La importancia de los procesos de polinización y fecundación en cerezos

La importancia de los procesos de polinización y fecundación en cerezos

La polinización es el proceso fundamental para la reproducción y producción de cualquier cultivo. En el cerezo, si bien posee una floración muy breve, en pocos días ocurren los hitos más importantes para la formación de semillas y crecimiento inicial de los frutos los cuales definirán el potencial productivo de un huerto en la temporada.



El camino de la polinización a la fecundación comprende procesos fundamentales para las distintas especies frutales. Una vez que se produce el proceso de polinización finalizado por el posicionamiento del polen en el estigma de la flor receptora se da inicio al proceso de fecundación mediante la creación del tubo polínico en donde el polen viaja atravesando el estigma y el estilo antes de ingresar al ovario para finalizar dicho proceso.

“El proceso de polinización significa el movimiento del polen de las anteras de la flor que proveen el polen hasta que ese polen se posiciona en el estigma del pistilo de la flor receptora. Ese proceso en general tiene dos vías, una anemófila que es una vía por viento de forma natural o una vía entomófila que es mediante vectores en función de insectos, principalmente abejas en el caso nuestro y en el caso del sur de Chile y de cultivos de cerezos bajo condiciones forzadas como invernaderos o macro túneles también se complementa con el uso de abejorros (o Bombus sp.) que ayudan al movimiento de este polen. Si bien hay otras técnicas bastante más modernas que se están desarrollando con respecto a la polinización como aplicación de polen vía electroestática, como movimiento de polen con algún tipo de viento de forma artificial, igual se enmarca en estas dos grandes fases de movimiento que son vectores y viento en forma natural o artificial. Por lo tanto, ese es el proceso de polinización, considerando que tiene que existir el polen compatible con la flor receptora.

Para casos de variedades autofértiles, el concepto de autofertilidad se define en que genéticamente el polen es compatible con la flor de la misma variedad, pero no necesariamente que no se debe polinizar con algún tipo de sistema. Es un error pensar que para variedades autofértiles no hay que colocar abejas, si hay que hacerlo en una proporción bastante menor que aquellas variedades que son autoincompatibles, lo significa que el polen de esa variedad no es compatible con la flor de la misma variedad, por lo tanto, hay que buscar una variedad que si lo sea genéticamente para ser polinizada y fecundada.

En estos casos los números que se manejan en Chile de forma estándar de colmenas de abejas para polinizar variedades autofértiles van entre 4 y 6 colmenas por hectárea y para variedades autoincompatibles dependiendo de qué cantidad de polinizantes hay y algunos otros factores podrían ser entre 12 y 15 colmenas por hectárea”. señaló Carlos Tapia, director técnico Avium.

En el caso del cultivo del cerezo los estigmas son receptivos después de la apertura de la flor y están cubiertos por una secreción conspicua de aspecto viscoso donde “aterrizan” los granos de polen, es ahí que se hidratan y germinan produciéndose un tubo polínico para su posterior desarrollo. Todo este proceso en el cerezo ocurre en el primer día después de la polinización propiamente tal. Luego de distintos procesos, el tubo de polen entra en el estilo de la flor para moverse a través de él hasta llegar al ovario. Los tubos de polen están compuestos de carbohidratos necesarios para su crecimiento a partir de las células del tejido transmisor que se encuentran en el estilo, los que están llenos de almidón (principal fuente de carbohidratos), agotándose una vez que crecen los tubos de polen. En el interior del estilo se produce una intensa competencia de tubos de polen, que por lo general dos o tres de ellos llegar al ovario, lo cual esta condicionado por la compleja estructura al interior del estilo, y donde deja menos espacio para el crecimiento de los tubos.

En el cerezo los tubos polínicos que logran llegar a la base del estilo donde se encuentra el ovario, demoran aproximadamente tres días después de la polinización, considerando que la temperatura ambiental juega un rol fundamental en la velocidad del desarrollo de los tubos polínicos. Para que se realice la fecundación y posterior cuajado, se requiere solo de uno de los dos óvulos que se encuentran en el ovario.

En las flores del cerezo se distinguen distintos procesos complejos que se desarrollan al interior, entre el tubo polínico y ovario, y en que los tubos de polen son “detenidos” y no pueden lograr la fertilización del óvulo.

 “El proceso de fecundación es el proceso que una vez que el polen se posicionó en el estigma del pistilo de la flor, se produce mediante una germinación que el polen genere un conducto, que lo forma esta germinación del polen, el llamado tubo polínico y este tubo polínico de forma descendente tiene que llegar al ovario para fecundar los óvulos. Una vez que el tubo polínico llega a fecundar los óvulos se produce el proceso de fecundación y es independiente al proceso de polinización. ¿Qué procesos influyen positivamente en la fecundación? El principal factor es la temperatura. En temperaturas óptimas (entre 15° y 22 °C ) el crecimiento del tubo polínico tiene más velocidad por lo tanto puede llegar en menor tiempo a fecundar los óvulos, considerando que los óvulos tienen un corto período de viabilidad. Para que sea la fecundación óptima, el tubo polínico tiene que estar fecundando en un menor tiempo a la viabilidad del ovulo, o sea por ejemplo si lo óvulos tienen una viabilidad de tres días el tubo polínico tiene que germinar y tiene que desarrollarse antes de los tres días porque de lo contrario, no van a llegar a fecundar los óvulos y ese proceso se llama fecundación. Este proceso se define fisiológicamente como período efectivo de polinización (PEP).

Una vez que se produce exitosamente el proceso de fecundación podríamos decir que comienza el proceso de cuajado de frutos que es cuando se engloba el ovario del pistilo de la flor que llega a transformarse en fruto final mediante todos los procesos fenológicos y fisiológicos de la planta” agregó Tapia.

Una vez fecundado los óvulos se da inicio al proceso denominado cuaja de frutos y a la espera de completar sus tres etapas de desarrollo: división celular, endurecimiento del carozo y elongación de células.

Estos tres procesos se desarrollan de forma independiente y son demandantes de distintas necesidades tanto nutricionales como hormonales dentro de la planta, considerando que existen labores culturales que potenciarían cada uno de estos procesos con el objetivo de lograr el máximo potencial productivo.

Referencias bibliográficas

– Carlos Tapia: comunicación personal. 

– “Cherries, botany, production and uses”- Edited by: José Quero-García, Amy Lezonni, Joanna Pulawska and Gregory Lang. 



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