Por: Raúl Osorio – Director Peulla Asesorías y Servicios
“El gran anhelo de todo productor es sin duda adelantar su cosecha y mejorar su potencial productivo de su huerto y que esto, se traduzca en una mejor rentabilidad de su negocio. Los rompedores de dormancia (RD), siguen y seguirán siendo materia de estudio para los investigadores y extensionistas, quienes constantemente están intentando replicar en huertos de cerezas diferentes estrategias que pueden adelantar u homogeneizar los estados fenológicos iniciales (floración y brotación), y traducirlos en el adelanto u homogeneización de la cosecha. Sin embargo, es necesario tener claridad cuando y cuando utilizar, la cianamida hidrogenada o un rompedor de dormancia“. (https://cutt.ly/imHSnWH)
Para los asesores e investigadores citados en la misma publicación es muy importante:
- Se debe considerar una correcta aplicación de los productos, como también la calibración de las maquinarias con las que se realizan dichas aplicaciones. Un ejemplo claro de un error es realizar una aplicación fuera de dosis, con una alta concentración o excesivo mojamiento, lo que puede generar una fitotoxicidad o daño en la madera y primordios florales. Es importante tener en cuenta que los rompedores de dormancia no se trabajan en dosis por ha, sino en concentración o porcentaje: por ejemplo 2 litros en 100 litros de agua (2 %), 3 litros en 100 litros de agua (3%), etc.
- En cuanto a las máquinas, se estima que el 90% de las máquinas que son utilizadas en Chile para realizar aplicaciones de productos agrícolas, presentan algún problema de calibración, situación que debe ser resuelta con suma urgencia pues la efectividad de los productos, en este caso Cianamida Hidrogenada, o Rompedores de Dormancia (RD), depende en un 50 % de su aplicación, junto con su correcta dosis.
- Una máquina calibrada, con presión y marcha adecuada, boquillas en buen estado, etc. permite que la aplicación de cualquier producto sea creciente. No hay que olvidar que estos productos (Cianamida y RD) actúan por contacto, por tanto, requieren del agua como Carrier, y una máquina bien calibrada llegara con los productos de manera homogénea y correcta a todos los sectores del árbol, sobre todo a la parte más alta (https://cutt.ly/imHSnWH).
Ya hemos revisado en la publicación de los fatores importantes a considerar para las aplicaciones invernales es vital que:
- Se realice la mantención preventiva de cada uno de los equipos disponibles (atomizadores y tractores).
- Contar con las pautas de calibración precisas y adecuadas a cada situación de huertos según topografía, edad de huerto y sistema de conducción.
Para desarrollar una calibración adecuada para ejecutar estas aplicaciones debemos considerar:
- Volumen de agua a utilizar
- Volumen de canopia a tratar (dardos y yemas en madera)
- Volumen de aire necesario para desplazar las aplicaciones
- Velocidad de avance de las aplicaciones en terreno para lograr un buen cubrimiento o cantidad de depósito en el objetivo (dardos y yemas en madera).
Volumen de agua: Siempre debemos considerar que nuestro objetivo es lograr una buena “cobertura de gotas” en los órganos de nuestro cultivo (dardos y yemas) que a su vez dependerá de: “la estatura, tamaño o volumen de canopia” o “volumen de estructuras”.
Una forma de calcular el volumen de agua a utilizar es determinando el volumen del cultivo a través de TRV (Tree Row Volumen) o Volumen de árbol. TRV (m3 de árbol/ha) = [altura del árbol desde las primeras ramas (m) x ancho promedio del árbol (m) x 10.000 (m2/ha)] / Distancia entre hileras (m).
La dimensión de los árboles en esta etapa del cultivo (receso) es muy similar en la mayoría de los huertos de cerezos y tendrá variaciones dependiendo de los sistemas de conducción.
Sólo a modo de ejemplo consideraremos un huerto con las siguientes medidas:
-Altura promedio de árbol desde la primera rama: 2,7 metros (3,2 metros total)
-Ancho promedio de árbol: 2,5 metros
-Distancia de plantación: 4,3 metros
-El TRV = (2,7 x 2,5 x 10.000) / 4,3
-El resultado será TRV = 15.697,7 m3 de objetivo.
Para obtener el volumen de agua a utilizar Byers et.al suponen un volumen de 0,0936 L / m3 de canopia con follaje.
Para nuestro ejemplo, por lo tanto, necesitaríamos 15.697,7 x 0,0936= 1469,3 L de agua / ha.
Sin embargo y de acuerdo con la publicación de los asesores citados en el presente artículo (https://cutt.ly/imHSnWH); tan sólo necesitamos un 70 % de este volumen calculado para aplicaciones dirigidas a dardos o yemas en madera; este cálculo, también es citado por el Ing. Agr. Guillermo Lorca Beltrán Profesor Mecanización Agrícola de la Facultad de Agronomía e Ing. Forestal, PUC de Chile glorcabeltran@hotmail.com, en su artículo EXACTITUD SIN APURO de la revista Mundo Agro, se debe aplicar un índice de ajuste de densidad foliar.
Si aplicamos el factor 0,7 (extremadamente abierto), nos arroja un volumen de agua a aplicar de 1028,5 L de agua / ha.
Luego de varios años de experiencia y aplicaciones en campo, y comprobando los depósitos con papel hidro sensibles, pinturas fluorescentes y también caolinitas de uso agrícola, buscando que el depósito de gotas (cubrimiento) NO genere excesos o chorreos, podemos aplicar el factor de 0,75 a este cálculo.
Por lo tanto, y para el ejemplo y basados en la experiencia de terreno, la recomendación de ajuste para aplicaciones destinadas a yemas y dardos en madera:
1028,5 L x 0,75 = 720 L de agua / ha.
Verificación en terreno con caolinita.
Volumen de aire a desplazar en aplicaciones invernales: Otro factor muy importante a considerar es el volumen de aire necesario para desplazar nuestra aplicación hacia el objetivo.
Una forma de calcular el volumen de aire necesario también es determinando el volumen del cultivo a través de TRV (Tree Row Volumen) o Volumen de canopia de árbol. TRV (m3 de follaje/ha) = [altura del árbol (m) x ancho del árbol (m) x 10.000 (m2/ha)] / Distancia entre hileras (m).
Para el mismo ejemplo anterior, un huerto de 3,2 metros de altura promedio, con un ancho de “ramas” de 2,5 metros y una distancia de plantación de 4,3 metros.
El TRV = (3,2 x 2,5 x 10.000) / 4,3. El resultado será TRV = 18.605 m3 x 0.7 = 13.0.23 de objetivo (madera).
Este volumen calculado es el que debemos desplazar para llegar a nuestro objetivo “Madera”.
Los equipos hidroneumáticos con asistencia de aire que son los más utilizados en nuestra fruticultura tiene distintas capacidades de desplazamiento de aire según su modelo y su tipo de grupo de aire.
Los distintos modelos existentes en el país generan cantidades que van desde los 25.000 a 90.000 m3 de aire / hora. Para ajustar la cantidad de aire / ha (13.023 m3 en el ejemplo) debemos considerar:
- La velocidad de avance de la aplicación
- Ajuste de la caja multiplicadora de los grupos de aire
- Ajuste de las aspas en posición o inclinación necesaria.
- Ajuste de las RPM de trabajo.
Para nuestro ejemplo consideraremos el siguiente cuadro de velocidades de avance en un huerto de 4,3 metros de distancia entre hilera:
D. Plantación | km/hora | Tempo/ha (min) | m3 /ha |
4,3 | 6 | 23,26 | 14534,9 |
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D. Plantación | km/hora | Tempo/ha (min) | m3 /ha |
4,3 | 6,5 | 21,47 | 13416,8 |
Para lograr un mejor nivel de depósitos siempre se recomienda utilizar la velocidad más baja posible, considerando la capacidad operativa de los equipos atomizadores en campo. (https://www.redalyc.org/pdf/932/93215307.pdf)
Elección de Boquillas: Siempre se debe mantener la limpieza de estos componentes y chequear el caudal que entregan por minuto y comprobar que sea el indicado por el fabricante, no superando un 10 % de desgaste.
Para el ejemplo:
Modelo boquillas | Presión (bar) | Caudal (L/min) | Tiempo/ ha | N° Boquillas | Caudal final / ha |
ATI Azul Cono Vacío | 12 | 2,4 | 21,47 | 14 | 721,4 |
ATF Azul Cono Lleno | 12 | 2,4 | 21,47 | 14 | 721,4 |
TVI Azul Cono vacio anti deriva | 12 | 2,4 | 21,47 | 14 | 721,4 |
Para poder desarrollar los planes de manejo de aplicaciones eficaces y eficientes debemos tener equipos previamente diagnosticados en todos sus componentes, reparados y reemplazados sus elementos críticos, realizar mantención anual y periódica, limpieza permanente y tener personal altamente capacitado para desarrollar las aplicaciones que se traducirán en el éxito de nuestro cultivo a la cosecha con el menor impacto al ambiente y las personas.