Los ojos puestos en la dormancia

Los ojos puestos en la dormancia

Por: Carlos Tapia - Asesor especialista en producción de cerezos, Director Técnico Avium.

Dicho periodo fisiológico idealmente debe coincidir con el inicio del mes de mayo, fecha en la que los árboles deberían presentar al menos el 50 por ciento de hoja caída,; para ello es necesario dar ciertas señales a las plantas, para que éstas entiendan que pronto deberán irse a dormir.

La producción de cerezas tiene diferentes etapas, sin embargo si sumamos el periodo de postcosecha, pre dormancia y dormancia, estos suman el 50 por ciento del ciclo anual del cultivo; es por ello que resulta fundamental poner especial atención a lo que ocurre en los huertos y a los manejos agronómicos requeridos durante estos meses.

Abril es, sin lugar a dudas, el mes más importante en la transición de los huertos de cerezos desde la postcosecha a la dormancia, sin embargo se debe tener en cuenta que las plantas reciben mucho antes la primera señal que las invita a prepararse para este letargo invernal. En diciembre, el inicio del verano y acortamiento del fotoperíodo es la primera alerta que anticipa lo que luego será la dormancia. 

Dicho cambio del fotoperiodo genera que los materiales anuales de las plantas  que crecen desde fines de diciembre y que se desarrollan cerca de 70 días, presenten secciones basales lignificadas; esto incide en el inicio de la inducción de flores, la planta entra en un proceso de acumulación de reservas, cambio de flujo de savia y comienza a  prepararse para dormir. 

Adicionalmente cabe señalar que la primera helada de otoño, conocida en fisiología como “resistencia al congelamiento”, es un potenciador y asegurador la dormancia, pues esto que ocurre cuando ya hay desarrollo de madera, de crecimiento secundario, es gatillante para que la planta bote las hojas y entre en dormancia voluntariamente.

Si hablamos de dormancia, se debe considerar que el inicio de este letargo se debe analizar desde el punto de vista fisiológico; para una correcta entrada en dormancia las plantas deben presentar, al menos, el 50 por ciento de su hoja caída (hoja amarilla=hoja caída) al 1 de mayo, fecha en que se da inicio al conteo de horas frío (HF) y que se extiende durante todo mayo, junio y julio, siendo junio el mes más relevante en cuanto a acumulación de HF.

Para tener certeza de una correcta entrada en dormancia es necesario ir más atrás y situarnos en la postcosecha; primero se debe tener en cuenta que la postcosecha no se refiere particularmente al momento después de haber finalizado la cosecha, sino más bien a un concepto de postcosecha de los árboles, de un cambio fisiológico de la plantas. 

¿Qué marca el inicio de la postcosecha? Como se señaló anteriormente no tiene que ver con el término de la cosecha, pues en una variedad temprana, cuya recolección de la fruta puede terminar el 25 de noviembre, sería posible decir que ahí empieza su postcosecha,  pero ¿qué pasa con las variedades tardías, cuyo término de cosecha puede ser  el 25 de febrero? ¿cuándo sería la postcosecha, si la etapa de pre dormancia se viene encima? ¿no habría proceso de postcosecha efectivo? 

La postcosecha responde a algunos eventos ecológicos, donde las plantas cambian su manera de trabajar y lo hacen en función de lo que va pasar en la siguiente temporada, comenzando en dormancia; por lo tanto, es fundamental preocuparse y ocuparse de esta primera etapa de postcosecha, entender que tiene un principio y un fin, y aprovecharla para dar paso a una etapa previa a la dormancia, donde se le debe entregar una información clave a la planta en términos de señales, para que ésta entienda que va ir a dormir y que va cumplir un ciclo muy importante para esta especie.

Lo que se haga durante la postcosecha en el huerto repercutirá en la dormancia y, por cierto, en las siguientes etapas. Durante estos meses es fundamental haber finalizado los programas de recuperación de huerto a nivel nutricional, suelo y raíces. A su vez, deben concluir las correcciones foliares en base al resultado de los análisis realizados al inicio de la postcosecha. La suspensión de los programas nutricionales a principios de marzo es esencial, pues entrega a la planta una señal clara de que pronto deberá irse a dormir. 

¿Qué señales dar a los huertos?

Si hablamos de la señal más relevante que deben recibir los huertos en esta época del año para una correcta entrada en dormancia, es el riego. Se recomienda prestar más atención a la distribución del agua, más allá de la cantidad a reponer de ésta, en cuanto a la demanda evapotranspirativa.

Además, se debe tener presente que de los dos mas importantes flush de crecimiento de raíces que tienen las plantas de cerezos, es durante la postcosecha que se puede reconocer el más importante de ellos, con la renovación de al menos el 70 por ciento del volumen  de raíces. 

Dichas estructuras están creciendo, están yendo a espacios volumétricos de suelo donde antes no existían y se debe asegurar de que si se le están dando las condiciones para que esas raíces lleguen ahí, tengan la capacidad de absorber agua; entonces, es necesario preocuparse no tan solo de la cantidad de agua a reponer, sino también de la distribución desde el punto de vista volumétrico de suelo de las raíces de los distintos portainjertos. 

Importante tener en consideración que la demanda de agua se expresa en evapotranspiración y no en temperatura ambiental, por lo cual altas temperaturas en marzo o abril no son comparables a las del periodo estival, pues éstas sólo permanecen por cortos periodos de tiempo, además acompañados de un cambio importante en las temperaturas mínimas.

Si bien existen varias otras recomendaciones que ya debieron llevarse a cabo, como por ejemplo el cambio en la frecuencia de riego, no el tiempo, que en condiciones normales debió disminuir entre un 30% y 50% de lo establecido en verano hacia la tercera semana de marzo; o también el uso de calicatas, sensores de humedad o tensiómetros para tomar decisiones con la mayor cantidad de información posible, es muy importante haber cumplido con una de las señales más relevantes: terminar el riego hacia fines de marzo.

El cese del riego promueve en la planta el inicio al proceso de lignificación de madera y de centros frutales para que ésta pueda soportar de mejor forma las bajas temperaturas invernales. Se debe considerar que en suelos con menor retención de agua (suelos arenosos y además con presencia de piedras), la temporada de riego se extiende hasta la primera semana de abril.

Un dato clave respecto del riego es que frente a inicio de otoño o un invierno muy seco existe la posibilidad de volver a regar, sin embargo esto nunca debe llevarse  a cabo antes de reconocer en las plantas la dormancia fisiológica, es decir al menos el 50 por ciento de hoja amarilla, que equivale a hoja caída.

¿Qué debemos ver en el huerto durante la predormancia?

Se entiende como predormancia el periodo comprendido entre el 15 de marzo y el 30 de abril; durante esta época los huertos deberían mostrar, además de un importante porcentaje de hoja amarilla, que idealmente alcance el 50  por ciento al 1 de mayo, centros frutales con dardos y bases de ramillas muy bien cerrados y lignificados, con sus brácteas muy bien formadas (Imagen 1); no es lo ideal, pero podría ocurrir en el peor de los casos, apreciar el esbozo de puntas verdes, situación que no debería representar mayores inconvenientes. 

Contrario a ello, durante este periodo no se deberían apreciar  dardos abiertos o yemas verdes de un buen porcentaje de punta verde o casi a punto de abrir; lo anterior  presenta una problemática desde el punto de vista del potencial de producción que podría verse afectado por heladas tempranas; además, desde el punto de vista sanitario revierte un alto riesgo de cáncer bacterial, hongos de madera, tales como Cytospora que durante el último tiempo ha estado más presente en los campos, sobre todo en zonas más frías y sureñas.

El Departamento de I+D de Avium, en sus constantes investigaciones, ha podido establecer que el 90 por ciento de los daños de primordios están expresados al 1 de julio de cada año (Imagen 3); es decir, no están ciento por ciento relacionados a heladas de primavera o a heladas en estado fisiológico de yema hinchada que es el momento más sensible a estos eventos climáticos y eso tiene que ver con la aclimatación.

Es necesario preocuparse de que la planta vaya muy bien lignificada y aclimatada hacia el periodo de dormancia.

Por las buenas o las malas

Que las plantas inicien correctamente la dormancia fisiológica cumpliendo con el requisito de tener al menos el 50 por ciento de hoja caída al 1 de mayo, permitirá que éstas aprovechen al máximo el letargo invernal y la acumulación de horas frío entre los meses de mayo y julio. Se debe considerar que una buena dormancia está determinada además de por la acumulación de frío, por cuán corto es el fotoperiodo, es decir cuánta luz se tiene. 

Todos los años es posible ver, por diferentes motivos, huertos que no dan respuesta a las estrategias antes mencionadas; plantas aún muy verdes en términos de color de hoja y de expresión vegetativa, aunque no necesariamente creciendo, pueden deberse a un problema con las señales que se enviaron a la planta; por ejemplo, en términos de nutrición hasta muy tarde en la temporada, suspensión del riego, jornadas muy cálidas para la época, entre otros. ¿Qué hacer ante ese escenario? Si al 20 de abril las plantas no presentan un 10-20 por ciento de hojas amarillas, será necesario utilizar estrategias químicas para acelerar dicho proceso.

Existen varias opciones que se utilizan para “botar hojas” e invitar a la planta a dormir; una “señal natural”, por ejemplo, es el uso de Etileno como promotor de Ácido Abscísico, que promueve la caída de las hojas. Su aplicación debe ser temprano en la temporada (mediados de marzo); es necesario considerar que éste genera cierto retraso en la floración, por tanto se deben evaluar beneficios o perjuicios en cuanto a la variedad, zonas y objetivo comercial.

Es una técnica que se debe seguir estudiando, pues por ejemplo, una planta sometida a estrés abiótico o biótico genera Etileno, por tanto esta acción debe contemplar consideraciones básicas, como condiciones fitosanitarias óptimas, entre otras. 

La segunda alternativa es la “aclimatación”; el Molibdeno es conocido, desde el punto de vista nutricional, como un buen climatizador, debido a que influye en los procesos metabólicos del nitrógeno, permitiendo generar respuesta de disminución de la tasa de crecimiento en primavera y aclimatación en otoño o inicio de invierno.

Un programa sucesivo de Molibdeno, tres o cuatro aplicaciones cada 7 días, desde mediados o fines de marzo en adelante, permite endurecer madera y aclimatar las plantas con efectos claros durante la segunda quincena de abril.

Finalmente está la “intoxicación” (Sulfato Zn% + Urea 2%); ésta estrategia debe considerarse como última instancia y no se puede decidir su aplicación sino hasta después del 15-20 de abril. Es una alternativa efectiva que funciona mediante la intoxicación a través del Sulfato que “envenena” la hoja, pero sin botarla; sin embargo, la mezcla con Urea al 2% acelera el proceso de descomposición de la hoja, haciéndola caer del árbol.

Esta última alternativa, como todos las decisiones que se toman en un huerto de cerezos, responde de mejor manera si se ejecutaron ciertas labores previas. Si se finalizaron las fertilizaciones en febrero y el riego en marzo, la “intoxicación” tiene un muy buen efecto; en huertos vigorosos podría ser necesario repetir la aplicación para su óptimo resultado.

La cuenta regresiva para el inicio de letargo invernal ya comenzó y los ojos están puestos en él; se debe procurar que las plantas reciban todas las señales para aclimatarse y, en un escenario ideal, puedan irse a dormir de manera natural; de lo contrario, es importante estar atentos y a mediados de abril evaluar qué porcentaje de hoja caída presentan las plantas, teniendo como fecha clave el 1 de mayo, donde el huerto debe presentar al menos el 50 por ciento de su hoja amarilla. Si esto no ocurre, existen alternativas para invitar de manera forzada al huerto a descansar, las que deben ser evaluadas y analizadas antes de llevarlas a cabo. 

Imágenes: Carlos Tapia.

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