Por: Victor Olivos C. Ing. Agrónomo, Gerente Agrícola Vivero El Maitén
Juan Pablo Frías D. Ing. Comercial, Gerente General Vivero La Montaña.
Carlos J. Tapia T. Ing. Agrónomo M. Sc. Director Técnico Avium.
Es sabido que el cerezo es una de las especies frutales que más se ha plantado en la última década en Chile y que, probablemente, seguirá en crecimiento a tasas importantes en al menos las próximas tres o cuatro temporadas.
El material vegetal utilizado en Chile en general proviene de viveros establecidos que en su gran mayoría se proveen de portainjertos de cultivos in vitro y de origen clonal en base a la demanda y exigencia de cada vivero.
Este material, que con manejos agronómicos, es libre de plagas y enfermedades, que es seleccionado y entregado a cada vivero, será en base a la estrategia propia de cada uno. De esto se proyecta y programa una nueva planta a comercializar en los distintos formatos que hoy ofrece el mercado.
La pregunta de fondo es: ¿Hay diferencias entre los distintos formatos de plantas de cerezo? ¿Hay un formato de menor calidad que otro? ¿Existe un formato de plantas que permita ser más precoz en el proyecto de plantación?
Analizamos cada caso en base a sus “pros y contras” y nos enfrentamos a la realidad de las actuales y futuras plantaciones.
Planta terminada
Probablemente el formato de plantas que más seguridad da en un proyecto de plantación. Planta criada en vivero luego de un año de establecimiento del portainjerto y otra temporada más de desarrollo de la variedad. Por lógica es la de mayor costo. Sin duda el formato que menos administración tiene una vez plantada.
El objetivo base de las plantas terminadas es que teóricamente se puede desarrollar la ramificación en el mismo año de la plantación, sin embargo, eso no siempre es así. Para que lo anterior pueda ocurrir con éxito se deben cumplir varias condiciones, entre ellas: A) Tamaño de plantas mayor a 1,6 m.; B) Buen equilibrio de eje y raíces al momento de la entrega. Raíces lo más integras posible; C) Número, integridad, calidad y sanidad de yemas del eje que permita una óptima brotación.
Muchas de estas condiciones están a cargo del establecimiento de plantas en el vivero en cuanto a trabajo de suelo, tipo de suelo, densidad de plantación, tipo de riego y según el procedimiento de arranca de plantas, en cuanto a aprovechamiento de las raíces y manipulación. Este último punto es en el que los grandes viveros han trabajado desde hace algunos años de la mano de la tecnología. Hoy en día se utiliza maquinaria especializada y procedimientos acorde en arrancar plantas para aprovechar el máximo desarrollo de raíces.
Mucho se ha debatido por la estatura mínima para considerar en este tipo de plantas y el consenso se da desde el punto de vista de poder establecer procedimientos de ramificación en el mismo año de la plantación. Esto considera que plantas por sobre 1,6 m. de altura, sin importar el diámetro de tronco, serían aptas para este procedimiento, y bajo esta estatura podría ser incluso causal técnico de realizar un rebaje de este tipo de plantas una vez plantadas para que vuelvan a desarrollarse en su sitio definitivo. Es muy importante poder establecer esta planta temprano en la temporada de invierno para que las raíces puedan desarrollarse tempranamente durante este período. Considerar que el traslado en términos de cuidados de las plantas es muy importante en el análisis de calidad de éstas, una vez recibidas en el campo.
Formato ideal para llevar a cabo procedimiento de replantes.



en inverno y con tratamientos de ramificación en la
primavera inmediata a la plantación. (Foto: Carlos Tapia).
Planta de ojo dormido a raíz desnuda
Portainjerto desarrollado en vivero para lograr diámetro mínimo de injerto en torno a 8-9 mm. en su base al mes de febrero. Una vez alcanzado este objetivo se procede a realizar injerto de yema (o parche) en la base de estas plantas de material cosechado en la temporada. En general se utilizan dos parches para asegurar prendimiento en primavera. Como calidad aceptable de este tipo de plantas está el diámetro al momento de entrega, el cual de forma óptima debe superar los 8 mm. de diámetro de base.
En general son plantas que fitosanitariamente son bastante sanas, ya que el procedimiento de injerto se realiza en los meses de febrero y marzo.
Como es de esperarse, los cuidados especiales están al momento del arranque de las planta, transporte y manipulación ya que siempre está latente el daño mecánico que se puede producir en las plantas con consecuencia en desprendimiento o eliminación de alguno o ambos de los parches de injerto. Es por esta razón que muchos viveros incluyen una protección de la zona de injerto previo al momento de la arranca y traslado.
Los cuidados más importantes, una vez establecido en el huerto, son la protección contra aplicación de herbicidas, daños de roedores y luego del estado de yema hinchada, el rebaje del portainjerto para dar paso al desarrollo de los brotes proveniente de las yemas injertadas en verano.
Planta injertada en terreno
En los últimos años se ha ido variando la forma de poder establecer la plantación y una de las buenas experiencias en la práctica ha sido mediante la utilización de portainjertos (ya criados en vivero) e injertados en terreno mediante injerto de púa o empalme.
Las plantas deben tener al menos 8 mm. de diámetro en la base para que sea de una calidad injertable, principalmente para que el diámetro esté acorde con el material de injertación. Este último punto es importante el momento del control de calidad de la injertación.
Es muy importante poder establecer la plantación muy temprano en la temporada, ya a partir de la primera quincena del mes de junio. Es fundamental entender que este portainjerto puede ser tanto de raíz desnuda como de una planta criada en bolsa o contenedor.
A partir del 15-20 de Julio, y con al menos 15 días de establecida la planta en terreno, se puede comenzar con el proceso de injertación. Este proceso debe cumplir con varias características de calidad, entre ellas: A) Diámetro de material de injertación acorde al diámetro del portainjerto.; B) el número de yemas libre en la púa debe ser al menos dos, incluso podría ser más (hasta 4) dependiendo de qué sistema de formación realizará el productor.; C) acompañando el procedimiento de injertación, está la amarra y fijación de la púa, lo cual debe ser perfecto para que luego de esto se produzca un buen desarrollo de formación de cayo y su unión variedad/portainjerto, para dar paso a la brotación de las yemas, y D) en muchos casos este procedimiento de injertación va acompañado por aplicaciones preventivas para la proliferación de hongos de madera y enfermedades bacterianas considerando la época de este procedimiento.
En cuanto al éxito, es muy importante poder seguir permanentemente la evolución de la brotación para dar paso al reemplazo de algunas púas no “prendidas” temprano en la temporada, como fecha límite 10 de octubre.
Otro punto importante, es que al momento de la plantación debe estar instalado el sistema de riego ya que en años con déficit de precipitaciones, la humedad de suelo en el establecimiento es fundamental para la adaptación de la planta y su futuro desarrollo en la brotación.

Planta de contendor o bolsa
Formato que ha tomado fuerza en los últimos años en un sinnúmero de viveros como un buen producto en cuanto a características técnicas y operacionales.
Portainjerto establecido directamente en el contenedor o bolsa sobre un sustrato o mezcla que permite un rápido establecimiento de la plántula y posterior desarrollo. Se ha visto en la práctica que cuanto más inerte sea el sustrato, más lenta o complicada es la adaptación a suelo definitivo cuando se planta en primavera, al contrario de cuando el contenedor contiene suelo en mezcla con otros materiales orgánicos e inorgánicos como capotillo de arroz, fibra de coco, turba, perlita, etc., que impiden la compactación prematura de la bolsa y el “pan de raíces”.
Las plantas de bolsa tienen como objetivo alcanzar diámetro de injerto hacia fines del verano, y son una salida segura cuando se establecen las plántulas de portainjerto tarde en la temporada, incluso en el mes de diciembre.
Estas plantas se pueden injertar de ojo dormido en verano o de púa a salidas de invierno dependiendo de la estrategia del vivero, muchas veces en común acuerdo con el productor en función al establecimiento de su huerto.
Hay que desclasificar que este tipo de formato de plantas sólo se puede plantar en primavera, sino que tiene una mayor ventana de plantación, desde inicios de invierno como ojo dormido o planta para injertar en terreno, o hasta primavera como planta brotada con actividad en desarrollo. En consecuencia a lo anterior, el éxito en el establecimiento y desarrollo está asociado a la época de plantación, y en la práctica se ha visto que plantaciones realizadas previo al 15 de noviembre tienen mejor resultado en la adaptación y desarrollo final.
Considerar que un punto importante en esto es que plantas con brote activo, provenientes de bolsas o contenedores, en el traspaso al suelo definitivo, muchas veces con un aumento en la temperatura ambiental hacia fines de primavera, se ven enfrentadas a shock de estrés térmico que pueden ser causal contrario del normal u óptimo desarrollo de la planta. Es por esto que el riego en cuanto a implementación, diseño y estrategia deben ser acordes para que las plantas estén en óptimas condiciones. Así también muchas veces la aclimatación previo a la plantación bajo sombra, incorporación de bloqueadores solares y un racional programa nutricional foliar, son claves para asegurar la adaptación, desarrollo inicio de raíces y elongación del brote apical en activo crecimiento.


Juan Pablo Frías)

para desarrollar un nuevo proyecto de plantación.