aspecto en el que también concuerda Camila Miranda, quien lo menciona como un antecedente clave, ya que “depender de un solo mercado es arriesgado. Ese riesgo disminuye con un portafolio más diversificado, es decir, evitando ‘poner todos los huevos en la misma canasta’. Por lo tanto, es esencial continuar los esfuerzos para consolidar los otros mercados a los que llegan las cerezas chilenas, fortaleciendo su presencia y creando alternativas que reduzcan la dependencia de un único destino”.
“Mucho se ha hablado en años anteriores de la diferencia en el consumo de cerezas, de cómo en Europa prácticamente es una fruta de verano y que es muy bajo el mercado presente para la cereza en el hemisferio sur. Hay mercados que se pueden seguir explorando y otros que se pueden tomar y potenciar. Pensemos en la población china que está distribuida alrededor del mundo para generar otro mercado, ellos siempre están viendo lo que ocurre en China, también celebran el año nuevo y esa población equivale a más de 100 millones. También representan una oportunidad que se puede desarrollar a futuro, pero insisto, debe hacerse con una mirada de mediano o largo plazo”, apunta Gonzalo Salinas.