Violeta Rojas, Ing. Agrónoma – Jefa del Departamento de Terreno y Muestreo, Laboratorios Diagnofruit Ltda.
La cadena productiva frutícola considera diversas etapas durante la temporada, las cuales poseen, desde un punto de vista fitosanitario, diferentes metodologías de gestión y manejo que permitan mantener la calidad y productividad durante todo el proceso de producción. Dentro de esto, la fase de postcosecha requiere un control importante de la carga de patógenos para evitar el desarrollo de hongos en el packing, transporte, almacenaje y comercialización de la fruta tanto en Chile como en los mercados de destino.
Para lograr este propósito, existen, dentro de la industria, muchas herramientas para colaborar con el cuidado de la fruta y generar un producto final inocuo desde un punto de vista fitopatológico, como el uso de refrigeración, fungicidas, aditivos, etc. Sin embargo, dentro de todas estas herramientas, es fundamental sumar el monitoreo de fitopatógenos, en campo y postcosecha, hoy un análisis crítico, que necesariamente debe entregar datos precisos y respuesta en tiempo acotado.
De forma específica, cuantificación de fitopatógenos en postcosecha se caracteriza por el muestreo de superficies inertes como paredes, instrumentos de líneas de embalaje, toma de muestras de agua y análisis de frutas como producto terminado, con la intención de detectar y cuantificar la presencia de carga microbiana para generar un control, conocimiento y proyección del estado sanitario de la fruta procesada durante su transporte y comercialización.
Sectores de muestreo dentro de la planta de embalaje de cerezas
El hidrocooler es el primer manejo que se realiza en la planta procesadora, con el propósito de disminuir rápidamente la temperatura la fruta, ayudando, al mismo tiempo, a hidratar pedicelos. Por ser el primer sector donde la fruta es procesada, la carga de materia orgánica y suelo es muy alta (muchas veces dicha suciedad viene pegada en las cajas y bins) estas características transforman el hidrocooler en el primer punto crítico donde debemos efectuar el monitoreo. La materia orgánica disminuye la acción sanitizante del cloro, por lo tanto, el control en tiempo real de del color activo es importante, pero al mismo tiempo la calidad de esta inyección debe ser vigilada a través de una prueba biológica directa, como lo es la cuantificación de fitopatógenos.
Continuando con la ruta de la fruta dentro de la planta procesadora, la siguiente etapa es la zona de agua del vaciador, donde se realiza una primera inmersión y segundo lavado después de haber estado en espera en cámara de mantención. En esta fase, aún existe una carga importante de hojas y dardos, que poseen inóculo, por lo tanto, debemos saber si el manejo del sanitizante es suficiente para combatir los microorganismos disueltos, por lo que debemos acompañar de monitoreo de fitopatógenos para definir concentraciones efectivas de cloro, frecuencias de cambio de agua, etc.
Posteriormente, el agua del cortapalos, seguido por el estanque de fungicida, son sectores donde la carga de fitopatógenos debe ser cercana a nula, debido al efecto lavado y sanitizante de los anteriores procesos, obviamente, si todo anda bien. Con esta premisa, debemos programar muestreos, en al menos una de las dos piscinas, para asegurar que la sanitización de aguas está funcionando, privilegiando el sector del cortapalos.
Técnica de Análisis basada en qPCR
Hace 5 años, a través de fondos CORFO, el departamento de I+D+i de Diagnofruit, comenzó la exploración de llevar la técnica de qPCR para analizar muestras de campo y packing, con el objetivo de cuantificar microorganismos fitopatógenos. El proyecto fue exitoso y ya lleva 3 temporadas de venta comercial, a través de: “Servicio de Detección y Cuantificación de Fitopatógenos en Lineas de Embalaje”. De esta forma, nuestro laboratorio desarrolla planes de monitoreo de los sectores y procesos anteriormente mencionados ajustados a la necesidad del cliente.
En particular el servicio en cerezas se concentra en la detección y cuantificación de fitopatógenos mediante qPCR, enfocados en Botrytis, Alternaria, Geotrichum y Penicillium. Además, próximamente se comenzará el servicio de detección y cuantificación molecular de Cladosporium. Debido a la alta sensibilidad de la técnica el servicio es altamente confiable y al mismo tiempo su rapidez permite entregar resultados entre 48 y 72 hrs luego de tomada la muestra.
Hoy, es esencial mantener la carga de inóculo controlada, debido a los procesos de comercialización y transporte dilatados; en virtud de esto, el monitoreo a través de qPCR se transforma en una herramienta de control de puntos críticos fundamental que Diagnofruit, de forma exclusiva, pone a disposición de la industria productora y exportadora de cerezas.