Por: Héctor García O., Co-Fundador y Gerente Gral. Laboratorios Diagnofruit Ltda, Miembro SOCHIFIT y AMICH. hgarcia@diagnofruit.cl
Sin duda, dentro de las pesadillas de un productor o técnico dedicado a la fruticultura, horticultura o floricultura, una de las peores es el “ATAQUE DE LA PUDRICIÓN GRIS”, protagonizado por nuestro conocido Botrytis “Freddy Krueger” cinerea. Si bien estos últimos años hemos conocido otros siniestros personajes como Botrytis “Jason Voorhees” pseudocinerea o Botrytis “Michael Myers“ prunorum, la verdad es que estas variantes no alcanzan a dominar los sistemas productivos, por lo tanto B. cinerea continúa siendo el objeto de control y centro del programa fitosanitario, como revisaremos más adelante.
Años atrás, cuando las cerezas aún no se transformaban en la especie de exportación más importante en Chile, lidiábamos con cultivares de corta vida de postcosecha; recuerdo Early Burlatt, Sam, Summit, Newstar, con ventanas de cosecha óptima muy cortas, blandas y una susceptibilidad a pudriciones, sobre todo gris, muy alta; debido a esto, era común recibir reclamos, incluso en viajes aéreos.
Hoy dominan variedades con mejor performance y menor susceptibilidad a ataques por hongos, como Santina, Regina, Kordia, avance que nos permite dormir un poco más tranquilos. De la mano al desarrollo de variedades, también han mejorado las líneas de embalaje, se han perfeccionado sistemas de control de sanitizantes y fungicidas en la línea, lo que aporta un poco más a nuestro buen dormir.
Sin embargo, tal como menciona el título, la pudrición gris es un punto crítico de la producción de cerezas que nunca debemos dejar de controlar y los errores en campo, packing y anomalías climáticas son cada vez más recurrentes (Foto 1).
Cerezas “Zen”
Hemos hablado incansablemente en otros artículos, charlas, conversaciones de campo, que el primer factor del que debemos preocuparnos es la producción de fruta en equilibrio “Zen” lo que genera un círculo virtuoso de calidad, condición y menor impacto medioambiental. En estudios exploratorios que hemos realizado en conjunto con el Comité de Cerezas, nos hemos dado cuenta de que el nitrógeno en fruto, que generalmente está asociado a sobre-fertilización, altera el equilibrio con elementos como el calcio, generando fruta más susceptible a pudriciones. Otro factor que genera desequilibrio es la sobreproducción; debemos establecer los techos productivos de forma realista para cada cuartel, de lo contrario no alcanzamos buenos calibres, presentamos problemas de dureza, sólidos solubles pobres, y atrasos en madurez, todos indicios de que la planta está trabajando bajo presión y, muy probablemente, posee más fruta de la que soporta.
Además de los problemas mencionados, aquella fruta es más susceptible a pudriciones, generalmente tiene menos calcio y más nitrógeno, de la mano con una realidad: aquellos huertos que más producen son también aquellos que más unidades de nitrógeno aplican, debido a que los cálculos de extracción se realizan de forma, muchas veces, estandarizada y sin tomar en cuenta la realidad local, como los aportes de nitrógeno a través del agua de riego.
Otra área que estamos estudiando, que podría ser un factor importante de desequilibrio, es el uso indiscriminado de reguladores de crecimiento, sobre todo aquellas aplicaciones realizadas muy tarde en el desarrollo del fruto, cuando el productor analiza que el calibre está quedando por debajo de las expectativas. De esta forma, por ejemplo, hemos observado cierta conexión entre el uso tardío de citoquininas y la susceptibilidad a pudriciones, sobre todo en shelflife.
Como se mencionó, generalmente, cuando un huerto sobreproduce, aplica más nitrógeno y al mismo tiempo utiliza más reguladores de crecimiento, con el fin de aumentar el calibre, esto atenta en la construcción de una cereza en equilibrio, transformándose en una víctima fácil para Botrytis.
Importante: todos los años realizar análisis de concentración de minerales en la fruta.
Control de Pre-cosecha
Si bien el control de Botrytis clásico en cerezos comienza en floración, este tiene por objetivo atacar el tizón de flor, y tiene muy poco aporte para el control de pudrición gris en pre y postcosecha de frutos, a diferencia de lo que ocurre en otras especies como uva, donde la aplicación de flor es muy relevante. El control químico o biológico de Botrytis, pensando en pudrición gris, debe comenzar con el inicio de color pajizo, desde ese momento las aplicaciones pueden resultar en disminuciones en frecuencias de frutos con pudriciones en la recepción y luego de almacenaje refrigerado.
Hoy tenemos la posibilidad de integrar diversos grupos químicos para el control específico de Botrytis, carboxamidas como boscalid, fluopiram o pentiopirad, hydroxianilida como fenhexamid, o el fenilpirrol fludioxonil son herramientas para tomar en cuenta en la etapa crítica descrita, considerando siempre carencias y limitaciones de residuos por destino.
Algunos extractos botánicos, como de quillay o cítricos, además de tener un cierto grado de control sobre Botrytis, poseen efecto elicitor, que contribuye a generar frutos más “resistentes” a la infección. Al igual que biocontroladores, como Bacillus o Tricodermas, los extractos vegetales deben ser programados con más de una aplicación desde quiebre de color; el efecto elicitor debe ser “encendido” al menos un par de veces para generar una respuesta más grande y estable en el tiempo.
Los biocontroladores debemos, también, aplicar varias veces durante la temporada, porque de alguna forma la idea es ocupar el espacio, estorbar el desarrollo de hongos como Botrytis, más allá de procesos de parasitismo sobre el patógeno, por lo tanto, la inoculación continua es una técnica fundamental para el éxito de este tipo de formulaciones.
Resistencia a fungicidas, el arma oculta de Botrytis
F
reddy Krueger se alimentaba de nuestros miedos y los exponía a través de pesadillas, con lo que lograba eliminar varios protagonistas en cada una de las sucesivas entregas de la saga. Botrytis, a medida que aplicamos fungicidas en campo, muta, se alimenta de información para sobrevivir y termina resistiendo nuestros programas, pudriendo nuestra fruta en cada temporada. Los protagonistas de la saga Pesadilla enfrentaban sus miedos y muchas veces podían sobrevivir, para Botrytis es lo mismo, si conocemos sus estrategias es probable que logremos un control más eficiente.
Sin ahondar en conocimientos muy profundos de resistencia a fungicidas, dos cosas debemos saber de base para clasificar una población de Botrytis:
- Qué tan resistente es la población.
- En qué frecuencia se encuentra la población resistente en relación con la población total.
El punto 1 se resume en qué tan diferente es el individuo de Botrytis, el cual nunca fue expuesto a cierto fungicida versus el expuesto (aislado de campo). A través del EC50 de cada individuo calculamos un cociente; a modo de ejemplo, si éste es mayor a 100, probablemente estamos en un nivel de alta resistencia, donde la pérdida de eficacia es inminente.
Si los individuos resistentes se presentan en frecuencias altas en la población, mayor al 60%, y estos poseen un factor de resistencia mayor a 100, estamos ante una población resistente a uno o varios fungicidas y debemos establecer medidas antiresistencia, probablemente prescindir de ese tipo de fungicidas por un tiempo.
Botrytis, tiene varios poderes que le permiten adaptarse y dentro de éstos, está el de generar resistencia a fungicidas, situación muy común en la producción de arándanos, uva de mesa y frutillas. A pesar de esto, tenemos buenas noticias, hemos analizado individuos aislados desde huertos de cerezos en las últimas temporadas (temporadas en que Botrytis no ha sido un problema relevante fundamentalmente por primaveras secas y calurosas), y hemos podido consignar poblaciones que están lejos de ser problemáticas, si bien existe presión de selección para activos como fenhexamid, boscalid y fludioxonil, en términos reales, aún es despreciable y las poblaciones se comportan más bien como sensibles de forma generalizada.
La tarea, entonces, es mantener estos buenos niveles de sensibilidad, con programas de que varíen modos de acción durante la corta ventana de aplicaciones e intercalar el uso de formulaciones de origen biológico, apoyando el programa químico y, al mismo tiempo, buscar activar defensas.
Es importante en huertos donde la pudrición es constante entre temporadas, monitorear niveles de inóculo de Botrytis y también evaluar la sensibilidad hacia fungicidas de las poblaciones existentes, y como recomendación final, analizar al mismo tiempo el estatus de las poblaciones de Alternaria presentes, que generalmente acompaña en temporadas secas.
Una primavera seca y calurosa promete bajos niveles de inóculo, sin embargo, igual deben ser monitoreado, las excepciones a la regla a veces son comunes. Producir bajo un esquema de equilibrio es la base del éxito, cosechar en madurez apropiada, sin machucar ni herir la fruta, disminuye las posibilidades de que el poco inóculo que hay en los huertos logre generar una infección; el resto queda en manos de la poscosecha, donde tal como comentamos en el artículo anterior, la idea es mantener en perfectas condiciones, pero no mejorará fruta susceptible o ya infectada, sólo contendrá con ciertos límites.