Un problema serio a nivel mundial es el crecimiento de forma mas lenta de la producción agrícola y frutícola, respecto al aumento de la población, por ello, la producción de alimentos no es suficiente para satisfacer la demanda creciente. Respecto a lo anterior, las pérdidas provocadas por las malezas en los cultivos adquieren gran importancia, es obligatorio aumentar la productividad de las zonas de aptitud agrícola y frutícola en particular.
El daño ocasionado por las malezas no solo considera la disminución en la producción, deterioro de las áreas productivas, incremento en labores de movimiento del suelo. Además, las malezas son hospederos de patógenos como: hongos, virus, nemátodos, insectos y ácaros.
El control de malezas ha sido una de las prácticas más costosas en la agricultura debido al consumo de mano de obra.
El desarrollo frutícola, y en particular del cerezo en nuestro país, ha determinado que muchas zonas de cultivos extensivos o praderas han pasado a plantarse, con la necesidad de manejar de manera eficiente las diversas poblaciones de malezas, a las que se debe enfrentar el productor.

Las malezas se pueden agrupar considerando diferentes criterios, tales como: el hábitat, su ciclo de vida, su morfología o su fisiología, por mencionar algunos. En todos los casos, los efecto negativos de las malezas sobre los cultivos consideran: competencia por factores de producción (luz, agua, nutrientes) y/o alelopatía (interacción de sustancias orgánicas secretadas por las plantas a nivel radicular). La competencia que ejercen las malezas en especies frutales sobre los factores de producción será mayor en plantaciones recién establecidas o huertos jóvenes.
Una óptima estrategia de control de malezas en cerezo, debe considerar, inicialmente, la prevención y erradicación, y el posterior manejo de las malezas, que debe considerar todas las prácticas culturales (métodos manuales y mecánicos), métodos físicos, biológicos y químicos, destinadas a reducir la incidencia de ellas, minimizando los daños que las malezas puedan ocasionar en las explotaciones agrícolas.
El control químico ofrece un control de malezas efectivo, oportuno, y muchas veces, más económico, al comparar con otros métodos de control. Por supuesto, los herbicidas son excelentes herramientas que deben usarse de forma apropiada, cuidando el medio ambiente y evitando eventuales problemas de fitotoxicidad que su mal uso podría acarrear.
Sobre Roundup ControlMax:
Entre los herbicidas que actúan principalmente cuando son aplicados al follaje, Roundup ControlMax, se aplica únicamente sobre las malezas, en postemergencia, evitando que la aspersión del producto entre en contacto con la especie frutal, en este caso cerezos.
La formulación de Roundup ControlMax, le permite ser el herbicida en base al ingrediente activo glifosato más concentrado del mercado, contiene 792 gramos de Glifosato Monoamonio/kg de producto comercial, que representa 720 g de equivalente ácido/kg, lo anterior determina que se deben utilizar dosis menores de producto comercial/ha, tanto para el control de malezas mono o dicotiledóneas.
Roundup ControlMax, pertenece a la categoría IV de toxicidad, por lo que su franja de color verde, lo hace ser un producto con los mayores niveles de seguridad para el aplicador, siguiendo las medidas de precaución contenidas en la etiqueta del producto.
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