Con anticipación el fenómeno de “El Niño” había anunciado que esta primavera sería inestable y, lamentablemente, el pronóstico se ha cumplido al pie de la letra. Un botón de muestra, las precipitaciones que llegan a la zona central del país a partir del 28 de octubre y que se extenderá hasta la mañana del domingo 29.
Según indica la Dirección Meteorológica de Chile, las lluvias afectarán principalmente a las regiones de O´Higgins, Maule y Biobío; aunque también lloverá en la región Metropolitana y Valparaíso. Dicho evento estará acompañado de temperaturas que no superarán los 18ºC y dejarán entre 10-20 mm de agua caída.
La noticia llega literalmente como un balde de agua fría, considerando el daño que puede provocar la lluvia en los huertos con fenología avanzada. Se debe tener presente que las lluvias e incluso condiciones de alta humedad relativa en fruta cercana a su estado de madurez, junto con las altas temperaturas, provocan que aumente la presión interna de los frutos, lo que puede causar microfracturas que son el punto inicial de las futuras partiduras y que posteriormente pueden generar pudriciones.
Pero ¿por qué se produce este fenómeno? Pues, la lluvia que está sobre los frutos ingresa por diferencial de presión osmótica al interior de éstos, que presentan en ese momento altos contenidos de azúcares y otros solutos.
Partiduras o Cracking
Sin duda los términos “partiduras o ckracking” son invitados de piedra en la producción de cerezas; dicha condición en cerezos es una de las principales causas de descarte a la hora de embalar fruta de exportación.
Este fenómeno ha sido estudiado por diferentes autores (Cristensen, 1996, 1998; Ellena, 2001; Lugli y Lugli, 1998; Sansavini y Lugli 1997; Rombolá et al, 2005), quienes han determinado que la causa principal del cracking es la absorción de agua a través de la epidermi del fruto. Lo anterior ocasionaría la destrucción de las estructuras epidérmicas más externas del fruto. Adicionalmente, la absorción vía radicular podría ocasionar partiduras de frutos cuando las lluvias ocurren luego de periodos largos de sequía (Godini, 1997).
Según señala el artículo de Inia, Prevención del cracking en cerezas dulces, “las alternativas estratégicas disponibles actualmente para contrarestar la partidura de los frutos son básicamente el cubrimiento del huerto con mallas plásticas (techos) desde unos 10-15 días antes de la cosecha (elevado costo) y tratamientos foliares preventivos a base de calcio, fertilizantes foliares y fitorreguladores o directamente al momento de la lluvia”.
Manejos frente a lluvias
Existen una serie de manejos destinados a minimizar la incidencia de partiduras por lluvias en cerezas:
-Productos hidrofóbicos protectores: Se trata de películas cerosas hidrifóbicas protectoras en base a fosfolípidos naturales o ácidos grasos que evitan la absorción de agua previniendo la partidura de la fruta.
En nuestro país hay tres alternativas probadas, las cuales han logrado reducir la incidencia y severidad de partiduras por lluvias. Su aplicación debe realizarse a inicios de color pajizo/inicio de pinta de frutos, considerando que debe realizarse después de la aplicación de ácido giberélico.
Es de suma relevancia alcanzar un perfecto cubrimiento de los frutos, pues su efectividad dependerá de la protección física de los frutos; es necesario realizar aplicaciones sucesivas y bien controladas para alcanzar el objetivo, logrando que los productos sean aplicados sobre el fruto en forma homogénea, por lo tanto se deben realizar pruebas en las zonas objetivo, cavidad pedicelar y zona estilar, que es donde se debe bajar el riesgo, ya que la exposición prolongada a agua en estos sectores termina en una partidura.
-Riego de “saturación” pre lluvias: Consiste en realizar riegos previos a las precipitaciones con el fin de disminuir la absorción repentina de agua por las raíces; de este modo, es posible evitar el aumento abrupto del volumen de los frutos, previniendo partiduras.
¿Cómo hacerlo? Se debe comenzar a realizar riegos cortos (2-3 horas), unas 48 horas antes de
la lluvia, con el fin de alcanzar un estado de saturación del suelo en los primeros 20-30 centímetros de profundidad.
Dicha estrategia se debe repetir las veces que sea necesario ante posibles precipitaciones. Es necesario considerar que si dicha estrategia se pone en práctica muy cerca de la lluvia, con 12 horas o menos de anticipación, es recomendable continuar regando mientras precipita. Es una estrategia muy importante para lograr prevenir el daño en huertos que tengan cubiertas plásticas.
-Cloruro de Ca (CaCl2): Se ha determinado que la aplicación de calcio vía foliar podría reforzar la estructura de las paredes celulares, otorgando mayor resistencia mecánica a los tejidos. Las aplicaciones de sales vía foliar como el CaCl2 (y otras sales como Cloruro de K, Cloruro de Mg.) permiten equilibrar la presión osmótica entre el interior del fruto y el ambiente limitando la absorción de agua por parte de los frutos.
Se debe realizar aplicaciones constantes y sucesivas antes y durante el episodio de lluvia, considerando intervalos no mayores a 3 horas, con el fin de alcanzar el objetivo esperado. Las aplicaciones deben realizarse en concentraciones del 0,5% (500 g./100 L.) si la lluvia es menor a 1 hora; si es mayor,
se debe usar una concentración del 1% CaCl2, es decir 1 Kg.de Cloruro de Ca / 100 L de agua.
Aplicaciones constantes y sucesivas antes y durante la lluvia en concentraciones de uso de 0-5%-1% han resultado favorables cuando se ha podido mantener una operación adecuada. La operación es complicada por ser de alta demanda de uso de maquinaria ya que se debiera aplicar con intervalos máximo de dos horas por el mismo lugar mientras precipita para soslayar el efecto lavado de las precipitaciones.
–Eliminación de agua en la canopia post lluvia: Eliminar el agua de la canopia de las plantas una vez finalizada la lluvia, principalmente de la zona pedicelar de los frutos, es fundamental; dicha tarea se puede realizar con la utilización de helicópteros o máquinas nebulizadoras.
En el caso de las turbonebulizadoras, que originalmente se usan para realizar diferentes aplicaciones en los huertos, para secar los árboles éstas deben estar sin carga, con el fin de generar flujos de viento que permitan remover agua. Deben usarse a full potencia, nunca completamente vacíos, sino con un poco de agua para que las máquinas no trabajen en seco. La primera pasada debe ser rápida y se debe evaluar una segunda pasada para poder botar toda el agua de las plantas; también se puede realizar una pasada con dos equipo en paralelo en hileras contiguas, eso hace que los flujos de vientos se traslapen para tener una mejor efectividad y remover el agua del follaje y la fruta. Idealmente se debe utilizar sopladores o Blower, ya que su forma de aplicar aire es de mucho mayor eficiencia.
Bajo la misma idea de generar viento, los helicópteros deben sobrevolar las plantas; la ruta y altura del helicóptero debe ser diseñada y establecida en función de la envergadura y potencia de éste. Es importante que al momento del vuelo el suelo del huerto este con cierta humedad, con el fin de evitar levantar polvo que puede ser perjudicial para la fruta y la ejecución de la labor.
El uso de helicópteros es de alto costo, pero se ha mostrado efectividad en la remoción de agua de los arboles previniendo partiduras, especialmente aquellas que se alojan en la zona pedicelar conocidas como medialuna.
Adicionalmente, las hélices de control de heladas también se pueden utilizar como métodos complementarios, pues producen viento que permite hacer escurrir el agua que está sobre la fruta y que finalmente es la que provoca daños.
Se debe considerar como un punto de suma importancia que, ante un evento de precipitaciones, los huertos hayan recibido la debida aplicación de fungicidas, teniendo siempre presente las tolerancias, considerando el poco tiempo que queda para la cosecha.
Otro punto importante es que la sensibilidad a las lluvias se produce a partir del estado color pajizo/inicio de pinta. A continuación compartimos imagen que permite identificar con mayor facilidad dicho estado.
La temporada pasada, a inicios de noviembre, precipitaciones de 8 mm causaron daños en la fruta en ciertos sectores de las principales regiones productoras de cerezas (Maule y O’Higgins). En esta oportunidad lloverá el doble, por lo que es necesario realizar de manera muy eficiente todas las estrategias que permitan minimizar la incidencia de partiduras por lluvias.
A continuación compartimos un resumen de lo que hicieron los productores de cerezas afectados por las lluvias la temporada 2022-23.