Estamos finalizando una nueva temporada de cereza, no libre de situaciones adversas que han influido fuertemente en la calidad y condición de arribo de éstas, a los principales mercados de destino.
Dentro de las principales situaciones vividas esta temporada están la contingencia actual respecto al desarrollo de la pandemia por COVID, sumado a la alarma inicial que significaron las restricciones por las detecciones de frutos con presencia del virus PNRSV durante la temporada
pasada en China. A lo anterior se debe agregar los importantes problemas logísticos, siendo principal factor el tiempo de espera generado para los despachos de cajas embaladas, provocando que un importante volumen de fruta permaneciera en los frigoríficos de los packing, en origen.
Así, la temporada se podría separar en dos grupos, la fruta temprana, que por ser de menores volúmenes pudo sobrellevar la problemática logística y ser vendida sin mayores problemas. Luego al llegar el peakde cosecha, desde la segunda semana diciembre, fue más difícil poder resolver las
dificultades descritas.
Este problema logístico, ocasionado principalmente por una falta de disponibilidad de contenedores para cargar la fruta, significó un incremento en las ventas post Año Nuevo Chino (ANC) de aproximadamente un 35% del total de cerezas exportadas al mercado asiático (Fuente: Diario Financiero Digital publicado el viernes 04 de febrero de 2022; IQonsulting en Smartcherry), lo que generó un impacto negativo en los precios de venta, dado a la dificultad en la comercialización, como también al importante deterioro que sufrió la fruta en este tiempo de
espera.
Los problemas ocasionados en la fruta por este retraso adicionalmente se vieron influenciados por los atochamientos de las naves en los puertos de destino de dicho mercado, como también a la lenta entrega de los contenedores por parte de la aduana hacia los recibidores debido, principalmente, a las exhaustivas revisiones de las cargas por protocolo COVID. Dado lo anterior, existió un número considerable de contenedores que tuvieron que esperar más de 20 días para ser desaduanados (Gráfico 1; Tabla1), considerando que en un año normal esta espera por lo general no es mayor a las 48 horas.
Lo anteriormente descrito, aparte de significar una complicación para la venta de la fruta, tuvo una importante repercusión en las tarifas marítimas de exportación, observándose incluso incrementos de hasta un 70% respecto a las tarifas de la temporada pasada. Como efecto directo de la falta o baja disponibilidad de contenedores, la industria tuvo que aceptar la oferta de equipos entregados, observándose posterior a los arribos en los sistemas de monitoreo, temperaturas más irregulares a lo acostumbrado, sin tener hoy la o las causas de este problema, lo claro es que unido a los problemas de temperatura, algunos arribos de fruta evidenciaron serios daños por desarrollo de pudriciones (Figura 1).
Las situaciones antes descritas gatillaron un efecto adverso en la calidad y condición de la fruta, influyendo a su vez en la preferencia por parte de los consumidores, frente a otras frutas frescas que estaban llegando, en la misma época, al mercado.
Al revisar los reportes de arribo, los clientes informan, como principales problemas en destino, presencia de fruta blanda, desarrollo de pardeamiento de pulpa (Figura 2), asociado a un mal sabor en la fruta y en algunos casos, se reportó desarrollo de pudriciones (Fuente Consultora FyJ).
Aunque no es fácil asociar siempre una única causal a estos deterioros, los problemas de temperatura y los prolongados tiempos de almacenaje, estarían aportando a la incidencia de estos.
Dado lo anterior, cabe analizar el escenario futuro a corto y largo plazo, la producción nacional seguirá presentando una concentración en la producción a partir de la segunda semana de diciembre, además 3 de las 5 variedades con mayor volumen plantado (Gráfico 2) se cosecha en el
peak (Lapins, Bing y Sweetheart) y Regina una variedad tardía se enfrenta a quedar a la venta post año nuevo chino a lo menos cada 2 años ya que esta festividad cambia de fecha por estar asociada al año lunar, en este escenario la variedad enfrenta en algunas temporadas almacenajes por largos periodos en donde el desarrollo de pardeamiento de pulpa se presenta.
Así la industria desde la presente temporada está realizando esfuerzos para diversificar los envíos a otros mercados, pero aún tenemos una concentración de las exportaciones al mercado chino, con más del 87% de la producción nacional.
Lo vivido esta última temporada nos debe incentivar a continuar trabajando en el desarrollo de nuevos mercados, producir fruta de calidad y buen calibre, cosechar en la madurez correcta, seguir rigurosamente los manejos de postcosecha y minimizar los tiempos en origen para alcanzar
40 días de almacenaje hasta la venta y así disminuir problemas de deterioro.
A largo plazo, focalizar la investigación sobre los desórdenes fisiológicos que se producen en la fruta con largos períodos de almacenaje; es importante aunar recursos para el desarrollo e implementación de variedades con buen comportamiento en postcosecha, así como también trabajar en el desarrollo de tecnologías de conservación tanto en origen (materia prima) como en tránsito.