El manejo de la nutrición y programación del riego son fundamentales en poscosecha para maximizar el potencial productivo de un huerto de cerezos

El manejo de la nutrición y programación del riego son fundamentales en poscosecha para maximizar el potencial productivo de un huerto de cerezos

  • En la poscosecha ocurren procesos determinantes como la diferenciación floral, recuperación de raíces y acumulación de las reservas carbonadas y nitrogenadas.

  • Durante ese período es importante evitar el estrés de la planta para no interrumpir sus procesos fundamentales de desarrollo.

El potencial productivo de un huerto está relacionado directamente con los manejos culturales que aseguren la integridad de la planta en el extenso período de poscosecha, que además coincide con el período de diferenciación floral y con un momento muy importante que es la acumulación de reservas carbonadas y nitrogenadas.  

El período de poscosecha comienza más o menos entre 90 y 120 días después de plena flor (DDPF) y se reconoce como el período de recuperación de raíces de los huertos en gran parte de los portainjertos. Esta recuperación de raíces tiene asociada dos procesos muy importantes, como lo es el manejo de la nutrición y la programación del riego.

En general gran parte de la nutrición en cerezos va enfocada en poscosecha. En portainjertos vigorosos o de medio vigor la fertilización nitrogenada debiera incorporarse en poscosecha alrededor de un 70 a 80% de la cantidad anual, así también con respecto al potasio y terminar de completar la demanda de otros nutrientes como magnesio, muchas veces calcio y fósforo. En este sentido la poscosecha de cereza, en términos nutricionales, no se debe descuidar. 

“Si nosotros miramos la acción del sistema de raíces en pleno desarrollo, éste se encuentra adaptado y prácticamente coordinado y programado para crecer, absorber y aprovechar todo lo que es el componente nutricional en términos de recuperación” comentó Carlos Tapia, Director Avium.

En términos de riego, si la planta está desarrollando su sistema de raíces, tiene directa relación a mejorar, mantener o perfeccionar toda la programación del riego en poscosecha.  Es súper importante enfrentar el riego en esta época, desde el punto de vista de la distribución de agua del suelo, no necesariamente la cantidad de agua que se esté colocando sea suficiente, sino que esa cantidad tiene que de alguna forma relacionarse con la distribución eficiente de agua en el suelo.

La literatura habla de la disminución de los coeficientes de cultivo poscosecha, pero se ha reconocido en Chile que los coeficientes de cultivo poscosecha muchas veces pueden ser altos, incluso llegando a ser cercanos a 1.4, considerando la eficiencia de los distintos sistemas de riego, la capacidad de la planta por tomar esta agua desde suelo, las condiciones climáticas, el desarrollo, la condición de vigor de los árboles entre otros, por lo tanto no solamente se debiera hablar de la importancia de la poscosecha en términos de prevenir estrés con el uso de algunas agentes, como bloqueadores solares, sino también como la mejor forma de presentar la nutrición suelo, asociado a un manejo óptimo y oportuno en este período” agregó Tapia.   

Por su parte, cualquier anomalía desde el punto de vista del estrés en este período va directamente en desmedro de la acumulación de reservas y de forma paralela a la formación y al desarrollo de los primordios florales en los centros frutales que participarán en la producción de la siguiente temporada. Por lo tanto, se hace imponderable evitarlo para no interrumpir estos procesos fundamentales en la producción.

El estrés de poscosecha puede darse entre otros factores por un efecto abiótico, principalmente por déficit hídrico y/o exceso de temperatura, y biótico causado por una plaga o enfermedad. El estrés abiótico se produce principalmente porque las plantas, generalmente de menor desarrollo vegetativo y/o con un riego deficitario, no tienen la capacidad de hacer intercambio gaseoso continuo a la atmósfera produciendo cierre estomático, no captando CO2 para la generación de azúcares y una mala formación de primordios de flores en los centros frutales, generando pérdida de fertilidad y malformaciones en frutos. Es necesario considerar que el período de inducción floral (IF) comienza aproximadamente 70 días después de plena flor (DDPF) y el período de diferenciación floral (DF) se inicia aproximadamente 100 DDPF, siendo ambos procesos muy dependientes de una estabilidad hídrica y térmica en la planta en esos momentos de mayor demanda atmosférica.

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