Por Francisca Barros B, Jessica Rodríguez F, Militza Ivelic K/ Trío Kimün.
Con el propósito de maximizar el potencial de postcosecha de las cerezas de exportación, al momento de la cosecha es necesario tomar en cuenta algunos aspectos críticos relacionados con: la madurez de la fruta, la programación de esta labor, materiales a utilizar, manipulación de la fruta, sanitización e inocuidad del proceso.
En este artículo profundizaremos en el análisis de aquellos aspectos relacionados a la manipulación de la fruta como también a la sanitización e inocuidad. Respecto al primer punto el objetivo es controlar o reducir la incidencia de compresión y/o impacto en la fruta, que provocan el daño mecánico, conocido como pitting y machucón (Imagen 1), defectos que no son visibles en forma inmediata y se debe esperar al menos 5 días para observarlos claramente.
Al analizar el proceso de manipulación de la fruta, es de suma relevancia tener una adecuada organización en la cosecha, basándose en una estimación de kilos por hectárea y la ventana de cosecha por variedad considerando la madurez de la fruta (color de cosecha al inicio v/s color de cosecha objetivo por variedad). Con esta información se deberá determinar la cantidad de gente que se necesita para hacer una labor cuidadosa y oportuna.
Posteriormente, al momento de comenzar la cosecha propiamente tal se debe capacitar al personal, en lo que respecta a los cuidados que se debe tener con la fruta en el huerto, más específicamente en el cómo realizar una adecuada cosecha. Es importante enseñar a la gente a usar los materiales de manera correcta, esto incluye escaleras, cajas cosecheras o baldes; también se les debe instruir en cómo realizar la separación de la fruta desde el árbol, sin provocar machucones como tampoco desprendimiento de pedicelos (imagen 2).
Para evitar el daño mecánico, el llenado de la caja cosechera debe ser realizado en forma cuidadosa, siempre tomando los frutos desde el pedicelo (Imagen 3), y dejándolos suavemente al interior de éstas. Especial atención se debe tener con el peso final de cada caja como con la altura de fruta dentro de la caja con el objetivo de evitar se generen daños por compresión entre frutos o entre fruta y pedicelos, reduciendo así los niveles de fruta de exportación. Una mala cosecha puede ver reducido su rendimiento de fruta exportable por concepto de daño mecánico con niveles de machucones mayores a un 15%.
Una vez concluido el llenado de cada caja, es de suma importancia hacer hincapié a los cosecheros que ésta no debe quedar en el suelo como tampoco debe quedar expuesta a la radiación del sol. Para evitar los efectos de los rayos solares se debe disponer de un bins, pallet, o carro de cosecha a la sombra donde la fruta deberá ser cubierta con esponjas mojadas y carpa reflectante, con el objetivo de evitar la exposición de la fruta a altas temperaturas y baja humedad relativa. Evaluaciones realizadas a nivel de huerto demuestran que la cereza puede registrar una pérdida de peso por hora entre 0.11 a 0.2% (https://www.copefrut.com/wp-content/themes/copefrut/img/revistas/2019_N2.pdf), al ser mantenida en el predio sin procurar un aumento en la humedad relativa ambiente. (Imagen 4).
Otro aspecto crítico es la sanitización e inocuidad a la cosecha que busca evitar la posible contaminación de la fruta ya sea con agentes microbiológicos que afectan la salud del consumidor y la expresión o desarrollo de microrganismos fitopatógenos.
Con respecto a los cuidados que se deben tener en cuenta para evitar la contaminación de la fruta con agentes microbiológicos o fitopatógenos es importante realizar todas las prácticas culturales asociadas a la disminución del potencial de patógenos que pueden afectar a la fruta en el huerto.
Se debe realizar una adecuada limpieza y sanitización de los centros de acopio como de los materiales de cosecha.
A medida que se realiza la cosecha, se debe cubrir las
cajas, utilizando esponjas mojadas con solución clorada a 100 ppm, este material
tiene como propósitos, además de mantener la fruta y los pedicelos hidratados,
lograr procurar control sobre la inocuidad al trabajar con soluciones con cloro
minimizando el efecto de una posible contaminación cruzada del producto.
Así mismo, el proceso de selección de la fruta tiene por objetivo dejar sólo al interior de la caja cosechera aquellos frutos sanos con condición de exportación, es decir: sin heridas, partiduras y pudriciones (Imagen 5). Una selección inadecuada o falta de selección puede reducir el rendimiento de la fruta exportable por presencia de fruta comercial o desecho hasta en un 30%. Por otra parte, se deben tomar las precauciones para no realizar cosecha de frutos unidos en grupos de más de tres o con la estructura leñosa del dardo; esta característica de la cosecha se acompaña con presencia de hojas y restos de material vegetal (imagen 6), que ensucian la línea de embalaje e impide el buen funcionamiento para realizar una correcta clasificación del producto en el proceso.
Finalmente, en lo que respecta a la inocuidad alimentaria, contar con baños y agua potable en el entorno del grupo de cosecha deben considerarse para minimizar riesgos y cumplir con los protocolos de BPA, que en Chile se realiza por medio de la certificación de GlobalGap. Hoy cobra gran relevancia toda labor que se realice a nivel predial para lograr minimizar los riesgos de contaminación por COVID 19, ya sea a través de las personas, materiales de cosecha como a través de la fruta. Referente a este tema ASOEX ha dado a conocer una guía de Buenas prácticas para la prevención de Coronavirus SARS CoV-2 en campos, packing predial y plantas frutícolas.
(https://newsflash.asoex.cl/userfiles/file/0328D_GUIA_COV_ASOEX_Sept%202020.pdf)