En el marco de nuestro especial “cambio climático” conversamos con productores y asesores en producción de cerezas, con el fin de conocer cuál es el actual escenario en los huertos, las principales preocupaciones de la industria y qué se debe hacer de cara a una primavera que promete más precipitaciones de lo normal.
Durante la temporada 2022-23 la mayor preocupación de los productores de cerezas era planificar una serie de manejos agronómicos con el fin de adelantar floración y cosecha, de cara a un Año Nuevo Chino (CNY) adelantado; la festividad china que marca un antes y un después en la campaña de cerezas chilenas se celebró el 22 de enero, generando una de las ventanas comerciales más estrechas de la historia de esta especie frutal. Todos los esfuerzos estaban orientados a poder llegar a tiempo a destino.
La temporada 2023-24, en cambio, no tiene dicha preocupación, ya que el CNY se festejará el 10 de febrero; sin embargo, la atención de la industria está puesta en la primavera que comienza oficialmente el 23 de septiembre y que viene de la mano del fenómeno de “El Niño”, augurando inestabilidad, altas temperaturas y precipitaciones.
“Hoy la preocupación principal es cómo vienen los procesos de floración, fecundación y cuaja para lograr los kilos que tenemos proyectados y, paralelamente, es cómo se van a poder implementar los programas nutricionales si es que no tenemos la necesidad de regar de aquí a los próximos 30 días, muchas veces porque estamos con suelos sobre saturados por las lluvias y porque va seguir lloviendo; hay obras hidráulicas que todavía no están listas después de las inundaciones y debemos definir cuáles son las estrategias a seguir en términos de nutrición de suelo y nutrición foliar”, adelantó Carlos Tapia, Asesor especialista en producción de cerezos y Director Técnico de Avium.
Los huerto hoy
Semana 38 y en la zona central, recientemente afectada por las inundaciones, es posible apreciar algunos escenarios que se suman a las preocupaciones propias que trae consigo la primavera; sistemas de riego dañados, terrenos en los que no se puede meter un tractor, suelos sobresaturados de agua y la necesidad de cada temporada de poner en marcha los programas de nutrición y foliar.
“Yo creo que hoy tenemos algunos daños en los sistemas de riego todavía no dimensionados, probablemente cuando se comiencen a utilizar van a aparecer más fallas de las que nosotros creemos; por otro lado, las elevadas cantidades de precipitaciones, cada semana, cada diez días estamos teniendo 50-60 mm o más, depende los huertos, esa condición de primavera muy húmeda también nos va a forzar a los programas fitosanitarios en términos de que va ser mucho más exigente y en términos operacionales algunos huertos no tienen piso para entrar con maquinaria, entonces tampoco se puede privilegiar el programa foliar vs el programa de suelo o de fertirrigación”, advirtió Valeria Lepe, Asesora especialista en nutrición de especies frutales.
En cuanto a la fenología, también hay ciertos datos que llaman la atención y que tienen relación con el famoso fenómeno del “El Niño”, el dolor de cabeza de esta temporada.
“Hoy nos ha llamado la atención en algunas zonas tempranas de la región de O’Higgins floraciones un poco anticipadas de lo que debiésemos ver, principalmente en la variedad Lapins; reconocemos que Lapins es una de las variedades que requiere menos frío para suplir sus necesidades de invierno, pero además también hemos detectado que es la que requiere menos acumulación térmica en primavera; si nosotros medimos la acumulación térmica en grados día en base 4,5ºC, que es la escala correcta para medir salida de dormancia, independiente de la zona, en la zona central estamos viendo que tenemos un 20-25 % más de temperatura en base a acumulación grados día y eso definitivamente ha gatillado floraciones un poco más temprano de lo esperado en Lapins. Eso que hay que entenderlo y hay que ver qué acciones tenemos para que estas floraciones muy anticipadas no terminen con bajas producciones, tanto por excesivo desarrollo de árboles o por pasmas tempranas, es una noticia en desarrollo, tenemos que entenderlo, pero también tenemos que generar estrategias para poder sopesarlo”, reflexionó Carlos Tapia.
Los productores de cerezas saben que esta no será una temporada fácil; la dormancia ya contó con los primeros obstáculos expresados en una baja acumulación de horas frío en comparación a los años previos, además de las inundaciones que afectaron a parte importante de los huertos de las regiones de O’Higgins y Maule.
“Hoy sobre todo en las zonas tempranas, donde en algunos casos tuvimos eventos de inundaciones, vemos un exceso de humedad en los suelos, donde no tenemos claro cómo ni cuándo vamos a partir regando”, señaló Sebastián Rojas, Gerente Agrícola de Agrícola San Clemente.
A esto se suman las dificultades para ejecutar los programas nutricionales y los pronósticos de precipitaciones para los próximos meses.
“Por los pronósticos que he visto lo que más me asusta son las lluvias primaverales, más que lo que pueda pasar ahora que ya está un poco jugado; vamos a ver que pasa con las cuajas, pero si es que nos cae una lluvia después ahí está la pérdida más grande, económicamente hablando, así que me preocupa mucho las lluvias que puedan venir después”, indicó Mario Soza, Gerente Agrícola GeoAgro.
¿Cómo prepararse?
La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (Noaa) anunció que el fenómeno de “El Niño” influiría directamente en el desarrollo de la primavera en nuestro país, empujando temperaturas y precipitaciones. A su vez la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), entregó su pronóstico para los próximos tres meses , el que anuncia más precipitaciones de lo acostumbrado.
Dicho anuncio es bastante complejo para la producción de cerezas; episodios de lluvias cerca de la madurez, acompañados de altas temperaturas, provocan un aumento de la presión interna de los frutos, lo que puede generar microfracturas, posteriores partiduras e incluso pudriciones.
Esta vez los vientos no soplan a favor de los productores de cerezas; el clima generó un escenario complejo justo previo a la salida de dormancia y volvió a complicarlo cuando ya se veían estados fenológicos iniciales; como si fuera poco, la primavera promete precipitaciones sobre lo normal para la época, entonces la pregunta parece obvia: ¿Cómo enfrentar todo esto?
“Va ser una temporada muy difícil de manejar en algunos aspectos, yo creo que hay que priorizar algunas cosas, algunas definitivamente no se van a poder hacer en el caso de la parte de fertilización; probablemente hay principios o planificaciones que teníamos que no se van a poder implementar, porque si no hay necesidad de riego hay ciertos nutrientes que no vale la pena aplicarlos porque van a ser ineficientes en términos del uso en la planta, yo creo que tenemos que cambiar el rumbo de algunas cosas, si bien siempre tenemos una planificación que queremos hacer, pero hoy las condiciones nos están enfrentando a un tema controversial y tenemos que tomar algunas decisiones“, recomienda Valeria Lepe.
Los macronutrientes que se entregan a las plantas normalemente se administran vía riego, sin embargo al no tener aún la necesidad de iniciar la temporada de riego, debido a la saturación de los suelo, realizar estas aplicaciones en este momento, podría ser totalmente ineficiente.
“La planta al no tener necesidades de riego consumiría poco lo aplicado, entonces ahí tenemos que cambiar, depende dónde estemos ubicados, las variedades que tengamos, privilegiar algunos nutrientes, probablemente dosis bajas de nitrógeno, porque se nos va a acabar el tiempo y después tenemos que pasar a los programas de potasio y en el inicio yo creo que tenemos que privilegiar los programas de calcio, lo que podamos a hacer a nivel de suelo“, agregó Lepe.
La imposibilidad de llevar a cabo los programas nutricionales, por cierto, puede repercutir en la calidad de la fruta, pues los nutrientes son muy expresivos; sin embargo, un huerto en el que se haya realizado un buen trabajo en postcosecha y que cuente con un “stock”, estará mejor posicionado que aquellos que vienen con una postcosecha débil. Esto una vez más viene a recordar lo fundamental de llevar a cabo todos los manejos agronómicos, pues éstos no sólo son beneficiosos en el momento en que se realizan, sino también son un seguro para enfrentar temporadas complejas como la 2023-24.
“Hay una condición de suelos más fríos, de suelos más saturados y, probablemente esta condición se va a extender por varias semanas hasta que el suelo recupere su condición ideal; eso va a repercutir sobre la fisiología de las plantas, ya que todos los años, no antes del 5-10 de octubre, los suelos presentan temperaturas de 13-14 ºC lo que permite que las raíces puedan apoyar todos los procesos fenológicos; hoy claramente vamos a tener que depender de los programas nutricionales vía foliar, pues no se podrá iniciar la temporada de riego temprano en la temporada. Tendremos que dar prioridad a los programas de calcio vía suelo, que sin duda tiene que priorizarse respecto de otros nutrientes“, concluyó Carlos Tapia, Asesor especialista en producción de cerezos y Director Técnico de Avium.