Lavado mecánico de la red de riego:
La presencia de algas y microorganismos, sólidos en suspensión y sólidos tales como Fe, Mn y Ca que precipitan, constituyen un problema potencial, el cual debe ser prevenido con un adecuado mantenimiento del sistema de riego.
Un lavado rápido de la red de riego consiste en abrir las válvulas de lavado, ubicadas al final de las submatrices de cada bloque, dejando correr el agua por uno o dos minutos mientras se esté regando. De igual forma, se van abriendo grupos de unos cinco laterales por bloque hasta que el agua salga limpia.
Lavado químico de la red de riego:
Esta operación debe ser realizada por personal responsable y competente, y con conocimiento del equipo de riego.
El cloro como oxidante y biocida:
El biocida mas económico y ampliamente utilizado es el cloro, en forma de hipoclorito sódico (10% – 12%)
Mecanismo de acción del cloro:
Cuando se añade cloro al agua de riego, parte de él es absorbido por la materia orgánica, sin destruirla. Este cloro se llama combinado. El cloro también reacciona con iones amonio, formando cloraminas. Parte del cloro reacciona con compuestos inorgánicos como H2S y Fe, pasando a cloruro.
El cloro en exceso, es decir, el que no se ha consumido en estas reacciones, es el llamado cloro libre y es el que actúa como biocida. El cloro aplicado en forma de hipoclorito sódico (CIONa) al disolverse en agua se hidroliza, pasando a ácido hipocloroso que es un fuerte oxidante.
Su acción biocida se debe a que detiene la oxidación de la glucosa por parte de las células, fenómeno esencial para la vida. Dado que el ClOH es un ácido débil sólo está presente a pH inferior a 7,8, aunque para que sea más eficaz el pH debe ser menor que 7,5. El pH óptimo es de 5,5-6.
Para valores menores que 5 disminuye la proporción de ClOH y aumenta la de Cl2, que es volátil y se pierde, lo que obliga a aplicar dosis mayores. La muerte de los microorganismos requiere un tiempo de contacto mínimo de 30 minutos.
El cloro sin embargo no es una solución definitiva para todos los problemas. Su utilización preferente es como preventivo. Cuando ya se han formado los mucílagos compuestos por bacterias y precipitados de hierro o azufre, su acción es poco eficaz.
Tratamiento preventivo con cloro:
En el tratamiento preventivo con cloro debe conseguirse el objetivo siguiente: en el emisor más
alejado, durante al menos 45 minutos, el agua debe salir con una concentración de cloro libre entre
0,5 y 1,0 ppm. Si el tiempo es inferior a 45 minutos no hay seguridad en el efecto bactericida. Si la
concentración de cloro libre es menor, el efecto puede ser incluso contraproducente, ya que cantida-
des insuficientes de cloro pueden estimular el rápido crecimiento de las bacterias.
Para comprobar que el tratamiento es correcto, debe medirse el contenido en cloro libre en el emisor más alejado. Es muy importante que el sistema de medida registre el cloro libre y no el cloro total. A estos efectos, la ortotolidina de uso frecuente en piscinas, que se colorea de amarillo en presencia de cloro, es insatisfactoria. Un buen sistema de medida es el que se utiliza la DPD (N-dietil-p-fenil-diamina) que permite medir el cloro libre.
Para conseguir en los emisores las concentraciones citadas, en el punto de aplicación pueden ser necesarias dosis entre 3 y 10 ppm de cloro total, aunque esta cifra deberá te ensayo o medición en la práctica. Cuando el pH es mayor a 7,5 las necesidades de cloro son mayores, y el nivel del cloro libre al final de los emisores debe ser del orden de 2 a 3 ppm.
La aplicación de concentraciones mucho mayores no aumenta la eficacia biocida y, en cambio, puede dañar las raíces de árboles jóvenes. Nunca se debe llegar a concentraciones de cloro libre de 30 ppm.
Los tratamientos se pueden repetir cada seis (6) horas. El cloro se puede aplicar en cualquier momento del riego, pero es conveniente que en la última hora no salga cloro por los emisores.
La inyección debe hacerse antes de los filtros para evitar crecimientos bacterianos en las arenas (filtros de arena). Es preferible realizar una limpieza de los filtros antes del tratamiento. De esta forma disminuyen las necesidades del cloro.
Cálculo de la cantidad de cloro:
Ejemplo: para obtener una concentración de 10 ppm, o sea 10 gr por m3 de agua, y sabiendo que el hipoclorito de sodio (ClONa) tiene un 10% de cloro, se requieren 0,1 litros de ClONa por m3 de agua (100 cc/m3 de H2O).
Si se requiere tratar 20 m3 de agua se necesitan 2 litros de hipoclorito de sodio. Se disuelven los 2 litros de ClONa en 100 litros de agua y se inyectan a la red en el tiempo requerido.
No importa en cuánto se diluye (100 ó 200 litros de agua etc.). Si se requieren 5 ppm –> aplicar la
1/2 de ClONa en igual cantidad de agua.
Precipitados químicos
Carbonato Cálcico. Tratamiento preventivo:
El carbonato cálcico es una sal de muy baja solubilidad (0,031 g/l) aunque a pH próximos a 6 la solubilidad se multiplica casi por 100. El tratamiento preventivo clásico contra las incrustaciones calizas es la acidificación.
Para ello se pueden utilizar diversos ácidos:
- Ácido clorhídrico (ClH) 12 N
- Ácido Sulfúrico ( SO4H2) 36 N
- Ácido Nítrico (NO3H) 16 N
- Ácido Fosfórico (PO4H3) 45 N
IMPORTANTE: No aplicar ácido con el equipo de riego sin consultar antes.
Los más frecuentes son los dos primeros, pero por el peligro del manejo del ácido sulfúrico, el más
utilizado es el ClH. Los ácidos nítrico y fosfórico proporcionan algunas cantidades de nutrientes.
Carbonato Cálcico. Tratamiento de limpieza:
Cuando las obturaciones calizas ya se han producido, la limpieza se hace mediante la aplicación de
ácidos. El método más económico es inyectándolos en la red.
Se debe añadir ácido al agua en la cantidad suficiente para rebajar hasta 2 el pH de la mezcla. Para
ello hay que hacer una titulación del agua en laboratorio, calculando el factor de ácido <>, que
es el número de meq de ácido necesarios para rebajar un litro de agua hasta un pH entre 3 y 5. Por
otra parte se calcula Vt, Volumen de las tuberías a tratar multiplicado por 2,5 como coeficiente de
seguridad. Si la normalidad del ácido es N, el volumen Va de ácido a aplicar es:
Vt – a
Va = __
1000N
La aplicación de agua y ácido se hace a la menor presión posible.
Cuando por medio de un papel indicador de pH se comprueba que el agua acidulada sale por el emisor más alejado, se corta la entrada de agua y se mantiene así durante una hora, al cabo de la cual se hace una limpieza a la mayor presión posible que tolere la instalación, abriendo en primer lugar los extremos de las tuberías de mayor orden hasta que el agua salga limpia.
A continuación se cierra esa tubería y se abren las de orden siguiente y así hasta los laterales, todo ello con objeto de que las incrustaciones desprendidas de las tuberías no lleguen a los emisores.
Después de limpiar las tuberías y continuando con la presión alta, se limpian los emisores durante 15 minutos.
Precipitados de Fe, Mn y S. Tratamiento preventivo:
Estos elementos son solubles en estado reducido, pero al oxidarse precipitan y pueden obturar los emisores. La oxidación puede ser producida por bacterias, por contacto con el aire o con oxidantes contenidos en el agua. El tratamiento preventivo responde a la táctica siguiente: provocar la oxidación y precipitación antes de los filtros para retener ahí las partículas.
Un método eficaz de evitar estos precipitados es la aplicación continua de oxidantes como hipo-clorito sódico. Si el pH del agua es inferior a 6,5, el cloro puede evitar los precipitados de Fe cuando a concentración de éste es inferior a 3,5 ppm. Si el pH es superior a 6,5, los precipitados se evitan con concentraciones de Fe hasta 1,5 ppm. La aplicación de ácidos puede ser necesaria para mejorar el pH. La concentración necesaria de hipoclorito sódico se calcula a razón de 1,0 ppm de ClONa por 0,7 ppm de hierro. La reacción es muy rápida.
En presencia de manganeso hay que tener cuidado con la aplicación de hipoclorito, ya que la oxidación del Mn es mucho más lenta que la de Fe, y los precipitados pueden formarse después de superado el filtro de arena.
Precipitados de Fe, Mn y S. Tratamiento de limpieza:
Cuando los emisores están parcialmente obturados, se puede aplicar ácido en la forma anteriormente descrita para los tratamientos de las obturaciones calizas.
Presencia de algas en pozos y reservas de agua:
Sulfato de Cobre (no usar en material de aluminio, es tóxico para peces). La dosis es de 0,05 – 2,00 ppm.