Chile es el mayor exportador de cerezas del mundo, con envíos que en la temporada 2022-2023, cifraron un récord de 415.315 toneladas, siendo el mercado chino su principal destino con poco más del 80% del total de las exportaciones de cerezas chilenas que se envían al mundo.
Por ello, para apoyar a esta industria nacional con variedades que permitan “aplanar” la curva de producción y exportación, así como también contar con cerezas chilenas que cuenten con una larga vida postcosecha, el Consorcio Tecnológico de la Fruta de ASOEX, conjuntamente con la Universidad Católica de Chile, y el apoyo de Corfo, se dieron a la tarea de desarrollar variedades de cerezas que se adapten a la realidad y necesidades de este sector productivo y exportador de Chile.
“Nuestro principal objetivo es desarrollar nuevas variedades de cerezas tempranas y tardías y que se adapten a los requerimientos climáticos, comerciales y logísticos de Chile, con el objetivo de hacer frente al cambio climático, la postcosecha y la competitividad”, precisó Marlene Ayala, directora del Programa de Mejoramiento Genético (PMG) del Cerezo del Consorcio Tecnológico de la Fruta, durante su presentación vía online en Macfrut de este año. Agregó que, en cuanto a las variedades tempranas, se busca para octubre y principios de noviembre. Mientras que en el caso de las variedades tardías se centran en cerezas para cosechar a finales de enero y febrero.

Asimismo, Ayala, destacó que para el año 2030 se espera contar con las primeras variedades de cerezas 100% chilenas, y con el ideotipo que la industria espera y los mercados esperan.
Respecto al ideotipo o características que se buscan en los nuevos desarrollos de cerezas, la profesional indicó que éstos fueron trabajados junto a la industria, quedando definidos, entre otros, los siguientes aspectos: Cosecha temprana y cosecha tardía (para alejarse de las fechas de concentración de cosecha de media estación). Peso del fruto: ≥10 gramos, tamaño de fruto: ≥ 26 mm, firmeza de fruto: ≥70 durofel, dulzor: ≥17°Brix y con tolerancia a partidura.
Este PMG ha logrado crear un gran banco de germoplasma, lo cual ha permitido llevar a cabo una gran cantidad de combinaciones genéticas de cerezas durante todo el proceso. Los plantines se establecieron en la estación experimental y de investigación de Pirque, cerca de la capital, Santiago. Además, se tiene otro campo en la Escuela Agrícola San Vicente de Paul.
Desarrollos
“La industria chilena de la cereza necesita sus propias variedades. Hasta ahora, sólo cultivamos variedades importadas. Sin embargo, Chile necesita nuevo germoplasma adaptado a nuestras propias condiciones climáticas, logísticas y comerciales para mantener su competitividad como principal exportador del Hemisferio Sur”, comentó la académica e investigadora.
Respecto a su trabajo como directora del PMG del Cerezo, puntualizó: “En 2010 se comenzó un importante proyecto de desarrollo de nuevas variedades de cerezas del ´Consorcio Tecnológico de la Fruta´, compuesto por la Asociación de Exportadores de Frutas de Chile (Asoex), varias empresas exportadoras y la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC). Desde entonces, he estado trabajando en el mejoramiento y, hasta la fecha, tenemos más de 30 selecciones avanzadas injertadas y en estudio. Veinticuatro de ellas han sido evaluadas en cuanto a rendimiento, calidad y vida poscosecha”, puntualizó.
La profesional observó que, actualmente hay alrededor de 81 híbridos de segunda selección, escogidos de entre unos 1.000 individuos que fueron evaluados en el laboratorio. De estas 81 selecciones, 36 ya han sido injertadas y establecidas en el campo, y 38 injertadas en macetas, mientras que los otros siete serán injertados este año. Asimismo, relevó que existen 4 selecciones avanzadas, es decir, con potencial para convertirse en las primeras variedades 100% chilenas de cerezas.