Posible escenario comercial en estado de pandemia
Por: Patricio Toro H. – Socio Fundador Exportadora del Sur S.A
¿Qué va a pasar con las exportaciones?, ¿cómo se están comportando los mercados en China?, ¿cuál es la proyección para la temporada de cerezas que viene?, ¿podremos exportar con normalidad? Estas son algunas de las interrogantes que se han transformado en preguntas obligatorias de productores, y de todos quienes estamos ligados al rubro. Y aunque la respuesta hoy nadie la puede entregar con seguridad, creo que hay mucho por reflexionar respecto de cómo nos estamos preparando para la temporada que se nos avecina.
La realidad es que el escenario cambió. La pandemia a la cual hoy se enfrenta el mundo ha sido disruptiva en muchos aspectos, cambiando muchos comportamientos que las industrias ya habían aprendido a manejar. El mundo de la exportación de fruta fresca no queda ajeno a esta realidad. Y mientras la temporada pasada hacíamos predicciones en base a oferta y demanda, crecimientos de los mercados y calidad de la fruta, hoy esas respuestas al menos a mí no me dejan tranquilo. Sabemos que el COVID-19 trajo consigo nuevas variables que impactarán el precio al cual se comercialice nuestra fruta, variables que se van transformando en inseguridades en muchos casos.
El desafío hoy está en que podamos adaptarnos lo más rápidamente a los cambios que vayan surgiendo, pensando estrategias para responder a mercados inestables, generando instancias de trabajo con autoridades nerviosas, y mirando desde una nueva perspectiva el producto, su calidad y su inocuidad, porque los estudios ya nos dicen que el comportamiento del consumidor cambió, incorporando nuevos drivers a la decisión de compra.
Soy un convencido de que el trabajo parte desde la fase de producción en los huertos, frase que seguramente comparto con muchos actores de la industria, sobretodo con el área técnica, y donde hoy más que nunca se debe producir y cosechar fruta de calidad, pero que además cumpla en su producción con todas las normas de seguridad alimentaria y de producción responsable, tanto social como ambiental. Es por ello que creo muy prudente y responsable hacer un llamado a los productores de cerezas a tener sus huertos en regla con todas las normas de certificación y ser un ejemplo dentro de la industria frutícola. Hoy más que nunca debemos ir más allá de lo que dicen los manuales y las normas. Hemos visto en los últimos meses que las autoridades chinas han estado preparando e instaurando nuevas exigencias a los productos alimenticios importados, por lo cual se hace fundamental tener todos los registros de trazabilidad y de certificación en todas las fases de producción, procesamiento y comercialización.
El desafío es grande, pero si nos ponemos a trabajar todos desde ahora creo que podemos adelantarnos a las exigencias y a los nuevos desafíos que tendremos.
Solo nos quedan cuatro meses.