Por: Diego Humeres M. Ing. Agrónomo. Dpto. Riego y Clima Avium
Emilio Martínez Ing. Agrónomo. Avium
Carlos J. Tapia T. Director Técnico Avium y Cofundador de SmartCherry.
Editado por Daniela Balagué. Periodista. Encargada Comunicaciones Avium
El manejo del agua de riego se ha caracterizado principalmente como una estrategia básica para el óptimo desarrollo de los huertos, explicado a través del balance otorgado por distintos parámetros como la evaporación diaria, el coeficiente de cultivo (Kc), revisiones de calicatas, y otros instrumentos de medición que apoyan la estrategia de tiempos y frecuencia de riego en un huerto.
Cuando existe una baja disponibilidad de agua se ve afectado el desarrollo de las raíces, que es una estructura muy importante para el inicio de primavera y postcosecha. Por su parte, el exceso de humedad en la raíz puede provocar un bajo crecimiento de ésta, entendiendo que el cultivar se desarrolla mejor en suelo bien oxigenados, además de provocar o ser el causal de algunas enfermedades fungosas.
“En las últimas temporadas como equipo Avium hemos desarrollado algunas investigaciones referentes a mejorar ciertos aspectos químicos y físicos del suelo, midiendo el crecimiento y calidad de raíces, entre otros parámetros, en distintos tipos de proyectos en huertos en establecimiento, formación y plena producción. Durante estos estudios se ha constatado que en plantas que han tenido un exceso de humedad en sus raíces han demostrado un desarrollo bajo del óptimo, situación que vemos se repite cada temporada; sin embargo, aquellas raíces que han tenido un tener suelo con bajo nivel de humedad mínimo también se ha visto afectado su sistema de raíces frente a esta condición.” señaló Carlos Tapia, director técnico Avium.
Uno de los factores para poder establecer el tiempo de riego en una plantación de cerezos, es el caudal de los emisores (definido por el fabricante del sistema), sin embargo, este indicador puede verse afectado por diferentes factores (presión, temperatura, obturaciones o fallas en el diseño). Por lo cual el caudal entregado por el fabricante difiere en la mayoría de los casos de lo que realmente sucede en el huerto.
Para poder definir el tiempo de riego buscando suplir la demanda bruta del cultivo, es importante conocer la demanda del cultivo (Kc), caudal entregado por planta (L./hr.) y precipitación del equipo (mm./hr.)
A lo anterior se desprende lo siguiente:
Determinación del tiempo de riego:
Demanda bruta del cultivo:
Donde:
Eto: Evaporación de referencia.
Kc: Coeficiente del cultivo.
Ef. Emisor: Normalmente se utiliza eficiencia de 90% para gotero y 75% para microaspersión.
CU: Coeficiente de uniformidad
Es aquí la importancia del coeficiente de uniformidad (CU) en la determinación del tiempo de riego y de la calidad de éste, es fundamental determinar si el sistema presenta una des uniformidad en la oferta de agua, y que algunas plantas pueden estar recibiendo menor y/o un exceso de agua, lo cual puede repercutir en una respuesta fisiológica indeseable por parte de la planta y consecuentemente afectar la producción. Es importante tener es consideración que está determinación del tiempo de riego no considera la textura del suelo.
Determinación de la precipitación del equipo:
Donde:
Pe: Precipitación del equipo (mm./hr.)
Qp: Caudal por planta (L./hr.)
Mp: Marco de plantación (m2)
Cálculo del caudal por planta (L./hr.)
Donde:
Qp: Caudal por planta (L./hr.)
Qe: Caudal del emisor (L./hr.)
Ne: Número de emisores por planta.
A lo anterior y desde el punto de vista nutricional, tener una adecuada uniformidad en el riego para el transporte vía agua de nutrientes a la planta y su distribución a los diferentes órganos, es fundamental tanto para el suministro necesario de fertilización como de la cantidad adecuada de agua para cada planta.
La revisión periódica del funcionamiento del sistema de riego debe ser una práctica indispensable para optar a tener fruta de exportación adecuada (entre otros factores), tanto en la calidad y condición de esta. Es así como la medición del volumen de descarga de los emisores y la presión en la cual se encuentra operando el equipo, permitirán hacer las correcciones necesarias al sistema de riego.
Para el cálculo del CU se debe obtener muestras de caudales reales y así comprobar la uniformidad de riego del sistema; esto se debe realizar de la siguiente manera:
1. Seleccionar sector de riego a muestrear.
2. En el sector de riego ya escogido, seleccionar 4 hileras y 4 emisores por cada una de ellas tratando de abarcar todo el sector.
3.En cada emisor seleccionado medir el volumen de agua entregado en un recipiente graduado (lo más preciso posible), en una cantidad de tiempo determinada.
Figura 1. Esquema de distribución de los emisores a muestrear.
Ejemplo: Tiempo de muestras: (60 segundos)
Unidad de medida de las muestras: centímetros cúbicos (cc)
Datos:
Cuadro 1. Donde (M) es el número de muestra y (H) es la hilera muestreada.
Resultado:
El promedio (Q) de precipitación de los emisores es de 73,73 cc. en un tiempo de 60 segundos.
4.Para poder convertir el promedio de centímetros cúbicos por minuto (cc./min.) a litros por hora (L/hr.) se debe realizar la siguiente operación:
Promedio según lo calculado en el paso anterior es de 73,75 cc./min.
El resultado es el promedio de precipitación de los emisores es de 4,6 litros de agua por hora.
Una vez ordenados los datos obtenidos en las muestras de mayor a menor, se debe separar los 4 menores caudales obtenidos para calcular el promedio de los caudales más bajos.
Una vez que los valores tanto de promedio de muestras (Q) y el promedio de caudales más bajos (Q25) se puede calcular el coeficiente de uniformidad (CU) del sistema de riego muestreado.
Para poder obtener el coeficiente uniformidad el cual nos dirá qué tan uniforme es el suministro de agua en el sector de riego, se debe realizar de la siguiente forma:
El ejemplo arrojó que el sistema de riego posee una uniformidad de un 91,5%. Este dato al ser verificado en los rangos de uniformidad arroja un resultado de “BUENA”.
Cuadro 2.
Es recomendable que el rango nunca sea menor que un 90% de uniformidad. Con rangos menores a éste, es necesario realizar un levantamiento de información del sistema de riego para poder detectar sus fallas.
En los períodos de mayor uso del sistema de riego, que es desde primavera a inicios de otoño, lo ideal es realizar como mínimo 3 (1 al final de la temporada) mediciones de CU. a cada sector de riego lo cual ayudará a corregir posibles modificaciones de los caudales, los cuales pueden ser causados por fallas que puedan ocurrir en el sistema (obturación de emisores, falla de válvulas, fugas no visibles en matrices y sub. matrices, falla de filtros, etc.).
Una vez terminada la temporada de riego, estos datos recolectados, junto a la observación del funcionamiento del sistema ayudará a decidir y planificar las mantenciones y mejoras antes que comience la siguiente temporada.